El control de las semillas
Durante m¨¢s de 10.000 a?os, los agricultores y las agricultoras han trabajado con la naturaleza para desarrollar miles de variedades de cultivos que se adapten a culturas y climas diversos. Los agricultores de la India han desarrollado miles de variedades de arroz. Los agricultores andinos han llegado a criar m¨¢s de 3.000 variedades de patatas. En Pap¨²a Nueva Guinea, se cultivan m¨¢s de 5.000 variedades de batatas.
Esta enorme diversidad ha sido la base de nuestro suministro de alimentos, pero se ve amenazada hoy en d¨ªa por la erosi¨®n y la pirater¨ªa gen¨¦ticas. Los monocultivos y los monopolios est¨¢n destruyendo la rica cosecha de semillas que nos ha sido legada a lo largo de milenos por la naturaleza y las culturas agr¨ªcolas.
'Cosecha robada. El secuestro del suministro mundial de alimentos'
Shiva, Vandana
Editorial Paid¨®s
"Si el uso de la tecnolog¨ªa 'terminator' se hace muy extendido proporcionar¨¢ a la industria multinacional agroqu¨ªmica y de semillas el suministro mundial de alimentos", seg¨²n la RAFI
La agricultura industrial promueve el uso de monocultivos por su necesidad de mantener un control centralizado sobre la producci¨®n y la distribuci¨®n de alimentos
Existen entre 200.000 y 300.000 especies de plantas vivas en la actualidad, de las cuales al menos entre unas 10.000 y unas 50.000 son comestibles. Se han llegado a cultivar y a emplear como alimento 7.000 especies. S¨®lo 30 especies proporcionan el 90% de la ingesta mundial de calor¨ªas, y s¨®lo cuatro especies -arroz, ma¨ªz, trigo y soja- aportan la mayor¨ªa de las calor¨ªas y las prote¨ªnas que consume la poblaci¨®n mundial a trav¨¦s del comercio global.
Seg¨²n afirma Hope Shand, de la Rural Foundation Advancement International (RAFI): "No hay duda de la importancia econ¨®mica global de esos cultivos principales, pero la tendencia a concentrarse en un peque?o n¨²mero de especies oculta la importancia de la diversidad de especies vegetales para el suministro mundial de alimentos. La imagen que tenemos se nos har¨ªa muy distinta si mir¨¢semos lo que las mujeres est¨¢n cocinando en sus ollas y si pudi¨¦ramos estudiar los mercados locales y prestar atenci¨®n al uso que se hace en los hogares de las especies no domesticadas. (...)".
A medida que los mercados globales sustituyen a los mercados locales, los monocultivos van reemplazando a la diversidad. Tradicionalmente se cultivaban en China 10.000 variedades de trigo. ?stas se hab¨ªan visto reducidas a s¨®lo 1.000 en los a?os setenta. En la actualidad, s¨®lo sobrevive el 20% de la diversidad maicera de M¨¦xico. Anta?o se cultivaban m¨¢s de 7.000 variedades de manzanas en Estados Unidos. Son m¨¢s de 6.000 las que ya se han extinguido. En Filipinas, donde los peque?os agricultores sol¨ªan cultivar miles de variedades tradicionales de arroz, eran ya dos variedades ¨²nicamente, nacidas de la revoluci¨®n verde, las que ocupaban el 98% de toda la superficie cultivada con arroz a mediados de los ochenta.
En 1996, la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) organiz¨® la Conferencia de Leipzig sobre Recursos Fitogen¨¦ticos, en la que se identific¨® la introducci¨®n de nuevas variedades de cultivo como la causa m¨¢s importante de esa p¨¦rdida masiva de diversidad de especies y semillas nativas. Pero la diversidad se ve sometida al ataque no s¨®lo de los monocultivos, sino tambi¨¦n de los monopolios.
Monocultivos y monopolios
La agricultura industrial promueve el uso de monocultivos por su necesidad de mantener un control centralizado sobre la producci¨®n y la distribuci¨®n de alimentos. As¨ª es como los monocultivos y los monopolios empresariales se refuerzan mutuamente. En la actualidad, son tres los procesos que est¨¢n haciendo m¨¢s intenso el control de los monopolios sobre las semillas, el primer eslab¨®n en la cadena alimentaria: la concentraci¨®n econ¨®mica, las patentes y los derechos de propiedad intelectual, y la ingenier¨ªa gen¨¦tica.
