Tecnolog¨ªa y activismo social en San Francisco
EN SAN FRANCISCO la gente no s¨®lo se preocupa por ganar millones de d¨®lares. Los activistas, ingenieros y hasta hombres y mujeres de negocios que quieren construir un mundo mejor no faltan. Algunos acudieron a la conferencia Planetwork la semana pasada para tratar de responder a esta pregunta: "?c¨®mo usar la tecnolog¨ªa para movilizar y fortalecer la sociedad civil y promover un mundo m¨¢s justo, pac¨ªfico y sostenible?".
"Estamos retomando la herencia de Internet y el impulso creador colaborativo que est¨¢ en la ra¨ªz de la revoluci¨®n high-tech", explic¨® Jim Fournier, organizador del evento. El primer objetivo era divulgar los mejores instrumentos tecnol¨®gicos y las pr¨¢cticas m¨¢s exitosas.
"Internet podr¨ªa ser la ¨²ltima oportunidad para salvar la democracia y, tal vez, para evitar una cat¨¢strofe ecol¨®gica global", dice Jim Fournier
"Estamos retomando la herencia de Internet y el impulso creador colaborativo que est¨¢ en la ra¨ªz de la revoluci¨®n high-tech", explic¨® Jim Fournier, organizador del evento
Varias sesiones versaron sobre los programas para redes sociales (Social Networks Software). Friendly Favors, por ejemplo, "re¨²ne" a m¨¢s de 35.000 personas en 152 pa¨ªses. Es una red de redes que utiliza una misma tecnolog¨ªa, una base de datos de personas, con objetivos compatibles que se recomiendan los unos a los otros.
Michael Litz, de OneWorld, una red basada en Londres, mostr¨® como Internet le permite a aldeas de pescadores de la regi¨®n de Pondichery (India) consultar la meteorolog¨ªa y transmitir a los pescadores por altavoz las previsiones del tiempo y reducir as¨ª los accidentes. Los tel¨¦fonos m¨®viles les permiten enterarse de los precios de los mercados de la regi¨®n.
"Es la generaci¨®n X que entra en contacto con la de 1968", coment¨® Nancy Van House, profesora de la Universidad de Berkeley (California). Al lado de los j¨®venes, eran notables los hombres con larga cabellera canosa. Lo m¨¢s llamativo era ver a muchos de ellos teclear un ordenador port¨¢til durante las sesiones. No era para responder emails atrasados. Una red Wi-Fi les permit¨ªa participar en chats y discusiones en l¨ªnea sobre lo que expon¨ªan los oradores. Interactividad en tiempo real.
Los ejecutivos tambi¨¦n estaban ah¨ª. Por ejemplo Paul Hawken, conocido por sus libros sobre negocios y medio ambiente. Present¨® un programa, Groxis, que permite ampliar la circulaci¨®n de informaci¨®n relevante entre organizaciones de la sociedad civil, seg¨²n explic¨®.
Pero el inter¨¦s tambi¨¦n va hacia las "redes econ¨®micas". En tiempos de crisis la red favorece el desarrollo del trueque como lo ha demostrado la situaci¨®n argentina. A¨²n en el ¨¢mbito local facilita la relaci¨®n entre la oferta y la demanda. Los participantes est¨¢n convencidos, para retomar las palabras de Annette Riggs, especialista de los modelos de comercio "sin efectivo" de que "las ideas y la tecnolog¨ªa est¨¢n, s¨®lo hay que adoptarlas".
Uno de los proyectos m¨¢s ambiciosos es la creaci¨®n de "una red social aumentada" (Augmented Social Network), una referencia directa al t¨¦rmino utilizado por Doug Engelbaert, presente durante la conferencia, e inventor del rat¨®n y de la interfaz gr¨¢fica, qui¨¦n siempre vio en el ordenador un medio para aumentar las capacidades humanas. Sus herederos ven a las redes de la misma forma. Ken Jordan, responsable del proyecto, quiere "incorporar [el reconocimiendo de la] identidad y confianza en la arquitectura misma de Internet, teniendo en mente el inter¨¦s del p¨²blico para facilitar las relaciones entre gente que comparten afinidades o capacidades complementarias en redes sociales distintas".
La creaci¨®n de mecanismos que permiten reconocer a quienes se conectan y estar seguro que son quienes dicen ser es una de las prioridades tanto de los activistas sociales como de los hombres de negocios. Pero la identidad que preocupa a Jordan y sus amigos "es la del ciudadano virtual m¨¢s que la del consumidor".
"Mucha gente y compa?¨ªas creativas siguen en pie y quieren hacer algo que valga la pena para resolver los problemas del planeta", escribi¨® Jim Fournier. "Internet podr¨ªa ser nuestro ¨²ltimo oportunidad para salvar a la democracia y, tal vez, para evitar una cat¨¢strofe ecol¨®gica global".
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