?Vuelvan al colegio!
?Vuelvan al colegio y hagan dictados! Es la recomendaci¨®n de una indignada lectora a los redactores de EL PA?S, ante lo que considera una proliferaci¨®n insufrible de las faltas de ortograf¨ªa e incorrecciones gramaticales que pululan por el peri¨®dico.
Lo confieso. Me hab¨ªa propuesto no tocar tan pronto esta cuesti¨®n, consciente de que es un caballo de batalla en el que mis antecesores se han dejado la piel a lo largo de 17 a?os, armados de magn¨ªficas intenciones y con escasos resultados. Pero las numerosas cartas que sobre el tema llegan a esta Defensora lo hacen obligado, m¨¢xime cuando los lectores se muestran cada d¨ªa m¨¢s enfadados por lo que consideran una falta de atenci¨®n y control por parte de los que hacemos el peri¨®dico. Actitud que repercute en un claro descenso de su calidad y ante la que reclaman soluciones. ?Qui¨¦n dec¨ªa que en este pa¨ªs no interesaba la gram¨¢tica?
A los periodistas no se nos puede exigir que seamos genios literarios dotados de un magn¨ªfico estilo, pero s¨ª el dominio de nuestra herramienta de trabajo: la lengua. Y la ortograf¨ªa, el conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua, es esencial para ello. Las erratas son inherentes a los peri¨®dicos, las faltas de ortograf¨ªa no tienen por qu¨¦ serlo. Dicho esto, recordar¨¦ algo obvio: la velocidad con la que trabajamos y el rehacer continuo del peri¨®dico facilitan los errores. Ya s¨¦ que ustedes est¨¢n aburridos de esta afirmaci¨®n, no por reiterada menos cierta, y a veces nos recriminan que usamos las prisas como coartada. Tienen raz¨®n. Las prisas nunca pueden servir de coartada.
Sin duda existe un l¨ªmite donde la falta de rigor y calidad en el trabajo resultan intolerables para los lectores. ?D¨®nde se fija? ?Cu¨¢l es el tope de errores gramaticales que est¨¢n dispuestos a admitir? A juzgar por sus quejas, sugerencias y enojos, es muy posible que lo estemos rozando. Muchos no entienden c¨®mo EL PA?S, un peri¨®dico de calidad, puede estar salpicado por tantos fallos gramaticales. "?Es que su peri¨®dico no tiene correctores?". "?Sus periodistas no han pasado por escuelas y universidades? ?Qu¨¦ pasa con los controles de calidad? ?No saben que su peri¨®dico se usa como modelo en escuelas y universidades extranjeras? Son algunas de las preguntas-reproche habituales.
El conocido escritor Javier Mar¨ªas se?ala una cuesti¨®n "sumamente irritante" para ¨¦l, que asegura tiene expresi¨®n diaria en EL PA?S. "El verbo 'hacer' en su forma impersonal para denotar un tiempo transcurrido determinado, se conjuga. No es invariable, como parecen creer casi todos los colaboradores (informadores y articulistas por igual) del peri¨®dico, los cuales aplican el tiempo verbal presente ('hace') en cualquier ocasi¨®n, como si fuera una especie de preposici¨®n. Es un deterioro considerable de la lengua, y adem¨¢s un disparate sem¨¢ntico". Para demostrarlo, Mar¨ªas adjunta 14 recortes de ejemplos repartidos por todo el diario -informaciones, cr¨®nicas, editoriales, art¨ªculos de opini¨®n- donde el error se repite en titulares y textos. El siguiente subt¨ªtulo es uno de ellos: "Las FARC los manten¨ªa secuestrados desde hace un a?o", cuando deber¨ªa haber dicho "desde hac¨ªa un a?o". Ante tan "contumaz error", dice Mar¨ªas, "ser¨ªa conveniente que dieran un cursillo al respecto o algo as¨ª". Otro lector, Luis Puig, tambi¨¦n se?ala el mismo fallo.
Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢nchez D¨ªaz-T. nos env¨ªa una carpeta con m¨¢s de cien titulares, subt¨ªtulos o sumarios incorrectos, "por faltas contra la gram¨¢tica o el diccionario". No me resisto a reflejar algunos: "Autoritario triunfo del campe¨®n en Montju?c", "Mill¨¢s cierra el Congreso de Escritores con un apasionante elogio del libro y de la literatura". Triunfar con autoridad no convierte el triunfo en autoritario, dice la lectora, que tambi¨¦n est¨¢ segura de que quer¨ªamos decir "apasionado" en el titular de Mill¨¢s.
