Mitos y hogueras ca¨ªdas
Un noruego y un argelino cuentan c¨®mo festejan el solsticio mientras en Alicante se caen las 'fogueres'
?Por qu¨¦ se prenden hogueras con el calor que hace? A 36 grados a la sombra y con los t¨ªmpanos dislocados por la agresi¨®n decib¨¦lica de una masclet¨¤, un noruego al borde del colapso respiratorio y del soponcio et¨ªlico lanzaba ayer esa pregunta, a modo de exabrupto, en la plaza de Los Luceros de Alicante.
No hace falta ser noruego para desconocer por qu¨¦ se queman las hogueras en el solsticio de verano, o por qu¨¦ la gente mete los pies en el agua del mar durante noche de San Juan. Probablemente una mayor¨ªa de las personas que estos d¨ªas se echan a las calles para celebrar las Hogueras de San Juan descononozcan que los griegos que idolatraban a Apolo o los romanos que ensalzaban a Minerva ya celebraban con fuego el solsticio de verano, ese gran momento del curso solar que marca el inicio del verano.
Hay tantas versiones como leyendas sobre el origen de esa tradici¨®n. Algunas tan cercanas y desconocidas como la que ayer, en el puerto de Alicante, explicaba a este peri¨®dico un argelino que miraba la foguera de Port d' Alacant. Cuenta que en su pa¨ªs, el 24 de junio, tambi¨¦n se encienden hogueras con motivo de una fiesta que se llama Ansara.
Lo importante de ese fuego, dice, es el humo, "porque protege los campos de cultivo". Y es que los bereberes, la noche de San Juan, lo ahuman todo, hasta las casas. Tambi¨¦n los enfermos reciben una buena dosis de humo, seg¨²n la tradici¨®n, para inmunizar el entorno de su mal.
En Noruega, dec¨ªa el noruego de la masclet¨¤, se enciende el fuego para calentarse, "no para aumentar este insoportable calor ambiental". Ni la ingesta de licor, probablemente garraf¨®n de barraca alicantina, ha podido variar un ¨¢pice el sentido pr¨¢ctico del n¨®rdico. Como mucho, cuando se le pregunta si entiende el simbolismo del fuego en esta tierra, cita a Tor, por lo de los truenos. Y r¨ªe mucho a esas horas previas a la resaca que se le presupone.
Cierto es que poco tienen que ver los ritos hist¨®ricos del fuego en el solsticio de verano con la celebraci¨®n de una noche de marcha sanjuanera en D¨¦nia, en Alicante o en Benicarl¨®. La herencia mitol¨®gica ha perdido a muchos mitos por el camino. Incluso ya nadie se acuerda de que a esas fogatas nocturnas se les encontr¨® la utilidad, no hace mucho tiempo,de matar mosquitos.
Y vale que el noruego est¨¦ despistado, adem¨¢s de borracho, o que el argelino est¨¦n pensando prender una fogata en el sal¨®n de su casa para ahumar hasta el vecino y purificar sus pertenencias. Pero que las fogueras de Alicante se caigan y desmotiven a los miembros del jurado dej¨¢ndoles malheridos, no hay precedentes hist¨®ricos, ni en la Grecia Antigua ni el Per¨², donde los viejos incas tambi¨¦n celebran una fiesta del sol cada 24 de junio.
Probablemente sea ¨¦ste el a?o m¨¢s accidentado de la plant¨¤ de fogueres en Alicante. Hasta ahora era la crem¨¤ del d¨ªa 24 el momento m¨¢s cr¨ªtico de las fiestas, por los efectos de la combusti¨®n de los monumentos sobre las personas y los edificios. Probablemente tambi¨¦n los constructores hayan querido arriesgar m¨¢s este a?o de efem¨¦rides - 75 aniversario de les Fogueres-.
Tanto riesgo como ahora en las fiestas de les Fogueres -cuatro heridos antes de la crem¨¤ al desplomarse un monumento sobre el jurado que lo evaluaba y otras tres fogueras ca¨ªdas durante la plant¨¤- no hab¨ªa ni en la celebraci¨®n celta del Beltaine, en la que los m¨¢s arriesgados intentaban coronar con p¨¦rtigas las hogueras encendidas, antes de pasar al ganado entre las llamas para prevenirlo de enfermedades.
Aqu¨ª, por lo visto este solsticio, basta ponerse debajo de una foguera para purificarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.