Ag¨®nica Hoja de Ruta
Los ocho d¨ªas transcurridos desde que israel¨ªes y palestinos se prometieran en la cumbre de ?qaba, bajo el patrocinio del presidente estadounidense, un itinerario civilizado hacia su convivencia pac¨ªfica en 2005 parecen una distante eternidad. Es dif¨ªcil creer hoy que quede algo de esa esperanza llamada Hoja de Ruta. La regi¨®n vive una guerra literal exacerbada en la que ning¨²n bando ahorra nada. Israel mata a mansalva a presuntos culpables e inocentes con sus misiles. El terrorismo palestino, con Ham¨¢s a la cabeza, se libra en indiscriminados atentados suicidas. El primer ministro palestino asiste impotente a la carnicer¨ªa.
La situaci¨®n se escapa por momentos de las manos de sus agentes principales, como lo sugiere el llamamiento de Bush a una movilizaci¨®n general para detener el ba?o de sangre. Su secretario de Estado, Colin Powell, a?ad¨ªa ayer urgencia en una ronda telef¨®nica con los Gobiernos y responsables pol¨ªticos de la zona, a los que ped¨ªa recuperar la iniciativa, con Washington al frente, y una actitud inequ¨ªvoca contra la tentacular financiaci¨®n del terror. Las muertes en ambos bandos en las ¨²ltimas 48 horas superan con mucho las de conflictos armados convencionales. Sharon ha ordenado a su Ej¨¦rcito que emplee todo lo que tenga contra cualquier vestigio de Ham¨¢s, incluido el jeque Yassin, su anciano jefe paral¨ªtico, escudado en Gaza. La respuesta del grupo fundamentalista ha sido pedir a los extranjeros que abandonen inmediatamente Israel si estiman en algo su integridad personal.
En este escenario descontrolado, el primer ministro palestino, que ha lanzado un SOS a la Casa Blanca, aparece cada vez m¨¢s irrelevante. Es, sin duda, lo que quiere Sharon, un maestro de la sutileza cuya ceguera pol¨ªtica le llev¨® ayer a calificar a Abu Mazen de "pollo sin plumas" y a su Gobierno, de "ni?os llorones que permiten a los terroristas moverse a su antojo". La mala fe del l¨ªder israel¨ª es tanto m¨¢s evidente en cuanto conoce mejor que nadie la debilidad cong¨¦nita de Abu Mazen, a quien los grupos extremistas acusan de haber claudicado ante Israel en la Hoja de Ruta y carece de la capacidad armada para imponerse a Ham¨¢s. No se puede reprochar al precario jefe del Gobierno palestino -auspiciado precisamente por EE UU e Israel para marginar a Arafat- que prefiera la v¨ªa del di¨¢logo para llegar a una eventual tregua con el fundamentalismo, sabedor de que una confrontaci¨®n abierta podr¨ªa desembocar en una guerra civil entre palestinos, el pen¨²ltimo de los desastres posibles.
S¨®lo Washington, con su ascendiente global, puede empu?ar con la ayuda firme de sus aliados las riendas de una situaci¨®n tan cr¨ªtica. Oriente Pr¨®ximo, por las dimensiones de la tragedia colectiva y el potencial expansivo del odio que alimenta, exige en esta hora del presidente norteamericano George W. Bush por lo menos la misma determinaci¨®n pol¨ªtica que ha demostrado con Irak.
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