Cronista de pasiones
Este barcelon¨¦s de 1926, hijo de un fot¨®grafo ambulante y de una obrera de f¨¢brica textil, emigr¨® a Venezuela en busca de fortuna tras intentar sobrevivir con diversos peque?os empleos. De all¨ª regres¨® en 1959 con la intenci¨®n de estudiar direcci¨®n cinematogr¨¢fica, pero el acceso a la Escuela le fue denegado por falta de estudios previos. No obstante, en 1964 logr¨® dirigir junto a Rom¨¢n Gubern su primer largo, Brillante porvenir, al que sigui¨® Fata Morgana (1966), reivindicado como precursor de la llamada Escuela de Barcelona, que pretend¨ªa distanciarse del realismo cr¨ªtico de las pel¨ªculas madrile?as de la ¨¦poca.
Pero Vicente Aranda se desvincular¨ªa pronto de este movimiento para realizar una obra de corte m¨¢s personal, aunque en ocasiones bas¨¢ndose en obras literarias como en La muchacha de las bragas de oro (1979), Si te dicen que ca¨ª (1989) y El amante biling¨¹e (1993), las tres de Juan Mars¨¦; Asesinato en el Comit¨¦ Central (1982), de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n; Fanny Pelopaja (1984), de Andreu Mart¨ªn; Tiempo de silencio (1986), de Luis Mart¨ªn Santos; Los jinetes del alba, de Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos; La pasi¨®n turca (1994), de Antonio Gala, o La mirada del otro, de Fernando G. Delgado...
Sus cr¨®nicas sobre la reciente historia espa?ola gustan de lo s¨®rdido y de lo provocador, elementos que auspiciaron el ¨¦xito de El Lute, camina o revienta (1987) y El Lute II, Ma?ana ser¨¦ libre (1988), inspiradas en las memorias del delincuente Eleuterio S¨¢nchez. Igualmente, ha buceado en otras ¨¦pocas como en Libertarias (1996), sobre el papel de las mujeres anarquistas durante la guerra civil; Juana la loca (2001), un perfil biogr¨¢fico de la hija de los Reyes Cat¨®licos, y Carmen (2003), su, por ahora, ¨²ltima realizaci¨®n. Ha recibido numerosas distinciones internacionales as¨ª como el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa en 1988.
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