Miguel Mateo, 'Miguel¨ªn', torero
El matador de toros Miguel Mateo Salcedo, Miguel¨ªn, un torero puntero en la d¨¦cada de los sesenta, ha muerto a los 64 a?os de edad en Algeciras, ciudad en la que resid¨ªa y donde era considerado de alguna manera hijo adoptivo. All¨ª le concedieron, el a?o 2002, la Medalla de Oro de la ciudad, que ser¨ªa una de las distinciones m¨¢s importante de su vida.
Hab¨ªa nacido en Albar¨¢n (Murcia) el a?o 1939, lugar en el que estaba viviendo su familia en aquellos momentos, en plena Guerra Civil. Era hijo del banderillero Chuiquelito de M¨¢laga, ciudad a la que lleg¨® enseguida toda la familia. Desde all¨ª se trasladar¨ªan a Algeciras, lugar al que tambi¨¦n estar¨ªa indeleblemente unido en lo art¨ªstico: en su plaza vieja La Perseverancia debut¨® con picadores a los 16 a?os el 10 de abril de 1955. Un a?o despu¨¦s, el 1 de abril, se present¨® en La Chata madrile?a, o Plaza de Vista Alegre. El deb¨² en la Monumental de Las Ventas ser¨ªa el 31 marzo de 1957, alternando con Ferm¨ªn Murillo y Luis Segura, con novillos de Jos¨¦ Mat¨ªas Bernardos.
Tuvo una brillante carrera como novillero, lo que le llevar¨ªa a tomar la alternativa en Murcia, el 9 de septiembre de 1959, en cuya ceremonia el toricantano tuvo de padrino a Luis Miguel Domingu¨ªn, y como testigo, al espada venezolano, de importante trayectoria en Espa?a, C¨¦sar Gir¨®n. Su confirmaci¨®n de alternativa ser¨ªa el 24 de abril de 1960, teniendo como padrino a Gregorio S¨¢nchez y de testigo a Antonio Cobos.
Carlos Abella lo califica muy acertadamente como el torero de 1968, pues es un a?o que marca su carrera como torero, ya que entonces protagoniza un hecho en la plaza de Las Ventas, cuyas im¨¢genes han dado la vuelta a la piel de toro por ser harto significativas. En plena rivalidad con El Cordob¨¦s, que mandaba en aquellos momentos en los despachos y en los tendidos, se arroj¨® al ruedo vente?o, en mayo de 1968, vestido de calle, en mitad de la lidia de un toro de El Cordob¨¦s, y lleg¨® a acariciar la testuz del toro. Era como demostrar el poco riesgo que ten¨ªa ese toro del mandam¨¢s y reivindicar un sitio propio, ante las "pegas" que en los despachos le iba sembrando el "poder" del maestro de Palma del R¨ªo. Fue detenido y tuvo que pagar 40.000 pesetas de multa. Pero volvi¨® a aparecer de nuevo ante la c¨¢tedra, y en el coso de la calle de Alcal¨¢, en la corrida de la prensa, consigui¨® cortar seis orejas. Genio y figura. Ese salto al ruedo de paisano, guerrillero y reivindicativo, fue positivo para el diestro nacido en Albar¨¢n.
Aunque a Miguel Mateo Miguel¨ªn se le tach¨® de torero tremendista, sobre todo por el camino que cogi¨® en sus inicios, fue un torero de capote imaginativo, que conoc¨ªa la t¨¦cnica y no dejaba de ser mand¨®n en el ¨²ltimo tercio, as¨ª como poseer matices art¨ªsticos.
Uno de sus fuertes fue el tercio de banderillas, que dominaba desde una concepci¨®n clara de dicha suerte, y gracias a unas facultades f¨ªsicas muy apreciables. Un matador, pues, poderoso, sin demasiados percances en los ruedos, que tambi¨¦n ser¨ªa denominado con tino, por Vicente Zabala, como "torero Guadiana", pues tanto al principio de su carrera como en los a?os setenta, se cogi¨® descansos como matador. Se retir¨® de los ruedos en 1979, en Granada, compartiendo cartel con Espartaco y El Cordob¨¦s.-
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