Errores bastos
Ausencia de acentos, falta de concordancia entre verbo y sujeto (Ram¨®n Fern¨¢ndez se?ala un caso de ambos en el mismo art¨ªculo: "El cient¨ªfico considera razonables las reglas de juego expuesto en el convenio (...) El presidente de la comisi¨®n ejecutiva debera delegar funciones" (Sociedad, 24 de mayo); confusi¨®n de palabras: basta (ordinaria) por vasta (extensa): "la gama de productos que podr¨¢n ser sancionados por la Uni¨®n Europea es muy basta, m¨¢s de 2.000 art¨ªculos" (Econom¨ªa, 23 de abril). Oblaci¨®n en lugar de ablaci¨®n: "no se manifiesta extra?eza o alarma ante una mujer que ha sufrido una oblaci¨®n (cuadernillo de Andaluc¨ªa, 8 de junio). O clar¨ªsimas faltas de ortograf¨ªa: deslabazadas por deslavazadas (Espa?a, 23 de mayo).
Un lector, E. Fresno Ballesteros, ha subrayado una decena de incorrecciones en una cr¨®nica de un partido de f¨²tbol entre el Real Madrid y Mallorca, publicada en mayo pasado. Una de ellas era la siguiente perla: "conseguir tres goles y arruinar todo el mot¨ªn que los blancos lograron la semana pasada". ?Errata?
Por no hablar del guadianesco "de que" con el verbo informar, que aparece cuando no debe y viceversa, se?alado por Enrique Merino, profesor de la Indiana University de Bloomington (EE UU). Deque¨ªsmo que la madrile?a Mercedes Cantero hace extensivo a otros verbos como advertir, avisar, anunciar o dudar. Sin olvidar los anglicismos y nuevos "palabros" como el extendido equipaci¨®n usado habitualmente en Deportes para hablar de la indumentaria deportiva de los jugadores -incluso se utiliza como ep¨ªgrafe "Equipaciones"- y que lleva a Jos¨¦ Tejedor a preguntarnos: "?Por qu¨¦ inventar un vocablo que no se reconoce en nuestra lengua? ?Qui¨¦n ha permitido ese uso?". Otro lector, Javier ?lvarez-Ossorio, nos se?ala entre diferentes "agresiones al idioma castellano" el frecuente empleo del art¨ªculo concordando err¨®neamente con el sustantivo, caso del titular "El municipio legalizar¨¢ las miles de casas bloqueadas por los jueces" (Madrid, 25 de abril). Y pregunta: "?Nadie pone remedio a este atropello? Por favor, que alguien haga algo".
Son s¨®lo algunos ejemplos.
Desde Salamanca, Ricardo Garc¨ªa hace una petici¨®n: "?Podr¨ªa usted explicar cu¨¢l es el proceso de revisi¨®n de los textos? Creo que a muchos lectores nos ayudar¨ªa a comprender y posiblemente a tolerar las erratas de su, por otra parte, excelente peri¨®dico".
EL PA?S tiene un servicio de correcci¨®n por el que, en teor¨ªa, deben pasar todos los art¨ªculos escritos por sus redactores y colaboradores, que tambi¨¦n son revisados por los editores o jefes correspondientes de cada secci¨®n. Esto sucede as¨ª con los textos producidos con cierta antelaci¨®n -art¨ªculos de opini¨®n- Cartas al Director y editoriales, que, en el ¨²ltimo caso, adem¨¢s de pasar por correcci¨®n, se revisan dos veces, en lectura, junto con la primera p¨¢gina (en primera edici¨®n y en la de Madrid). El problema surge especialmente con las informaciones que se producen por la tarde y a ¨²ltima hora, donde fallan los sistemas internos de control y edici¨®n.
En estos momentos, el servicio de Correcci¨®n est¨¢ compuesto por 24 correctores (en gran parte reconvertidos de otros procesos de producci¨®n de talleres). De ellos, 13 teclistas-correctores se dedican en exclusiva a los suplementos EPS, Babelia, Tentaciones, Domingo, El Viajero y p¨¢ginas de Televisi¨®n. Corrigen los textos y, si es necesario, los componen cuando proceden de colaboraciones exteriores. Tambi¨¦n escanean fotos. En estos productos, el resultado conseguido en cuanto a errores, gramaticales o de otro tipo, es muy aceptable.