Monsanto, conocida anteriormente sobre todo porque se la asociaba con el Agente Naranja, controla actualmente una amplia secci¨®n de la industria de semillas. Entre 1995 y 1998, Monsanto gast¨® m¨¢s de 8.000 millones de d¨®lares en la compra de compa?¨ªas de semillas. Monsanto tiene el control de Calgene, la empresa de biotecnolog¨ªa vegetal con sede en California que lanz¨® el tomate Flavr-Savr al mercado. En 1996 adquiri¨® la divisi¨®n de biotecnolog¨ªa de Agracetus, una filial de W. R. Grace, por 150 millones de d¨®lares. En 1997 compr¨® Asgrow a Seminis por 267 millones de d¨®lares.
En noviembre de 1997, Monsanto adquiri¨® Holden Seeds a un precio 30 veces superior a su valor de mercado. Se estima que las semillas de Holden est¨¢n sembradas en una superficie que representa entre el 25% y el 30% de toda la que est¨¢ cultivada con ma¨ªz en Estados Unidos. En mayo de 1998, Monsanto anunci¨® la absorci¨®n, por 2.300 millones de d¨®lares, de Dekalb, la segunda compa?¨ªa maicera m¨¢s grande de Estados Unidos, lo que convirti¨® a Monsanto en el actor dominante en el mercado del ma¨ªz.
Por 1.800 millones de d¨®lares, Monsanto adquiri¨® Delta and Pine Land, lo que le confiri¨® una aplastante cuota del 85% del mercado estadounidense de semillas de algod¨®n y una posici¨®n global dominante en la industria del cultivo algodonero. Monsanto, ahora es tambi¨¦n propietaria de la patente conjunta del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (el USDA) y Delta and Pine Land, sobre lo que se ha dado en llamar la "tecnolog¨ªa terminator", un m¨¦todo de creaci¨®n de semillas est¨¦riles.
En julio de 1998, Monsanto adquiri¨® la divisi¨®n europea de desarrollo de cultivos de trigo de Unilever por 525 millones de d¨®lares. Esta adquisici¨®n forma parte de su esfuerzo por monopolizar la producci¨®n y la venta de trigo gen¨¦ticamente modificado. Monsanto ha comprado tambi¨¦n una amplia participaci¨®n en la compa?¨ªa de semillas m¨¢s grande de la India, MAHYCO, a un precio 24 veces superior a su valor de mercado, y ha constituido una empresa conjunta Monsanto-MAHYCO. Seg¨²n Jack Kennedy, de Monsanto, la compa?¨ªa planea "penetrar en el sector agr¨ªcola indio a lo grande. MAHYCO es un buen veh¨ªculo". Por 1.400 millones de d¨®lares, Monsanto compr¨® y se hizo cargo de las operaciones internacionales de semillas de Cargill en Am¨¦rica Central y Latina, Europa, Asia y ?frica.
Junto a Monsanto, dominando las industrias de semillas, pesticidas, alimentos y productos farmac¨¦uticos y veterinarios, est¨¢n Novartis, que surgi¨® de la fusi¨®n entre Sandoz y Ciba-Geigy, y Aventis, que se form¨® a partir de la fusi¨®n entre Astra/Zeneca y DuPont. DuPont ha adquirido la totalidad de Pioneer Hi-bred, la mayor compa?¨ªa de semillas del mundo, lo cual, seg¨²n The Wall Street
Journal, "divide, de hecho, la mayor parte de la industria de semillas de Estados Unidos entre DuPont y Monsanto".
