La BBC mantiene el pulso con Blair y no revelar¨¢ sus fuentes
La BBC anunci¨® ayer que no revelar¨¢ la fuente an¨®nima que acus¨® al Gobierno de Tony Blair de exagerar los informes sobre los arsenales de Sadam Husein. La corporaci¨®n reacciona as¨ª al ¨²ltimo movimiento del Gobierno, que el martes por la noche identific¨® el perfil y ayer comunic¨® a la BBC el nombre de un funcionario del Ministerio de Defensa que dice haber hablado con el periodista de la BBC Andrew Gilligan poco antes de que ¨¦ste emitiera su pol¨¦mica cr¨®nica en el programa de la cadena Radio4 Today.
Es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de un pulso que desde hace semanas enfrenta a Downing Street y la BBC y en el que ambos se juegan su prestigio. Todo empez¨® cuando Gilligan desvel¨® que, seg¨²n una fuente de los servicios secretos, el Gobierno manipul¨® los informes sobre Irak para aumentar su impacto. Seg¨²n esa fuente, el director de Comunicaciones de Blair, Alastair Campbell, orden¨® dar m¨¢s relevancia al dato alarmista de que Sadam pod¨ªa lanzar un ataque en 45 minutos, citado cuatro veces en el informe de septiembre de 2002.
Campbell neg¨® esa informaci¨®n, denunci¨® "la agenda antiguerra" de la BBC antes y durante el conflicto y quiso restar cr¨¦dito al periodista por no cumplir el principio de basarse en varias fuentes. Se abr¨ªa as¨ª, entre otras, la pol¨¦mica de qu¨¦ era m¨¢s grave: denunciar los peligros de Sadam bas¨¢ndose en una sola fuente an¨®nima o denunciar esa denuncia con una sola fuente.
M¨¢s que un conflicto ¨¦tico
Pero el conflicto es mucho m¨¢s que un problema de ¨¦tica period¨ªstica. Para Blair es vital, porque afecta a la que hasta ahora ha sido su mejor baza pol¨ªtica: su capacidad de persuasi¨®n. Afronta, como ¨¦l mismo reconoce, "la acusaci¨®n m¨¢s grave que se puede realizar contra un primer ministro: mentir al Parlamento y a la naci¨®n para justificar su decisi¨®n de ir a la guerra".
La BBC se juega algo parecido: credibilidad e independencia. Su director general, Greg Dyke, suele presumir de que lo importante no es que no haya presiones, sino que la corporaci¨®n sea capaz de resistirlas. Hasta ahora, as¨ª ha sido. A pesar de las presiones enormes del Gobierno exigiendo una rectificaci¨®n y una disculpa, la BBC sigue apoyando a su periodista.
Tanto los mandos empresariales y period¨ªsticos como el consejo de gobernadores, el organismo encargado de tutelar a la corporaci¨®n y de responder ante el Gobierno, han defendido la emisi¨®n de la pol¨¦mica cr¨®nica de Gilligan con independencia de que la fuente tuviera o no tuviera raz¨®n. Y aunque el Parlamento ha absuelto a Blair y Campbell de la acusaci¨®n de manipular los informes, no ha suscrito ninguna conclusi¨®n que obligue a la BBC a rectificar y, m¨¢s bien al contrario, ha advertido al Gobierno de que sigue bajo su escrutinio.
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