Atascos
Los restantes 11 correctores se dedican al diario y a los suplementos Negocios y Propiedades. M¨¢s de la mitad tambi¨¦n componen textos para las p¨¢ginas de la edici¨®n Internacional, Madrid, Espect¨¢culos, Agenda, Propiedades o Deportes (Farmacias de Guardia, El Tiempo, Pasatiempos, Fallecidos, etc¨¦tera). Tienen un horario de 14.30 a 2.30, en tres turnos. Lo que significa que por la ma?ana el peri¨®dico carece de correctores. En realidad, el grueso de los textos para corregir se acumula en la tarde, entre las 18.00 y 21.00, cuando el servicio sufre verdaderos atascos. El resultado es una correcci¨®n lenta que desespera a los redactores y que, ante el apremio del cierre, les hace rescatar los textos antes de ser corregidos, o peor a¨²n, como hacen algunas secciones, no enviarlos a corregir. ?sta es una de las causas de las faltas de ortograf¨ªa y errores gramaticales que ustedes aprecian.
Pues aumenten el n¨²mero de correctores, dir¨¢n ustedes. Puede parecer una plantilla escasa, y los redactores suelen quejarse de ello, pero es un lujo si se compara con la del resto de los grandes peri¨®dicos nacionales, ya que en la mayor¨ªa de ellos los correctores han desaparecido. Una cuesti¨®n de calidad frente a costes que la prensa internacional resuelve, en funci¨®n de sus objetivos, con mayor o menor acierto. Y es un hecho que en los ¨²ltimos a?os la plantilla de correctores de EL PA?S ha ido disminuyendo al tiempo que aumentaban sus productos y paginaci¨®n.
Esta Defensora ha examinado nueve p¨¢ginas de distintas secciones del peri¨®dico (s¨®lo dos eran p¨¢ginas completas de informaci¨®n, sin publicidad), del pasado 29 de mayo, a su paso por Correcci¨®n. El resultado fue un total de 119 errores -la mayor¨ªa gramaticales-, es decir, una media de m¨¢s de 13 errores por p¨¢gina.
Parece claro que los controles internos de calidad est¨¢n fallando, y eso es grave. ?Qu¨¦ podemos hacer? ?Aumentar los correctores? ?Ampliar la parte gramatical del Libro de estilo? No vendr¨ªa mal. De momento, los periodistas, por obligaci¨®n, dominar nuestra herramienta de trabajo, escribir correctamente y corregir los propios originales como mantiene el Libro de estilo. Y no se trata de ser fundamentalistas del lenguaje. Est¨¢ claro que un redactor puede equivocarse, pero no cometer por sistema faltas de ortograf¨ªa. Otro aspecto a considerar ser¨ªa mejorar la edici¨®n y extremar el cuidado en la revisi¨®n de los textos en la Redacci¨®n. Sorprende que parte de estos errores, aunque no hayan pasado por Correcci¨®n, s¨ª lo hayan hecho por una edici¨®n donde deber¨ªan haber sido detectados y corregidos.
F¨¦lix Monteira, subdirector del peri¨®dico, pide disculpas a los lectores, "los verdaderos propietarios del peri¨®dico", por no estar, como administradores de la calidad del producto que compran cada d¨ªa, con frecuencia, a la altura de la confianza que depositan en nosotros. Monteira reconoce que, debido a las urgencias, los tres filtros habituales de los textos -redactor, corrector, editor- a veces no se aplican a las informaciones de ¨²ltima hora en algunas secciones como Espa?a o Deportes, donde los errores son m¨¢s frecuentes los d¨ªas en que las competiciones se celebran a hora tard¨ªa. "Aparte de seguir insistiendo en esta asignatura pendiente de la Redacci¨®n, la direcci¨®n tiene en marcha un plan para implantar obligatoriamente un nuevo filtro de calidad, consistente en un sistema de correcci¨®n informatizado. Para ello, estamos perfeccionando el diccionario y completando el sistema de sustituci¨®n, de forma que las correcciones se introduzcan voluntariamente y de forma responsable, sin que exista la posibilidad de recurrir a la funci¨®n autom¨¢tica que puede provocar, como ha sucedido, que Garc¨ªa Lorca se convierta en Gracia Loca. Confiamos en que esta presi¨®n justa que ejercen los lectores sobre nosotros consiga el objetivo com¨²n de un peri¨®dico cada d¨ªa m¨¢s informado y tambi¨¦n mejor escrito", dice Monteira.
Esta Defensora insiste. No dejen de recordarnos nuestra obligaci¨®n: hacer un buen peri¨®dico. Empezando por la ortograf¨ªa.
Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensora@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 91 337 78 36.
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