La l¨®gica 'terminator'
En marzo de 1998, el USDA y la Delta and Pine Land Company anunciaron que hab¨ªan desarrollado y patentado conjuntamente una nueva biotecnolog¨ªa agr¨ªcola a la que denominaron, en t¨¦rminos benignos, "control de la expresi¨®n gen¨¦tica de las plantas". La nueva patente hace posible que sus due?os y los poseedores de una licencia creen semillas est¨¦riles mediante la programaci¨®n selectiva del ADN de la planta para que mate a sus propios embriones. La patente, que ha sido solicitada al menos en 78 pa¨ªses, se aplica tanto a las plantas como a las semillas de todas las especies. El USDA, un organismo gubernamental, recibe un 5% del beneficio obtenido por las ventas de esas semillas, a las que considera una especie de "polic¨ªa de los genes" incorporada.
?El resultado? Si los agricultores guardan las semillas de esas plantas despu¨¦s de la cosecha para futuras siembras, la siguiente generaci¨®n de plantas no crecer¨¢. Las vainas de guisantes, los tomates, los pimientos, las espigas de trigo y las mazorcas de ma¨ªz se convertir¨¢n b¨¢sicamente en dep¨®sitos de cad¨¢veres de semillas. Con ello, el sistema obligar¨¢ a los agricultores a comprar nuevas semillas a las compa?¨ªas cada a?o. La RAFI y otros grupos han aplicado a ese m¨¦todo el calificativo de "tecnolog¨ªa terminator", porque sostienen que amenaza la independencia de los agricultores y la seguridad alimentaria de m¨¢s de 1.000 millones de granjeros pobres en los pa¨ªses del Tercer Mundo. (...)
Los bi¨®logos moleculares est¨¢n examinando actualmente el riesgo de que la funci¨®n terminator escape del genoma de los cultivos a los que ha sido intencionalmente incorporada y pase a los cultivos circundantes de polinizaci¨®n abierta o a las plantas silvestres de los campos cercanos que est¨¦n emparentadas con esos cultivos. Dada la incre¨ªble adaptabilidad de la naturaleza y el hecho de que la tecnolog¨ªa nunca ha sido probada a gran escala, la posibilidad de que el terminator se extienda a los cultivos de plantas alimenticias circundantes o al entorno natural ha de ser considerada seriamente. La difusi¨®n paulatina de la esterilidad en las plantas que se reproducen por semillas ocasionar¨ªa una cat¨¢strofe global que podr¨ªa acabar eliminando del planeta formas de vida superiores, incluidos los seres humanos.
Seg¨²n la RAFI, "si el uso de la tecnolog¨ªa terminator se hace muy extendido, proporcionar¨¢ a la industria multinacional agroqu¨ªmica y de semillas la capacidad sin precedentes y extremadamente peligrosa de controlar el suministro mundial de alimentos". Seg¨²n las estimaciones de la RAFI, en el a?o 2010, el mercado de semillas terminator y similares podr¨ªa constituir el 80% o m¨¢s de todo el mercado mundial de semillas comerciales, valorado en 20.000 millones de d¨®lares anuales.
Los gobiernos y los agricultores del Tercer Mundo han rechazado estas tecnolog¨ªas de "control de los genes". El Gobierno indio ha asegurado que no permitir¨¢ que la tecnolog¨ªa terminator se introduzca en la India. El Consultative Group on International Agricultural Research (Grupo Consultivo sobre Investigaci¨®n Agr¨ªcola Internacional), el sistema de investigaci¨®n agr¨ªcola m¨¢s importante del mundo, ha sido rotundo al afirmar que no emplear¨¢ esa tecnolog¨ªa en sus labores de mejora de cultivos. En respuesta a la campa?a publicitaria planeada por Monsanto, "Que empiece la cosecha", los gobiernos africanos redactaron una declaraci¨®n, "?Que contin¨²e la cosecha!", en la que afirmaban: "No creemos que esas compa?¨ªas o esas tecnolog¨ªas de los genes ayuden a nuestros agricultores y agricultoras a producir los alimentos que se necesitan en el siglo XXI. Al contrario, creemos que destruir¨¢n la diversidad, los conocimientos locales y el sistema agr¨ªcola sostenible que nuestros agricultores y agricultoras han desarrollado a lo largo de milenios, y, por tanto, socavar¨¢n nuestra capacidad para alimentarnos".
