El ogro amigo del campe¨®n
Detr¨¢s de Juan Carlos Ferrero, en la sombra, hay una persona fundamental: Antonio Mart¨ªnez Cascales, su entrenador y bastante m¨¢s. "M¨¢s que un segundo padre", comenta Cascales recordando que Eduardo, el padre de Ferrero, acompa?a a su hijo a casi a todos los torneos, "soy una persona de m¨¢xima confianza. Juan Carlos sabe que no voy a hacer nada pensando en m¨ª, y que todo lo que hago es en beneficio suyo".
Su historia comenz¨® mal, porque cuando Ferrero acudi¨® a la escuela de Cascales, en Villena, para realizar su primera prueba, a los nueve a?os y medio, se llev¨® la imagen de que una persona seria y gru?ona. "?l siempre dice que le parec¨ª un ogro", recuerda el entrenador. "Era un ni?o, lleg¨® casi de noche, y yo tampoco soy muy expresivo. Pero se qued¨® en la escuela. Los primeros meses apenas se entrenaba conmigo, le controlaba de lejos. Pero al cabo de un a?o ya empezamos a trabajar juntos".
Ayud¨® a mejorar su relaci¨®n una excursi¨®n que realizaron, junto a un grupo de compa?eros de la academia, para celebrar el t¨ªtulo de campe¨®n de Espa?a alev¨ªn. "Fuimos a la laguna de Ruidera. Y entonces, en aquel corto trayecto, comenz¨® a descubrir c¨®mo era yo en realidad. Empez¨® a confiar m¨¢s en m¨ª, a contarme m¨¢s cosas". En Villena, Ferrero vivi¨® un a?o en casa de Cascales, hasta que comenz¨® a funcionar la residencia de la Equality Academy, la escuela de la que ahora Juan Carlos comparte la propiedad.
Cuando los resultados comenzaron a llegar, fue Mart¨ªnez Cascales quien aconsej¨® a Ferrero que aceptara integrarse en el CAR de Sant Cugat, pensando que all¨ª tendr¨ªa quiz¨¢s m¨¢s posibilidades de entrar en los equipos nacionales. Entonces, el jugador se mostr¨® firme en su decisi¨®n de no abandonar la academia, ni siquiera para irse a Florida, al famoso campus de Nick Bolletieri, el descubridor de Agassi y Sampras. Y despu¨¦s, cuando entr¨® ya en el circuito profesional, Cascales sigui¨® siendo no s¨®lo su director ten¨ªstico, sino tambi¨¦n el muro de los lamentos o de las alegr¨ªas.
"A nivel humano, los momentos m¨¢s dif¨ªciles", explica Cascales, "fueron los a?os en que su madre estuvo enferma y cuando falleci¨®. Entonces, ¨¦l tuvo muchas dudas y pens¨® incluso en dejarlo. A nivel deportivo, las vivencias m¨¢s duras fueron la final del Masters que perdi¨® en Shangai ante Hewitt [le ganaba 3-1 en la quinta manga], la semifinal de Roland Garros de 2001 que perdi¨® ante Kuerten, y la final del a?o pasado [cay¨® ante Abert Costa]. Pero siempre se sinti¨® bien arropado. Cuando perdi¨® en el Masters, por ejemplo, llegamos a Villena de noche y desmoralizados por el viaje y la derrota. Pero los alumnos nos estaban esperando, escondidos en distintos lugares. Nos recibieron con v¨ªtores y lanzaron fuegos artificiales".
Se pasan el a?o viajando juntos de una punta a la otra del mundo y su convivencia es casi constante. Tienen muchas horas para hablar de todo, para explicarse las cosas. "En los viajes me lo cuenta todo", asegura Cascales. "Si algo le preocupa, sabe que siempre me tiene ah¨ª. Y lo que no me cuenta es porque sabe que est¨¢ mal. Luego, busca el mejor momento y me lo dice al cabo de unas semanas". Ahora, Ferrero acaba de comprarse un piso en Valencia y es su entrenador quien le asesora para comprar los muebles y decorarlo. "Me busca para todo". Tras ganar en Par¨ªs, Ferrero confes¨® que Cascales no le dejaba comprar un nuevo coche, un Aston Martin.
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