El mar arroja a la costa en 45 d¨ªas una treintena de delfines y tortugas

Las costas valencianas han sido escenario del hallazgo de m¨¢s de una treintena de tortugas y cet¨¢ceos, sobre todo delfines, que en la mayor¨ªa de los casos han aparecido muertos. La provincia donde, desde inicios de mayo, se ha detectado un mayor n¨²mero de animales ha sido Alicante. Ayer fue hallado entre Cabanes y Oropesa, en el litoral castellonense, el cad¨¢ver de un delf¨ªn listado pr¨¢cticamente descompuesto.

En las playas de Alicante, en los ¨²ltimos 45 d¨ªas, el Centre de Coordinaci¨® d'Emerg¨¨ncies de la Generalitat registr¨® el aviso de la aparici¨®n de hasta siete tortugas, siete delfines y un cachalote. En Valencia aparecieron seis tortugas y cinco delfines, mientras que en las costas de Castell¨®n se detect¨® la muerte de dos tortugas y cinco delfines. Si durante el mes de mayo ya fueron 18, entre cet¨¢ceos y tortugas, los animales que aparecieron en las costas, en los 17 d¨ªas de mes de junio ya han sido 16 los detectados.

Santapola, Torrevieja, Guardamar, San Juan y el propio Alicante son algunas de las localidades en las que aparecieron los animales, al igual que en Cullera, El Saler o la playa de la Malva-rosa en Valencia. En Castell¨®n, Oropesa, Cabanes o Pe?¨ªscola fueron los sitios donde se detectaron animales muertos.

Son los bi¨®logos del Instituto Cavanilles de la Facultad de Biol¨®gicas de la Universidad de Valencia los que se encargan de analizar los animales muertos y tratar de determinar las causas. Uno de los responsables del equipo de la unidad que realiza estos trabajos, Antonio Raga, asegur¨® ayer que, de momento, no se puede determinar si existe una causa com¨²n en todas las muertes. En cualquier caso mantuvo que, de forma generalizada, debido a que tambi¨¦n en marzo se registr¨® otro "pico" de mortandad de cet¨¢ceos, los bi¨®logos estudian la posibilidad de que se haya reproducido una epidemia detectada en 1990. Entonces, fue un virus que, unido a la contaminaci¨®n del mar, provoc¨® un descenso en las defensas de los animales que acab¨® con la vida de muchos de ellos. "Nuestro miedo es que la epidemia se haya reproducido", se?al¨®.

En el caso de las tortugas bobas, seg¨²n Raga, el mayor peligro es la pesca de palangre, ya que han aparecido ejemplares con el anzuelo clavado en la boca, la garganta o el est¨®mago. A¨²n as¨ª, las que se salvan, que en los ¨²ltimos d¨ªas han sido cuatro, se recuperan en el Centro de Recuperaci¨®n de Fauna de El Saler.