Seg¨²n el escritor Geri Guidetti: "Nunca antes ha creado el hombre un plan tan insidiosamente peligroso, de tan gran alcance y potencialmente tan perfecto para controlar los medios de vida, el suministro de comida e, incluso, la supervivencia de todos los seres humanos del planeta. De un solo y descarado plumazo, el hombre habr¨¢ roto irremediablemente el ciclo planta-semilla-planta-semilla, el ciclo que sustenta la mayor parte de la vida que hay en el planeta. No habr¨¢ semillas, no habr¨¢ comida, a menos que compres m¨¢s semillas. La tecnolog¨ªa terminator es cient¨ªficamente brillante y, posiblemente, un buen negocio, pero ha cruzado la l¨ªnea, la tenue l¨ªnea que separa el genio de la locura. Es una mala y peligrosa idea que deber¨ªa ser prohibida, y punto".Las grandes compa?¨ªas sostienen que esa tecnolog¨ªa es necesaria para que puedan recuperar su inversi¨®n. Pero siguiendo ese argumento, a los fabricantes de armas tambi¨¦n se les deber¨ªa dejar vender armas y a la industria nuclear se le deber¨ªa permitir fabricar bombas libremente. Como personas con la obligaci¨®n de preservar la vida en el planeta, tenemos el deber de poner freno a ciertas actividades bas¨¢ndonos en motivos sociales y ecol¨®gicos, por muy rentables que ¨¦stas sean.
Como consecuencia de la indignaci¨®n internacional, Monsanto anunci¨®, en octubre de 1999, que abandonar¨ªa sus planes de comercializaci¨®n de la tecnolog¨ªa terminator. No obstante, Monsanto seguir¨¢ desarrollando otras tecnolog¨ªas peligrosas, incluyendo las destinadas a controlar las semillas.
La pirater¨ªa de las semillas
Las semillas y los cultivos han sido siempre festejados como fuentes de renovaci¨®n de vida y como s¨ªmbolos de fertilidad. En Asia, el arroz ha sido siempre una fuente importante de nutrici¨®n y de identidad cultural.
El arroz se desarroll¨® como fuente de comida en Asia. El arroz asi¨¢tico, Oryza
sativa, tiene dos subespecies, indica y japonica. Las variedades japonica son m¨¢s cortas, m¨¢s redondas y m¨¢s transl¨²cidas, mientras que las variedades indica tienen unos granos m¨¢s largos y finos, que no se apelmazan al cocinarlos.
En Jap¨®n, el arroz y los arrozales son importantes met¨¢foras del yo. Seg¨²n Emike Ohnuiki-Trerney, autor de Rice as
self: "Los ritos agrarios representan un ciclo c¨®smico de intercambio de dones durante el cual se ofrece una nueva cosecha de arroz a cambio de las semillas originales prove¨ªdas por las deidades".
En la India se identifica el arroz con el
prana, o aliento de la vida. Antes de que la Revoluci¨®n verde introdujera monocultivos que destruyeron la diversidad de especies, se cultivaban m¨¢s de 200 variedades de arroz en la India. Al ir evolucionando, estas variedades aut¨®ctonas de arroz hab¨ªan logrado sobrevivir a inundaciones y sequ¨ªas, crecer en terrenos elevados y ecosistemas costeros, y ofrecer un sabor mejorado y un valor medicinal.
En el subcontinente indio se ha cultivado arroz basmati durante siglos, y hay referencias a ¨¦l en los textos antiguos, en el folclore y en la poes¨ªa. Esta variedad naturalmente perfumada de arroz ha sido siempre muy apreciada y ¨¢vidamente codiciada por los extranjeros.
Los a?os de investigaci¨®n de diferentes cultivos de basmati por parte de agricultores indios y paquistan¨ªes han dado como resultado una gama diversa de variedades de basmati. Sus cualidades superiores son el resultado de la cr¨ªa, el desarrollo y la innovaci¨®n informales hechos por esos agricultores y agricultoras. Hoy en d¨ªa se cultivan en la India 27 variedades distintas documentadas de basmati. Navdanya, un programa de conservaci¨®n de semillas nativas, ha guardado, recogido y distribuido 14 variedades de basmati.
