EE UU esperaba encontrar refugiados en lugar de un pa¨ªs saqueado y paralizado
El destituido administrador Garner achaca la lenta reconstrucci¨®n a las contrataciones civiles
Todas las previsiones sobre Irak resultaron incorrectas. La invasi¨®n result¨® m¨¢s f¨¢cil de lo que esperaba el Pent¨¢gono, y la posguerra no fue una festiva liberaci¨®n, sino que deriv¨® hacia el caos desde el primer momento. Jay Garner, el teniente general retirado que durante seis semanas ejerci¨® como virrey de Irak, reconoci¨® esta semana que esperaba encontrarse con nubes t¨®xicas y masas de refugiados, pero no con un pa¨ªs quebrado, saqueado y paralizado, y atribuy¨® los problemas de la reconstrucci¨®n a la lentitud del sistema de subcontrataci¨®n a empresas civiles.
Garner explic¨® el viernes que mientras esperaba el fin de la guerra, en Kuwait, dedicaba casi la mitad de su tiempo a planear soluciones para una crisis humanitaria que nunca lleg¨® a producirse. Supon¨ªa que el Ej¨¦rcito iraqu¨ª utilizar¨ªa armas qu¨ªmicas o biol¨®gicas y que eso causar¨ªa miles de v¨ªctimas y de desplazados entre la poblaci¨®n civil, pero, de forma un tanto contradictoria, esperaba tambi¨¦n encontrarse con ministerios intactos, infraestructuras en buen estado y funcionarios disciplinados.
El Pent¨¢gono hab¨ªa basado buena parte de sus c¨¢lculos en la ¨²nica experiencia anterior de Estados Unidos como potencia ocupante, la de Jap¨®n en 1945. Pese a la mortandad de una guerra larga, los bombardeos indiscriminados y la destrucci¨®n at¨®mica de dos ciudades, los japoneses, que hab¨ªan iniciado la guerra en Pearl Harbor, se organizaron de inmediato y soportaron disciplinadamente la dictadura del general Douglas McArthur. Pero en Jap¨®n se hab¨ªa respetado la figura del emperador. Y, en cualquier caso, los iraqu¨ªes resultaron ser distintos a los japoneses.
Jay Garner, que coordin¨® el auxilio humanitario en Kurdist¨¢n en 1991, esperaba trabajar en un Irak casi intacto, del que s¨®lo habr¨ªan desaparecido Sadam Husein y la c¨²pula del partido ¨²nico Baaz. Pero el 20 de abril, cuando el militar retirado y sus 300 colaboradores se instalaron en un palacio de Bagdad, 17 de los 20 ministerios hab¨ªan sido saqueados y pr¨¢cticamente destruidos. No hab¨ªa agua corriente, ni corriente el¨¦ctrica, ni servicio telef¨®nico. Incluso las instalaciones nucleares hab¨ªan sido desmanteladas, ante la pasividad o la impotencia de las tropas estadounidenses. "Era el caos", dijo Jay Garner.
"La Administraci¨®n iraqu¨ª era una de las m¨¢s eficientes de la regi¨®n y supon¨ªamos que ser¨ªa f¨¢cil poner el pa¨ªs en marcha", declar¨® un alto representante diplom¨¢tico europeo. Pero la Administraci¨®n civil, como la polic¨ªa y los soldados, se fue a su casa, o a buscarse la vida con el saqueo.
La Administraci¨®n ocupante, mientras tanto, demostr¨® ser incapaz de iniciar la reconstrucci¨®n. Garner culp¨® de ello a la lentitud del sistema de subcontrataci¨®n a empresas civiles. Tres de cada cuatro contratos empezaron a negociarse cuando la invasi¨®n ya hab¨ªa comenzado. Luego surgieron problemas burocr¨¢ticos que nadie hab¨ªa previsto, como la reticencia de las aseguradoras a asumir riesgos en puertos minados o en ciudades donde la situaci¨®n era muy vol¨¢til. "Las cosas no ir¨¢n m¨¢s deprisa la pr¨®xima vez, porque el mecanismo es el que es", vaticin¨® Jay Garner, pol¨ªticamente culpado del fracaso y sustituido de forma anticipada en mayo por un nuevo virrey, el diplom¨¢tico Paul Bremer.
Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa y principal ide¨®logo de la invasi¨®n de Irak, hab¨ªa pronosticado que unos 50.000 soldados estadounidenses y brit¨¢nicos se bastar¨ªan para respaldar al Gobierno de ocupaci¨®n. Pero Estados Unidos dispone actualmente de 146.000 efectivos y espera en los pr¨®ximos tres meses un refuerzo de 30.000 soldados de otros pa¨ªses.
Exportaciones de petr¨®leo
Wolfowitz, y el conjunto de la Administraci¨®n de Washington, hab¨ªan asegurado tambi¨¦n que los ingresos proporcionados por la reanudaci¨®n de las exportaciones petroleras bastar¨ªan para financiar la reconstrucci¨®n. Ahora, vista la reticencia de los inversores extranjeros, el mal estado de la infraestructura y los cotidianos sabotajes en los oleoductos, se calcula que el petr¨®leo s¨®lo empezar¨¢ a pagar la reconstrucci¨®n hacia finales de 2004 o principios de 2005.
El subsecretario de Defensa afirm¨® el jueves que el problema hab¨ªa radicado en "una guerra demasiado breve". "El r¨¦gimen cay¨® demasiado pronto, y qued¨® casi intacto", explic¨® al diario The Washington Post. Seg¨²n Paul Wolfowitz, la supervivencia f¨ªsica de muchos de los antiguos dirigentes, incluido Sadam Husein, hizo que la poblaci¨®n recelara y decidiera no cooperar activamente con los ocupantes, adem¨¢s de fomentar la resistencia armada. La opini¨®n de Wolfowitz coincid¨ªa con la de otros altos cargos y analistas del Pent¨¢gono que comparecieron a lo largo de la semana ante el Comit¨¦ de Fuerzas Armadas del Senado: la brevedad del conflicto y el relativamente escaso da?o sufrido por la poblaci¨®n civil impidieron, seg¨²n los responsables militares, que los iraqu¨ªes se sintieran colectivamente vencidos y, por tanto, dispuestos a someterse al invasor.
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