Ambos o ninguno
Es cierto que el documento sobre seguridad exterior y defensa de Europa elaborado por Javier Solana es lo m¨¢s sensato, inteligente y valiente que se ha elaborado al respecto en la Uni¨®n Europea probablemente desde que se fund¨®. Un hecho que, lamentablemente, no prejuzga su relevancia futura. La historia europea est¨¢ plagada de buenas ideas anegadas despu¨¦s por el trinomio de realidades, intereses y miserias en mala constelaci¨®n. No es menos cierto que el comunicado conjunto de Estados Unidos y la Uni¨®n Europea, emitido en la cumbre de Washington, es un elogioso y acertado esfuerzo por recomponer una ret¨®rica transatl¨¢ntica com¨²n tras la cruel y necia cacofon¨ªa orquestada con celo y entusiasmo a ambos lados del Atl¨¢ntico desde meses antes de la guerra en Irak. En los dos textos se percibe el efecto esta vez tan beneficioso del trinomio mencionado. Realidades tercas, intereses leg¨ªtimos y miserias inocultables pueden ser buen mimbre para voluntad conciliadora y sentido com¨²n.
En Estados Unidos, aunque nuestros protobolcheviques de sal¨®n europeos no se hayan enterado a¨²n, soplan malos tiempos para los no menos protobolcheviques de la escuela postroskista que lidera el halc¨®n neoconservador Donald Rumsfeld, a los que tanto escuch¨® desde el 11 de septiembre el presidente George Bush. En la pol¨ªtica norteamericana puede salir indemne e impune un mat¨®n o un ladr¨®n, pero nunca un chapuza. Y la situaci¨®n en Irak est¨¢ demostrando que las chapucer¨ªas del Pent¨¢gono en sus planteamientos para la posguerra han sido tan abismales que su m¨¢ximo responsable, Rumsfeld, no puede ya salir de su actitud defensiva y muy probablemente est¨¦ muy cerca del final de su vida p¨²blica. Hoy, el ¨²nico pol¨ªtico de la Administraci¨®n de Washington con presencia internacional aparte de Bush es ese general tierno, al que muchos ve¨ªan defenestrado hace seis meses, que es el secretario de Estado Colin Powell. Irak permite entender hasta al americano m¨¢s simple del profund¨ªsimo Oreg¨®n que EE UU necesita amigos. Para repartir cargas, sinsabores y tambi¨¦n v¨ªctimas en las grandes empresas imprescindibles como es hoy la creaci¨®n de un nuevo equilibrio y la pacificaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Y entienden que para tener y mantener amistades es mejor no presumir de pendenciero e insult¨®n, aunque se sea el m¨¢s uno, grande y libre. EE UU vota el a?o que viene. La incompetencia del Pent¨¢gono es tr¨¢gica por las v¨ªctimas y los da?os que produce, pero genera a un tiempo esperanzas en que pronto pierdan su influencia esos peligrosos pol¨ªticos intelectualizados con entusiasmo experimentador. Es en Irak y en Palestina donde la UE y EE UU se juegan hoy su credibilidad y su seguridad. No est¨¢ mal que haya atisbos de que existe cierta percepci¨®n de que han de ser de ambos o ninguno.
?Y en Europa? Aqu¨ª parece que los m¨¢s aguerridos adalides de la superioridad moral se han dado cuenta -nunca lo reconocer¨¢n m¨¢s que por la v¨ªa de la enmienda- de que se equivocaron antes de la guerra y de que en conflictos inevitables se ha de estar, pese a desavenencias, con quien comparte un m¨¢ximo de intereses y principios. La equidistancia acaba siendo defensa t¨¢cita del enemigo del sistema propio cuando no complicidad suicida. De Madrazos est¨¢ el mundo lleno. Y no nos podemos permitir Madrazos en Berl¨ªn o Par¨ªs. As¨ª las cosas, los europeos que acusan, con raz¨®n, a EE UU de mantener una postura unilateral y arrogante, han de darse cuenta de que posturas unilaterales y arrogantes de Europa, en nuestra actual situaci¨®n y con la proliferaci¨®n de conflictos externos, retos para la estabilidad y amenazas difusas o concretas, son pat¨¦ticas y peligrosas. Solana ha acabado, sobre el papel, con el angelismo europeo. El comunicado com¨²n transatl¨¢ntico ratifica la voluntad de aunar, en una situaci¨®n mundial imprevisible, los esfuerzos por solucionar conflictos. Bienvenidos ambos. Culturalmente, Europa y EE UU no dejar¨¢n por ello de alejarse. Pero en los grandes retos de este nuevo siglo incierto debi¨¦ramos estar seguros de que nuestro concepto del mundo, del individuo y de la libertad s¨®lo sobrevivir¨¢ si los defendemos juntos.
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