Inventor y esperanzado
Aunque por el alto voltaje de sus canciones al uruguayo Jorge Drexler se le incluye en el saco de los cantautores, lo suyo va mucho m¨¢s all¨¢ de la valerosa canci¨®n de autor. Drexler es un experimentador, un artista completo que sin faltar a las premisas -sencillas melod¨ªas, po¨¦ticos textos que conducen a la reflexi¨®n- que a un buen constructor de canciones se le suponen, se mete en unos terrenos ajenos al g¨¦nero. Electrocandombe, canci¨®n con scratches (distorsiones sobre un disco de vinilo) y loops (repetici¨®n continua de un acorde o fragmento), milonga experimental... Todo ese resultado se aparece como un g¨¦nero nuevo.
Jorge Drexler es un inventor. Ha juntado la canci¨®n pura y dura con la tecnolog¨ªa digital de vanguardia. Pero de esa uni¨®n, casi enfrentamiento, no hay vencedores ni vencidos. La canci¨®n gana, y la electr¨®nica se hace humana. Lo intent¨® con Frontera, el tercero de sus discos espa?oles, y lo culmin¨® con Sea, cuarto y ¨²ltimo. Este espect¨¢culo que le trajo a Madrid En Canto hab¨ªa empezado hace dos a?os en el patio del Conde Duque, cuando, precisamente, dio a conocer Sea. Al recital del Alb¨¦niz le quiso Jorge Drexler otorgar el sentido de final de un ciclo. Para abundar en eso, adem¨¢s, apunt¨® un par de gui?os de hacia d¨®nde puede tirar a partir de ahora. Estren¨® Polvo de estrellas con homenaje a Ernesto Cardenal, del que toma prestado un p¨¢rrafo, y Milonga del moro jud¨ªo, con estribillo integrador de S¨¢nchez-Ferlosio: "Soy un moro jud¨ªo que vive con los cristianos, no s¨¦ qu¨¦ Dios es el m¨ªo, y cu¨¢les son mis hermanos". En ambas se vio que Drexler se construye a s¨ª mismo sobre las bases que ya ha creado; pero se intuyen tambi¨¦n otros caminos que pueden producir v¨¦rtigo emocionante.
Jorge Drexler
Jorge Drexler (voz y guitarra), Huma (guitarra), Jos¨¦ San Mart¨ªn (bater¨ªa y percusiones), Juan San Mart¨ªn (bajo el¨¦ctrico y contrabajo), Luciano Supervielle (efectos, vinilos y sampler). Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 19 de junio.
Era un gusto durante todo el espect¨¢culo o¨ªr al respetable seguir sus canciones. Y hasta repetir palmas de candombe sin salirse del comp¨¢s. Drexler no provoca, lo que hace es facilitar al p¨²blico que repita sus estribillos y coros. Su gente forma parte de la canci¨®n; y de tan cercano que parece el artista, se llega a dialogar con ¨¦l desde el patio de butacas para pedirle una canci¨®n u otra. Da igual que las canciones tengan t¨ªtulos como Un pa¨ªs con el nombre de un r¨ªo, 730 d¨ªas, Llueve, Tamborero, Frontera, Sea, El sur del sur, De amor y de casualidad..., que haga candombe uruguayo, zamba o milonga, o que le arrope su banda o cante solo, Jorge Drexler siempre est¨¢ hablando de amor en sentido m¨¢s amplio. En peque?as autobiograf¨ªas intenta creer que en este mundo no todo est¨¢ perdido.
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