L¨¢stimas
Conservo una foto de mi primer viaje a Italia, all¨¢ por el 82, donde poso con la melena revuelta delante de la Venus de Urbino. La retrospectiva de Tiziano que estos d¨ªas se expone en Madrid me ha tra¨ªdo un mont¨®n de recuerdos y me ha servido para ver la obra del pintor italiano con ojos diferentes. No s¨¦ si es la edad, pero contemplar ahora esos cuerpos femeninos de virtuosa carnosidad, sobrepasados de abundancia, me ha hecho detenerme en una realidad que s¨®lo hab¨ªa observado de puntillas. Lo pienso a veces. El arte pide siempre una relectura para que ajustemos su generosa e inmutable verdad al reloj de nuestra vida. Desde El Quijote a la Venus recre¨¢ndose en la m¨²sica, no hay reencuentro con la obra literaria o art¨ªstica que no conlleve nuevos descubrimientos y emociones. Lo que me pregunto es qu¨¦ suceder¨ªa si libros y piezas de arte s¨®lo pudieran ser vistos una vez, si no tuvi¨¦ramos el privilegio de releer o volver a contemplar. Ya s¨¦ que para muchos esto no supondr¨ªa ninguna cat¨¢strofe, pero, en consecuencia, ser¨ªa lo mismo que prohibirnos entrar por segunda vez a un Museo o no hallar en las librer¨ªas m¨¢s que las ¨²ltimas novedades del mercado.
Al margen de estas suposiciones, lo m¨¢s parecido a una experiencia as¨ª es el arte ef¨ªmero de los monumentos de cart¨®n. Estos d¨ªas, las calles de Alicante est¨¢n sembradas de fogueras de muy diversa factura, pero siempre hay alguna que alcanza la categor¨ªa de obra mayor y parece casi un gesto inquisitorial encomendarla al fuego. Hace a?os, Emilio Varela, Lorenzo Aguirre o Gast¨®n Castell¨® aprovecharon los lienzos de sus hogueras para reproducir escenas mitol¨®gica de enormes proporciones, para plasmar sobre las plataformas de papel o madera su lectura de la anatom¨ªa humana, del paisaje o de los sue?os. La categor¨ªa art¨ªstica de estas escenas adquiri¨® el nombre popular de "L¨¢stimas", ya que inexorablemente ser¨ªan quemadas la noche del 24 de junio. Los artistas cobraban con arreglo al n¨²mero de l¨¢stimas que incluyeran en el monumento, y no deja de ser una l¨¢stima pensar en la de obras de arte que s¨®lo han quedado en la memoria de las fotograf¨ªas, detr¨¢s de alguien que pos¨® para inmortalizarse a s¨ª mismo.
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