La estrella es Hamilton
Mientras sigue en carrera con dos fisuras de clav¨ªcula, el americano rueda una pel¨ªcula sobre el poder de la mente
El Tour es un plat¨® y Tyler Hamilton es la estrella. Y no es una met¨¢fora, sino la pura realidad. A la entrada del villag, plantado en el centro de la plaza ducal de Charleville-M¨¦ziers, una especie de plaza de los Vosgos parisina, a la sombra de la estatua de Carlos Gonzaga, se mueve un enorme artilugio. Es una gr¨²a de cine. Los t¨¦cnicos prueban y comprueban, tiran del contrapeso, hacen volar la c¨¢mara, ensayan panor¨¢micas y tr¨¢velins. Mientras la plaza, lugar de partida de la tercera etapa, va satur¨¢ndose lentamente de autobuses, coches de equipos, bicicletas, turistas, ciclistas y periodistas, una mujer menudita no se mueve de una esquina. De la mano lleva una correa. Al final de la correa, hay un perro, un dorado golden retriever. La mujer se llama Haven Hamilton. El perro, Tugboat (Remolcador). Est¨¢n ah¨ª, como los colegas del top manta, para dar el queo. Que viene, que viene. Quien llega, perezosamente tomando la curva de entrada, es el autob¨²s del CSC. Dentro viaja Tyler Hamilton, el marido de Haven, el protagonista de la pel¨ªcula, el protagonista del Tour. La estrella.
Era esquiador, pero hace unos a?os se parti¨® un par de v¨¦rtebras con una bicicleta de monta?a
Haven se mueve, Tugboat tambi¨¦n. La gr¨²a y un tipo con pelo gris y gorra del Tour que se llama Bayley Selleck entran en acci¨®n. "La pel¨ªcula se llama Brain Power (El poder del cerebro) y se rueda con apoyo de la industria farmac¨¦utica", explicaba ayer en el diario Aujourd'hui Selleck. "Es m¨¢s un film educativo, un documental, que una pel¨ªcula de ficci¨®n, y la realizamos con formato Imax, para ser exhibida en pantallas esf¨¦ricas. Trata de explicar las reacciones del cerebro de un ciclista durante una carrera, sometido a una gran presi¨®n y a situaciones de estr¨¦s, fatiga y dolor".
Dolor. Si se trata de dolor, hablen con Hamilton. El ligero ciclista de Massachussets -naci¨® en Marble Head y por eso le llaman the boy from marble head (el chico de la cabeza de m¨¢rmol y la clav¨ªcula de cristal)- es un especialista en el asunto. Antes era esquiador, pero hace unos a?os se parti¨® un par de v¨¦rtebras entren¨¢ndose con una bicicleta de monta?a y tuvo que cambiar de oficio. Se hizo ciclista. Se fue a vivir a Colorado, se cas¨® con Haven y se puso al servicio de Lance Armstrong en el US Postal. Destac¨® r¨¢pidamente. No s¨®lo por sus cualidades escaladoras sino por su capacidad de llevar su esfuerzo a ese umbral que est¨¢ m¨¢s all¨¢ del dolor, a ese lugar al que pocos se atreven a llegar. Con Armstrong no se llevaba mal -el tejano le premiaba su devoci¨®n en el Tour ayud¨¢ndole a ganar la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, por ejemplo-, pero Hamilton, de 32 a?os, ten¨ªa ideas propias. Y capacidad de sufrir para alcanzarlas. Se convirti¨® en el l¨ªder del CSC, un equipo dan¨¦s dirigido por Bjarne Riis, el hombre que gan¨® el sexto Tour de Indurain, y se fue a correr el Giro para intentar ganarlo. Termin¨® segundo. No lo gan¨® porque se rompi¨® la clav¨ªcula en la quinta etapa y sin saberlo sigui¨® corriendo, pregunt¨¢ndose cada d¨ªa porque volv¨ªa el dolor despu¨¦s de que se pasara el efecto de la lidoca¨ªna que se infiltraba. En esas condiciones no pod¨ªa correr el Tour, as¨ª que dej¨® su objetivo vital para el a?o siguiente. Pero antes de que comenzara 2003, una nueva ca¨ªda le quebr¨® la otra clav¨ªcula, la derecha. El a?o comenz¨® perfecto, sin embargo. En abril gan¨® la Lieja-Bastogne-Lieja, la cl¨¢sica con la que sue?a todos los hombres que aman las carreras por etapas, y en mayo el Tour de Romand¨ªa. Llegaba al Tour perfecto. Todo le iba bien por primera vez en su vida hasta que en la primera etapa se volvi¨® a romper la clav¨ªcula. Y con ella rota -o con dos fisuras, dicen- sigue corriendo.
"Ha luchado tanto para estar bien en el Tour que por eso se niega a abandonar", dice su mujer en un potable espa?ol -viven en Girona, como Armstrong-. "El m¨¦dico le ha dicho que tiene que estar 20 d¨ªas inmovilizado, pero ¨¦l aguantar¨¢ hasta que no pueda m¨¢s, y eso es mucho m¨¢s de lo que ¨¦l cree. Sabe que no podr¨¢ ganar el Tour, pero no le importa".
La unidad de rodaje de la pel¨ªcula ha llegado desde Estados Unidos. Su desplazamiento ha costado muchos d¨®lares. Si Hamilton abandonara muy pronto, la productora perder¨ªa bastante. "Pero no", se inflama Haven Hamilton. "Tyler sigue por el equipo, por sus compa?eros. Aunque s¨ª, aunque desplazar a toda la unidad sea muy caro. Pero no sigue por la pel¨ªcula. Seguro".
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