Historia de una perversi¨®n

La Inquisici¨®n es una de las mayores perversiones imputables a la Iglesia y a la Monarqu¨ªa hisp¨¢nica en los tiempos modernos (y en todos los tiempos), uno de los elementos centrales de la llamada leyenda negra (es decir, el conjunto de acusaciones esgrimidas contra Espa?a por sus enemigos en el siglo XVI) y uno de los instrumentos represivos m¨¢s imitados por los reg¨ªmenes totalitarios de ¨¦pocas sucesivas, incluyendo el reciente intento de George Bush de crear una red secreta de informantes calcada de la instituci¨®n conocida como los familiares de la Inquisici¨®n. Es natural, pues, que el Santo Oficio haya despertado siempre la curiosidad de un p¨²blico muy amplio.

Para dar respuesta a esta demanda de informaci¨®n se han llevado a cabo toda una serie de investigaciones que a su vez han dado lugar a diversas publicaciones sobre el significado y el funcionamiento del aparato inquisitorial. Y, sin embargo, las historias generales disponibles no son muchas. La primera es la escrita por Henry Charles Lea en 1906-1907, que es adem¨¢s la m¨¢s extensa (cuatro vol¨²menes, que quedan en tres en la traducci¨®n castellana de 1983). La m¨¢s divulgada es la excelente s¨ªntesis de Henry Kamen titulada La Inquisici¨®n espa?ola, con numerosas ediciones. Los lectores con prisas pueden leer el breve pero solvente resumen Historia de la Inquisici¨®n espa?ola (1478-1834), de Jaime Contreras. Pero, sin duda, la obra m¨¢s actualizada es la escrita al un¨ªsono por Doris Moreno y Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel bajo el t¨ªtulo Inquisici¨®n. Historia cr¨ªtica, hoy por hoy, la s¨ªntesis m¨¢s autorizada de todas cuantas circulan entre nosotros.

?Qu¨¦ representa, entonces, en medio de este panorama, la reciente aportaci¨®n del prestigioso hispanista Joseph P¨¦rez? Se trata de una aproximaci¨®n al Santo Oficio durante los siglos XV y XVI, es decir, desde el momento de su aparici¨®n como artefacto antisemita y durante los a?os de su mayor actividad, ya m¨¢s diversificada para incluir a erasmistas, alumbrados, protestantes y otros heterodoxos. De esta forma, se omiten las referencias a los siglos XVII y XVIII y tambi¨¦n a los tribunales de fuera de la Pen¨ªnsula (Sicilia, Canarias, Nueva Espa?a y Per¨²), pero en cambio se analizan con detenimiento y con el acertado criterio de un gran conocedor de la materia cuestiones tan trascendentes como las particularidades procesales del Santo Oficio o sus relaciones con el desarrollo cient¨ªfico, con la vida intelectual y con el poder pol¨ªtico. En definitiva, se trata de una documentada s¨ªntesis con el aval de uno de los mejores especialistas en la historia moderna de Espa?a.