Demasiadas explicaciones
El pasado jueves, el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa dedic¨® la parte inicial de su conferencia de cierre de curso de Encuentros 2000 en el club Antares en Sevilla a explicar y justificar los resultados de las ¨²ltimas elecciones municipales. El viernes hizo algo parecido el diputado socialista por C¨®rdoba, Jos¨¦ Gri?¨¢n, en un amplio estudio publicado en EL PA?S. Y ayer s¨¢bado le toc¨® el turno, tambi¨¦n en EL PA?S, al ex presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla.
Demasiadas explicaciones. Algo ha fallado para que se tengan que dar tantas explicaciones casi dos semanas despu¨¦s de que se conocieran los resultados.
Y desde luego lo que no han fallado han sido los resultados. Los resultados para el partido socialista han sido m¨¢s que buenos, han sido inequ¨ªvocamente buenos. Tanto Manuel Chaves como Pepe Gri?¨¢n y Jos¨¦ Rodriguez de la Borbolla tienen raz¨®n al interpretar los resultados en la forma en que lo hacen. El problema es que cuando se tienen que dar tantas explicaciones de que los resultados han sido buenos, ya no lo son tanto.
"La direcci¨®n socialista est¨¢ pagando el exceso de confianza con que encar¨® estas elecciones municipales"
?Qu¨¦ es lo que ha fallado? Este es el interrogante al que la direcci¨®n del PSOE tiene que dar respuesta, para evitar sobre todo que le vuelva a ocurrir lo mismo.
La campa?a de unas elecciones municipales, a diferencia de lo que ocurre con unas elecciones generales o auton¨®micas, exige que se tenga prevista la interpretaci¨®n de los resultados antes de que se conozcan. En unas elecciones generales o auton¨®micas no es necesario. Por lo general, el partido que obtiene mayor n¨²mero de votos gana las elecciones. A veces, no es as¨ª, como ocurri¨® en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas catalanas, en las que el PSC obtuvo mayor n¨²mero de votos que CiU, pero ¨¦sta obtuvo mayor n¨²mero de esca?os, o como ocurri¨® en las ¨²ltimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, en las que Al Gore obtuvo m¨¢s votos que George W. Bush, pero menos compromisarios. Pero esto es sumamente infrecuente. El que gana, gana. Despu¨¦s los resultados tienen que ser interpretados, pero no hay duda de qui¨¦n ha ganado. No hay, en consecuencia, que disponer de una interpretaci¨®n preventiva.
En las elecciones municipales esto es indispensable. Hay centenares de cuerpos electorales aut¨®nomos, de muy desigual tama?o y de muy desigual peso pol¨ªtico. La suma total de votos en todos los municipios de la comunidad es un dato importante. Pero el que se consiga una cuota de poder municipal significativa no lo es menos. La conquista de determinadas alcald¨ªas puede compensar un mal resultado global. Y a la inversa: la p¨¦rdida de alguna o algunas capitales de provincia puede oscurecer uno bueno.
La direcci¨®n pol¨ªtica de un partido de gobierno tiene que tener previsto esto antes de que se conozcan los resultados. No es comprensible que la direcci¨®n socialista no hubiera contemplado la posibilidad de perder la alcald¨ªa de Granada, que ha sido casi la ¨²nica p¨¦rdida significativa en toda la regi¨®n, ya que Almer¨ªa, con la irrupci¨®n de Juan Megino, ha sido algo distinto. Si se hubiera conservado Granada, los socialistas habr¨ªan tenido la sensaci¨®n de victoria clara desde la noche de las elecciones y no habr¨ªan tenido que dar tantas explicaciones a toro pasado. Como se ha perdido, se tiene la sensaci¨®n de que se ha ganado, pero menos. Y se tienen que dar explicaciones.
Esto es absurdo. Granada se puede ganar y se puede perder. De la misma manera que se pod¨ªa haber perdido Sevilla. Con que cambien mil votos en una direcci¨®n u otra, gana el PP o gana el PSOE. En las anteriores eleciones se gan¨® por los pelos. Y en estas ¨²ltimas se ha perdido por los pelos. No es comprensible que una direcci¨®n pol¨ªtica tan experimentada como la direcci¨®n del PSOE no haya contemplado esta posibilidad antes del 25 de mayo y tuviera preparada una respuesta para esa misma noche. No se pueden "perder" unas elecciones que se han ganado por una imprevisi¨®n como ¨¦sta.
Esta ausencia de explicaci¨®n preventiva indica, adem¨¢s, que la campa?a electoral de Granada no se ha hecho bien. Que ha habido un exceso de confianza que se ha pagado muy caro. La ausencia de explicaci¨®n preventiva indica que no se contemplaba la posibilidad de que se pudiera perder, que se daban por ganadas las elecciones. Ninguna direcci¨®n pol¨ªtica puede comportarse de esta manera. No hay nada que ganar y s¨ª mucho que perder.
En Sevilla ha ocurrido lo contrario. Se ten¨ªa miedo a perder y, justamente por eso, se ha hecho una campa?a muy intensa. A los ciudadanos hay que hacerles ver lo que est¨¢ en juego, lo incierto del resultado y la importancia de su voto antes de que acudan a las urnas. Esas son las explicaciones que la direcci¨®n pol¨ªtica de cualquier partido y m¨¢s si es un partido grande, un partido de gobierno, tiene que dar. No para cubrirse las espaldas despu¨¦s, sino por respeto a los adversarios y a los propios ciudadanos.
La direcci¨®n socialista est¨¢ pagando el exceso de confianza con que ha encarado estas elecciones municipales. Los resultados de los sondeos desde hac¨ªa varios meses ven¨ªan pronosticando una ventaja muy notable del PSOE sobre el PP en Andaluc¨ªa y dichos resultados parece que han influido en la preparaci¨®n de la campa?a electoral. ?nicamente as¨ª se explica que no se hubiera pensado que en alg¨²n o algunos sitios pod¨ªan no salir las cuentas y que se ten¨ªa que tener preparada una explicaci¨®n para tales casos.
En este terreno la direcci¨®n del PP ha sabido comportarse mejor. No dio por supuesto nada antes de que los ciudadanos acudieran a las urnas y, como consecuencia de ello, no han tenido que dar tantas explicaciones despu¨¦s. Han quedado en mejores condiciones de competir en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas.
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