Asar la manteca

Parece como si la calor de los ¨²ltimos d¨ªas, la elecci¨®n de ediles principales en nuestros municipios y lo del Parlamento regional de Madrid nos haya dejado fritos, es decir, casi inutilizados. Y no es as¨ª. El vecindario vot¨®, y no se equivoc¨®. Se equivocaron quiz¨¢s quienes redactaron una normas electorales que no permiten la elecci¨®n directa de los alcaldes, si es necesario a dos vueltas, como en otros pa¨ªses; no se equivocaron en Pego los ediles del PP, ni los del PSPV-PSOE ni los aleatorios mun¨ªcipes del Bloc, que unieron sus votos y sus voluntades democr¨¢ticas para restarle relevancia pol¨ªtica -y municipal, claro- al desaguisado p¨²blico que representaba el hasta ayer mismo alcalde de Pego, Carlos Pascual, un leg¨ªtimo representante de la m¨¢s castiza raigambre carpetovet¨®nica. Los vecinos de uno de los humedales m¨¢s lindos y necesarios del Pa¨ªs Valenciano, y sus representantes municipales electos, han actuado como los franceses frente a Le Pen: todos juntos para salvaguardar el respeto a las personas y la normalidad democr¨¢tica, como indic¨® el nuevo alcalde. Una buena noticia en d¨ªas de tanto calor, que este peri¨®dico puso de relieve en las p¨¢ginas de su edici¨®n valenciana, como no pod¨ªa ser de otro modo cuando hay sobra de disparate y falta de raz¨®n c¨ªvica para la convivencia.

El vecindario tiene en alta consideraci¨®n el papel que desempe?an sus ayuntamientos. La administraci¨®n local, sin ser radicalmente municipalistas, tiene por su inmediatez una primac¨ªa entre los votantes. Los alcaldes y sus equipos de gobierno deciden mucho en ¨¢mbitos que van desde el urbanismo a la cultura, pasando por la recogida de basuras. Por eso algunos de nosotros no acabamos de entender que algunos de los dirigentes de nuestros partidos pol¨ªticos act¨²en como el que as¨® la manteca, esto es discurran de forma torpe, en vez de dejar a sus afiliados con representaci¨®n municipal que establezcan los pactos que crean convenientes y con quien crean convenientes y razonables en sus respectivos pueblos y ciudades. "Frenar el poder de la derecha", como ha indicado en abstracto Ricardo Sixto de Esquerra Unida, no lleva en determinadas localidades a ning¨²n sitio. En Benic¨¤ssim, sin ir m¨¢s lejos, han sido dos ediles de la derecha quienes facilitaron la alcald¨ªa a Francesc Colomer, y dif¨ªcilmente un voto progresista hubiese podido facilitar la alcald¨ªa de Cabanes a la socialista principal de ese pueblo cuyos intereses, con los de parte de la derecha de su consistorio, coinciden en echar m¨¢s cemento en las inmediaciones del Parque Natural de la Ribera de Cabanes.

Mucha ret¨®rica y grandilocuencia en esa especie de frentismo municipalista, cuando luego resulta elegido un alcalde de Izquierda Unida en Geldo con los votos de los concejales del Partido Popular. Y las situaciones son tan variopintas que resulta irrisorio escuchar las palabras de los pactistas de Meliana, hablando del golpe dado a las fuerzas de progreso y de izquierdas por el representante de Esquerra Unida que se vot¨® a s¨ª mismo y facilit¨® la elecci¨®n del representate municipal de los conservadores, que tuvieron la lista m¨¢s votada. Y corramos un tupido velo en Torreblanca o Benicarl¨® y sobre los frentistas del Bloc y del PSPV que no llegan a nada, cuando macroproyectos urban¨ªsticos se ciernen sobre el horizonte de sus respectivos t¨¦rminos municipales. Est¨¢n asando la manteca y, a lo peor, el vecindario se lo recordar¨¢ en las urnas.