Tan llenas de gracia
Mayte Mart¨ªn y Bel¨¦n Maya, cantaora y bailaora. Tan llenas de gracia, las dos. Han puesto en pie un espect¨¢culo que es una maravilla. Con un grupo de formato reducido -dos guitarras, un viol¨ªn, palmas- pero en el que cada uno de sus miembros se hace imprescindible, tanto por su clase personal como por la perfecta adecuaci¨®n al conjunto.
Mayte Mart¨ªn, quien firma tambi¨¦n la direcci¨®n musical, realiza un verdadero tour de force puesto que se halla en el escenario de principio a fin, salvo el breve par¨¦ntesis del excelente solo de guitarra de Jos¨¦ Luis Mont¨®n. Y canta todos los temas. El repertorio elegido es complicado, ya que alcanza pr¨¢cticamente a todas las familias del flamenco, tan diversas de temperatura emotiva, con lo que eso supone para la cantaora de ir constantemente adaptando su disposici¨®n mental al car¨¢cter de cada nuevo tema.
Mayte Mart¨ªn y Bel¨¦n Maya
Cante: Mayte Mart¨ªn. Baile: Bel¨¦n Maya. Con Juan Ram¨®n Caro y Jos¨¦ Luis Mont¨®n (guitarras), Olvido Lanza (viol¨ªn), Susana Medina y Ana Cali (palmas). Teatro Real. Madrid, 16 de junio.
Pasar de las alegr¨ªas a las ton¨¢s, por ejemplo, exige un notable esfuerzo en el entendimiento de los cantes y en la asunci¨®n de su radical diferencia de interpretaci¨®n. Esfuerzo que Mayte Mart¨ªn realiza con la aparente sencillez con que ella lo hace todo.
Desparpajo
Cant¨® por alegr¨ªas con el desparpajo y el aire desenfadado que exige el g¨¦nero, para el baile de Bel¨¦n Maya y con el acompa?amiento de todo el grupo, y despu¨¦s cant¨® por ton¨¢s con grandeza y jondura ejemplares, como deben hacerse estos cantes. Cerebralmente, de acuerdo, porque es as¨ª como la cantaora afronta siempre su arte, pero de manera ejemplar.
Volvamos al baile por alegr¨ªas, en el que Bel¨¦n Maya alcanz¨® uno de los momentos culminantes del espect¨¢culo, vistiendo adem¨¢s bata de cola. Lo hizo largu¨ªsimo, es cierto, pero en ninguna de sus fases pes¨® a la audiencia; m¨¢s bien al contrario, puesto que el p¨²blico sigui¨® anhelante todas sus evoluciones y al final se volc¨® en aclamaciones. Estaba justificado: Bel¨¦n Maya ofreci¨® una verdadera antolog¨ªa de lo que es el baile por alegr¨ªas, con contenci¨®n, sin conceder nada al efectismo, sin repetir recursos. Y esto es muy dif¨ªcil tal como ella lo hizo en todo lo que bail¨®, sola, teniendo que sacar su arte tan bello de dentro de s¨ª misma. La petenera, La Tarara, por siguiriyas, adem¨¢s de las alegr¨ªas. En todo lo que bail¨®, Bel¨¦n Maya dej¨® el sello de su personal y atractivo entendimiento del flamenco.
Y en todo tuvo por detr¨¢s el formidable cante de Mayte Mart¨ªn, que brill¨® adem¨¢s en temas en solitario como esa delicia que es la vidalita y la malague?a con el remate de los fandangos abandolaos.
Una gran noche, en fin, que termin¨® con corro de buler¨ªas a palo seco -ojo, que hasta los tocaores catalanes dieron su pat¨¢- y el p¨²blico un¨¢nimemente en pie haci¨¦ndolas salir a saludar muchas veces.
Babelia
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