Religi¨®n estatal

La ministra Pilar del Castillo asest¨® ayer un duro golpe al car¨¢cter aconfesional del Estado espa?ol, reconocido en el art¨ªculo 16 de la Constituci¨®n, al elevar la ense?anza de la religi¨®n cat¨®lica al rango de asignatura acad¨¦mica, equiparable al resto de materias que se imparten en la escuela p¨²blica. Una ense?anza de car¨¢cter doctrinal, cuyos contenidos son art¨ªculo de fe para quienes la soliciten y cuyos ense?antes son designados y controlados por los obispos, aunque pagados por el Estado, se computar¨¢ a partir del a?o acad¨¦mico 2004-2005 como las ciencias naturales, las matem¨¢ticas o la tecnolog¨ªa para repetir curso y obtener la nota media para el acceso a la Universidad.

En contra del mandato constitucional de que "ninguna confesi¨®n tendr¨¢ car¨¢cter estatal", la catequesis de la religi¨®n cat¨®lica se instala con todos los honores y benepl¨¢citos del Estado en el centro mismo del sistema educativo espa?ol, con pretensiones de "asignatura cient¨ªfica", como reivindic¨® el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, desde que asumi¨® sus funciones. Y esto se agrava si cabe con la decisi¨®n de dar igual trato acad¨¦mico a la nueva alternativa de religi¨®n cat¨®lica, denominada hecho religioso. ?sta no ser¨¢ realmente una alternativa, sino m¨¢s religi¨®n con otro nombre y qui¨¦n sabe si explicada de otra manera. Y adem¨¢s, con todos los visos de una coartada para afianzar el estatus acad¨¦mico de la ense?anza confesional cat¨®lica en el sistema educativo estatal. ?Habr¨¢ tambi¨¦n catequesis con rango escolar de otras confesiones si sus fieles la piden?

La decisi¨®n de la ministra cierra un periodo de 25 a?os en que el Estato ha intentado dar una respuesta razonable, de acuerdo con su car¨¢cter aconfesional, al problema de la ense?anza de la religi¨®n cat¨®lica en la escuela p¨²blica, aunque sin satisfacer nunca las pretensiones de una jerarqu¨ªa cat¨®lica que, en este terreno, siempre tuvo reminiscencias del franquismo. El Gobierno de Aznar ha satisfecho plenamente esas pretensiones en su tramo final: la ense?anza de la religi¨®n cat¨®lica ha adquirido pleno rango acad¨¦mico y su alternativa ya no ser¨¢ "jugar al parch¨ªs", como se quej¨® amargamente Aznar, sino el hecho religioso, una materia cultural que abarca cuestiones como la oraci¨®n, los lugares de culto, "la estructura b¨¢sica de toda religi¨®n" y "la verdad y la fe". El Gobierno se ha guiado en este punto por los acuerdos Iglesia-Estado de 1979, rindi¨¦ndose a la inaceptable tesis eclesi¨¢stica de su rango supraconstitucional, y ha dado la espalda a los inequ¨ªvocos mandatos de la Constituci¨®n espa?ola de 1978. ?Es ¨¦ste el constitucionalismo que tanto predica Aznar?