La naranja y el sexo

Las similitudes entre la naranja y un pecho femenino, o entre la pulpa de la fruta y el sexo de una mujer son algunas de las propuestas recogidas en la exposici¨®n C¨ªtric desig, que inaugur¨® ayer la Universitat de Val¨¨ncia en la sede de La Nau. La muestra, articulada en seis m¨®dulos -literatura, publicidad, pintura, fotograf¨ªa, c¨®mic y cine- recorre la sugerente relaci¨®n entre la fruta y el erotismo en el arte del siglo XX, desde la obra Entre naranjos (1900) de Vicente Blasco Ib¨¢?ez, a secuencias de la pel¨ªcula Son de mar (2001), de Bigas Luna.

La exposici¨®n se exhibir¨¢ hasta septiembre en la Sala Thesaurus, pintada de naranja para la ocasi¨®n. Comienza con distintas ediciones de Entre Naranjos, para seguir con una muestra de los carteles publicitarios de las marcas naranjeras de la primera mitad del siglo pasado. En ellos se muestra la utilizaci¨®n del cuerpo femenino como reclamo publicitario, desde la insinuaci¨®n recatada de los a?os veinte a la provocaci¨®n abierta de los cincuenta.

"La mujer se muestra arquet¨ªpica, y oscila entre la femme fatal de marcas como Gala o Flirt y la Lolita de Glamour o Juliette", explica Sof¨ªa Barr¨®n, comisaria de la muestra junto a Judith Navarro. La idea de realizar la exposici¨®n se les ocurri¨® a estas dos licenciadas en Historia del Arte a ra¨ªz de las etiquetas comerciales conservadas en el Museo de la Naranja de Borriana.

En el m¨®dulo pict¨®rico se recogen unas 20 obras entre las que se cuentan varias del Equipo L¨ªmite, de estilo neo-pop, otras del artista soriano Dis Berl¨ªn, y tambi¨¦n de Antonio de Felipe, que ha pintado los cuadros espec¨ªficamente para la exposici¨®n. El valenciano De Felipe hace una versi¨®n de La carta, de Fernando Botero, en la que introduce, junto a la caracter¨ªstica mujer generosa del pintor colombiano, el mu?eco de Michel¨ªn. Pero entre sus obras expuestas destaca Disfruta la fruta, en la que una sugerente Sara Montiel se dispone a devorar a Naranjito, la m¨ªtica mascota del Mundial de F¨²tbol Espa?a 82.

"El gesto es expl¨ªcitamente er¨®tico, y el fruto queda personalizado en la forma masculina de Naranjito. La obra juega con la figura de Sara Montiel como devoradora de hombres", afirma Judith Navarro.

Una de las partes m¨¢s transgresoras de la exposici¨®n es la fotogr¨¢fica. En Interioritats, de Enric P¨¤mies, el autor presenta las similitudes entre el interior de una naranja y el sexo femenino, mientras Eva Due?as compara en Me haces sentir tan ¨¢cida la textura de la fruta con el seno excitado de una mujer.

En el centro de la sala, dentro de una estructura circular que recuerda a una naranja, puede verse la parte dedicada al c¨®mic. Aqu¨ª la sexualidad es evidente, tanto en las formas de los personajes como en sus gestos. La protagonista de la secci¨®n es Fallarela, una superhero¨ªna creada por Carles Recio en 2001 y cuyos superpoderes incluyen el lanzamiento de naranjas flam¨ªgeras. Junto a ella se exhiben bocetos y dibujos de otros autores como Paco Zarco.

El m¨®dulo audiovisual consiste en lo que las comisarias describen como un videoclip, en el que se entremezclan, al ritmo del rap de la Mala Rodr¨ªguez Yo marco el minuto, fragmentos de cinco pel¨ªculas.

La m¨¢s antigua es The Torrent (1926), de Monta Bell, adaptaci¨®n de Entre naranjos protagonizada por Greta Garbo. "Aunque cargada de sensualidad, la pel¨ªcula s¨®lo sugiere el sexo, mostrando, por ejemplo, la embriaguez que provoca el aroma del azahar. Nada que ver con la m¨¢s moderna que es Son de Mar, de Bigas Luna, donde el sexo es muy expl¨ªcito", dice Navarro.

El resto de filmes son Persecuci¨®n hasta Valencia (1968), de Julio Coll, Kika (1993), de Pedro Almod¨®var, y Celos (1999), de Vicente Aranda. Todas ellas tienen en com¨²n el papel que juega la naranja en los diversos juegos er¨®ticos entre los protagonistas.

El vicerrector de Cultura de la Universitat, Rafael Gil, destaca que la muestra plantea una mirada in¨¦dita hacia "un s¨ªmbolo tan valenciano como es la naranja, concretamente hacia su componente sensual". Reconoce tambi¨¦n que la exposici¨®n puede generar pol¨¦mica, pero "la pol¨¦mica, si sirve para hacer pensar, es buena", afirma.