En los ¨²ltimos a?os, el arroz basmati ha sido uno de los productos de la India cuya exportaci¨®n ha tenido un crecimiento m¨¢s r¨¢pido. Cada a?o, la India cultiva 650.000 toneladas de basmati, que cubre entre el 10% y el 15% de la superficie total de terreno cultivado con arroz en la India. Anualmente, se exportan entre 400.000 y 500.000 toneladas de basmati. Los principales importadores de basmati indio son Oriente Pr¨®ximo (el 65%), Europa (el 20%) y Estados Unidos (de un 10% a un 15%). A 850 d¨®lares por tonelada, el basmati indio es el arroz m¨¢s caro de los que importa la Uni¨®n Europea. El basmati paquistan¨ª cuesta 700 d¨®lares por tonelada y el arroz fragante tailand¨¦s cuesta 500 d¨®lares por tonelada.
El arroz basmati
No obstante, una patente reciente amenaza con piratear la innovaci¨®n de los agricultores y con monopolizar ese comercio. El 2 de septiembre de 1997 se le concedi¨® a RiceTec, Inc., con sede en Tejas, la patente n¨²mero 5.663.484 sobre las variedades y los granos de arroz basmati. RiceTec obtuvo derechos de patente sobre el arroz y los granos basmati a la vez que comercializaba ese arroz a trav¨¦s de marcas como Kasmati, Texmati y Jasmati. La patente har¨¢ posible que Rice Tec venda a escala internacional lo que afirma ser una nueva variedad de basmati, desarrollada con el nombre de Basmati.
La variedad Basmati patentada por RiceTec se deriv¨® a partir del basmati indio cruzado con variedades semienanas, incluidas las variedades indica. Estas variedades son las de los propios agricultores, las que hab¨ªan desarrollado en el subcontinente indio durante siglos. El m¨¦todo de RiceTec de cruzar diferentes variedades para combinar sus rasgos -en este caso, las obtenci¨®n de las caracter¨ªsticas del Basmati a partir de las caracter¨ªsticas de variedades basmati y semienanas- no es ninguna novedad. Se trata de un m¨¦todo com¨²n de mejora de especies, que cualquiera que est¨¦ familiarizado con ese arte conoce. Pero la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos ha concedido a RiceTec una patente amplia y ha denominado el Basmati de RiceTec y el m¨¦todo por el que se desarroll¨® como "novedosos" y generadores de un arroz con "caracter¨ªsticas similares o superiores a las del arroz basmati de buena calidad".
Se supone que las patentes han de ser concedidas a invenciones industriales que son novedosas en modos que no resulten del todo obvios. Pero el aroma del arroz Basmati, que la patente considera como algo nuevo, no es novedoso. El Basmati de RiceTec no puede ser novedoso y similar al basmati tradicional al mismo tiempo. La propia derivaci¨®n convencional de variedades a partir del cruce de otras no es original y tiene mucho de obvia. De hecho, la patente de RiceTec considera la derivaci¨®n como una forma de creaci¨®n y la pirater¨ªa como un modo de invenci¨®n. La Oficina de Patentes de Estados Unidos no ha protegido la invenci¨®n, sino la biopirater¨ªa.
La patente de RiceTec sobre el basmati ejemplifica los problemas inherentes al patentado de recursos vivos. Reclamar la invenci¨®n de variedades de plantas supone una negaci¨®n de la creatividad de la naturaleza, por un lado, y de la de los agricultores, por el otro. Si se sostiene esa falsa alegaci¨®n de invenci¨®n, podr¨ªa ser utilizada, de hecho, para penalizar a los cultivadores y cultivadoras de basmati por infringir la patente de RiceTec. Los agricultores indios que cultivan basmati podr¨ªan ser obligados a pagar royalties a RiceTec. (...)
La pirater¨ªa del basmati es s¨®lo un ejemplo de c¨®mo las compa?¨ªas est¨¢n reclamando "derechos de propiedad intelectual" sobre la biodiversidad y las innovaciones aut¨®ctonas del Tercer Mundo, rob¨¢ndoles a los pobres los ¨²ltimos recursos que les permiten sobrevivir fuera del mercado global. Otros ejemplos incluyen las patentes sobre la pimienta, el jengibre, la mostaza, el nim y la c¨²rcuma.
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