El arlequ¨ªn perdido
Barenboim y el director de escena Peter Mussbach reinventan con 20 j¨®venes creadores espa?oles el 'Pierrot Lunaire' de Sch?nberg
Una hora para salir de un coche. Es el tiempo que emple¨® el viernes el director de escena Peter Mussbach para explicar una acci¨®n aparentemente simple, pero llena de simbolismo. Dentro, atrapado en un accidente, estaba Pierrot Lunaire, el arlequ¨ªn, el payaso, el artista para el que Arnold Sch?nberg, uno de los compositores m¨¢s radicales, cre¨® una pieza de 40 minutos que se ver¨¢ y se escuchar¨¢ el martes, a las 23.30, en el Teatro Real de Madrid, bajo la direcci¨®n musical de Daniel Barenboim. Desde fuera, 20 creadores espa?oles j¨®venes, m¨²sicos, directores de escena, cantantes, compositores, tiraban de ¨¦l hacia afuera para intentar salvarlo de la cat¨¢strofe...
"?C¨®mo sale? ?Por qu¨¦? ?C¨®mo se encuentra?", pregunta Mussbach en la sala de ensayo despu¨¦s de una sesi¨®n a solas e intensa con la cantante que lo interpretar¨¢, Anat Efraty, junto a una orquesta de c¨¢mara de seis m¨²sicos de la Staatskapelle de Berl¨ªn. Erfaty canta 7 de las 21 piezas dentro del coche estampado en medio del paisaje arrasado del Apocalipsis, en el que Pierrot se encuentra reci¨¦n llegado a un nuevo mundo desconocido, que puede ser como el de El planeta de los simios.
Si alguien explica una idea sugerente, Mussbach le hace ponerse a cargo de la acci¨®n
- Est¨¢ atrapado y sale violentamente expulsado, responde uno de los alumnos.
-?Eso es!, replica Mussbach, que cuando se emociona, salta y responde con exclamaciones en ingl¨¦s, espa?ol y alem¨¢n.
Este hombre en¨¦rgico, en constante movimiento como la lava que baja de un volc¨¢n de ideas, les tiene a todos impresionados y sorbido el seso. La mayor¨ªa se hab¨ªan apuntado por trabajar junto a Barenboim, pero Mussbach se los ha llevado de calle, entre otras cosas, porque el maestro est¨¢ m¨¢s centrado en los ensayos musicales puros y duros con la orquesta, a los que pueden asistir cuatro j¨®venes directores espa?oles para tomar nota.
A Mussbach, muchos le han dicho al principio, al presentarse, que ya no son estudiantes y ¨¦l les ha respondido: "Lo siento, yo todav¨ªa s¨ª lo soy". Normal que conteste eso alguien que en su curr¨ªculo se presenta como nacido en Schwabach, junto a Nuremberg, que estudi¨® piano, canto y direcci¨®n de orquesta aparte de ciencias teatrales, german¨ªstica, filosof¨ªa, historia del arte y la m¨²sica, al margen de sus licenciaturas en Medicina, Derecho y Sociolog¨ªa.
Este buscador de todas las esquinas del arte y de la vida les fascina por sus planteamientos alejados de parafernalias. "Nos hace buscar el poder evocador de la m¨²sica", dice Jon Sarasti, profesor de interpretaci¨®n. "Nos descubre claramente una obra que parece cerrada e inaccesible", explica ?ngel Luis Ojea, joven director de escena. "Yo no sab¨ªa bien a qu¨¦ ven¨ªamos, hubiera aceptado aunque fuera para barrer el suelo, y me he encontrado a este mago que nos ense?a perfectamente los hilos que mueven cada cosa", dice Joan Soler, bailar¨ªn y director esc¨¦nico.
Mussbach les escucha, les rebate, les pone en aprietos. Si alguien explica una idea sugerente, inmediatamente le hace ponerse a cargo de la acci¨®n, da igual que se trate de un director de escena que de una compositora como Cristina Pascual, que est¨¢ aprendiendo a ponerse en el lugar de los int¨¦rpretes estos d¨ªas: "No volver¨¦ a escribir una obra de la misma forma despu¨¦s de lo que me est¨¢n ense?ando aqu¨ª, donde he comprendido c¨®mo los int¨¦rpretes reinventan las cosas y vuelven a crear casi de la nada cada pieza", afirma.
Pascual ha entrado tambi¨¦n el viernes por la tarde a ver c¨®mo Barenboim desmenuza la Quinta Sinfon¨ªa de Mahler en un ensayo en el que adem¨¢s estaban los j¨®venes directores ?lvaro Albiac, Josep Caball¨¦-Domenech y Lorenzo Ramos, que describe la forma de trabajar del maestro: "Tiene completo dominio de la situaci¨®n, le ven subir una mano y todos saben lo que quiere". Es completa la compenetraci¨®n del m¨²sico con la orquesta berlinesa, que deslumbra los principios de verano en Madrid desde hace cuatro a?os. "Su forma de dirigir es m¨¢s din¨¢mica que r¨ªtmica, mueve el sonido de forma compacta pero es exhaustivo con los detalles". Y dirige de memoria, da lo mismo que sea la Quinta de Mahler que ¨®peras de Wagner, como El holand¨¦s errante, la que interpreta este a?o en Madrid el m¨¢s grande experto en el compositor alem¨¢n de la actualidad.
As¨ª que Mahler, Schumann, Beethoven, Wagner y Sch?nberg, pura artiller¨ªa de la cultura alemana y vienesa m¨¢s poderosa, resuenan estos d¨ªas en el Real con la mano, la intenci¨®n y el gesto de dos maestros contempor¨¢neos que buscan tambi¨¦n respuestas para el mundo de hoy con estos creadores que esconden secretos y pistas que pueden llevar a alg¨²n sitio clarificador, aunque muchos se hallen perdidos, como Pierrot Lunaire, en un mundo apocal¨ªptico. "Cuando nos encontramos en un cruce de caminos, aparece esta figura del Pierrot, que surge de la comedia del arte en el siglo XVI en Italia y lo recuperan las vanguardias de principios del siglo XX con toda su fuerza, desde Sch?nberg a Picasso", asegura Mussbach.
"?l es un s¨ªmbolo de nuestros estados de ¨¢nimo, de nuestras almas, porque es la muestra de nuestra sensaci¨®n de p¨¦rdida. No tiene ego, es de mente abierta, tiene pureza, est¨¢ deseando aprender, saber qu¨¦ pasa, explicarse lo que le rodea, al tiempo que busca la utop¨ªa", describe el director de escena. Es justo lo que trata de hacer ¨¦l estos d¨ªas junto a este pu?ado de nueva savia creativa de j¨®venes artistas espa?oles al comp¨¢s de la m¨²sica tambi¨¦n exploradora, rompedora y radical de Sch?nberg.
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