La ¨¦pica de los bandoleros

Justo despu¨¦s de que el diputado Tamayo declarara, es un decir, ante la comisi¨®n de investigaci¨®n encargada de valorar su caso de transfuguismo, la ¨¦pica de los bandoleros ten¨ªa su continuaci¨®n en la noche madrile?a con la actuaci¨®n de estos mexicanos peculiares que anteponen lo que viven o ven en la calle a cualquier otra tem¨¢tica en su obra.

Ataviados con unos trajes azules con flecos blancos que expresaban mejor que nada el particular glamour que gasta la banda, Los Tigres ofrecieron una generosa selecci¨®n de temas propios en los que drogas, violencia, desaf¨ªo a las leyes, honor de maleantes, muerte, amor y lucha por la supervivencia son materia b¨¢sica. Con Jorge Hern¨¢ndez, cantante y acordeonista, que esa misma noche celebraba su cumplea?os, en plan l¨ªder comunicativo, el grupo estuvo tremendamente amable y accesible con un p¨²blico en el que hab¨ªa nutrida representaci¨®n de sus compatriotas y entre el que figuraba tambi¨¦n el novelista Arturo P¨¦rez Reverte, aut¨¦ntico introductor del grupo entre el gran p¨²blico espa?ol y al que dedicaron m¨¢s de un tema.

La banda, que lleva el equipo de escena inal¨¢mbrico para favorecer que los espectadores se suban al escenario a cantar o hacerse fotos con ellos, expres¨® su agradecimiento leyendo los mensajes escritos y las dedicatorias que los espectadores les lanzaban al escenario en forma de bolas de papel. Fueron dos horas y media de concierto en las que las rodillas no dejaron de hacer muelle acompa?ando el ritmo de los narcocorridos. Pero, si les hubieran dejado, bien hubieran podido ser cuatro o cinco.