Roberto Rocca, la primera fortuna de Argentina
Roberto Rocca, el hombre m¨¢s rico y poderoso de Argentina y una de las mayores fortunas del mundo, seg¨²n la revista Forbes, falleci¨® el martes en Mil¨¢n a consecuencia de una afecci¨®n en el p¨¢ncreas.
Nacido en G¨¦nova en 1922, hered¨® de su padre Agostino, el cetro de Techint, un holding multisectorial que dio sus primeros pasos en Mil¨¢n en 1945 y fue fundado con el mismo nombre en Argentina dos a?os despu¨¦s. Hoy factura 6.000 millones de d¨®lares y gestiona otros 8.000, con una plantilla de 50.000 trabajadores fijos y un millar en tareas espor¨¢dicas.
El imperio industrial posee negocios en siderurgia, ingenier¨ªa y construcciones, petr¨®leo y gas, maquinaria industrial y servicios. Se ha especializado en acero y construcciones, y ha diversificado sus actividades en los sectores de la energ¨ªa, inform¨¢tica, transportes, telefon¨ªa y salud. Tiene oficinas en 20 pa¨ªses.
Roberto Rocca estudi¨® y se gradu¨® en ingenier¨ªa mec¨¢nica por el Polit¨¦cnico de Mil¨¢n. Hab¨ªa participado en la Segunda Guerra Mundial como oficial de m¨¢quinas en un submarino de la Marina italiana. Terminada la contienda, prosigui¨® sus estudios en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde obtuvo un doctorado en 1950.
En 1945 se uni¨® a su padre para fundar Techint y dos a?os m¨¢s tarde, la empresa obtuvo el primer contrato importante: la realizaci¨®n de un gasoducto de mil kil¨®metros desde la Patagonia a Buenos Aires. En aquella ¨¦poca, Agostino Rocca, junto a otros importantes dirigentes llegados de Italia, era un hervidero de iniciativas.
En 1954 pudo realizar su sue?o al instalar en la localidad de Campana, a 70 kil¨®metros de Buenos Aires, la primera planta de la Dalmine-Safta Argentina para la fabricaci¨®n de tubos de acero, que constituye todav¨ªa hoy, con el nombre de Siderca, el n¨²cleo duro del imperio. Cuando el patriarca muri¨®, en 1978, dej¨® a modo de testamento un mensaje dirigido a sus hijos y a los dirigentes del grupo, en el que destacaba la absoluta importancia de un estilo empresarial basado en la seriedad, correcci¨®n, criterios rigurosos de gesti¨®n, descentralizaci¨®n operativa y unida a un control central.
Roberto Rocca recibi¨® las riendas del padre cuando ya se hab¨ªa impregnado de la filosof¨ªa del fundador del grupo, que podr¨ªa resumirse en dos frases: no se puede gastar m¨¢s de lo que se produce y hay que actuar como si uno fuera a vivir para siempre, pero pensando que puede morir en cualquier momento.
Su estilo de vida se ajust¨® a estos preceptos, y el n¨²mero uno de Techint mantuvo hasta sus ¨²ltimos d¨ªas la austeridad en su manera de ser y actuar. Lejos de la frivolidad y la ostentaci¨®n de algunos de sus conterr¨¢neos, los Rocca mantuvieron un bajo perfil en todas sus actividades. Sus visitas a las reuniones que la aristocracia italo-argentina organiza anualmente en el C¨ªrculo Italiano fueron espor¨¢dicas.
As¨ª era Roberto, reacio a hablar con la prensa, ausente de las fiestas sociales y con escasa exposici¨®n p¨²blica a pesar del imperio que dirig¨ªa. Sol¨ªa moverse sin escolta porque, seg¨²n dec¨ªa, en la escolta est¨¢ el germen de los secuestros: "Es muy f¨¢cil que esta gente sepa d¨®nde y c¨®mo secuestrarte". Se jactaba de haber dado instrucciones a su gente para que en caso de ser secuestrado no pagaran el rescate.
Precisamente este lunes, 71 trabajadores de Techint de Argentina fueron secuestrados durante 36 horas en el campamento de Tocate, en el departamento de Ayacucho, Per¨², por un grupo armado de Sendero Luminoso, siendo liberados en la madrugada del mi¨¦rcoles por el Ej¨¦rcito.
Casado con Andreina Bassetti, tuvo tres hijos: Agostino, Gianfelice y Paolo. El primero falleci¨® en abril del 2001, cuando la avioneta en la que viajaba a la Patagonia con un grupo de amigos se estrell¨® a su regreso en el campo de la provincia de Buenos Aires. Fue un golpe muy duro para Roberto Rocca perder a su hijo mimado, que llevaba el tim¨®n de la empresa desde 1993.-
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