Volcanes submarinos bajo el Polo Norte
E n las profundidades oce¨¢nicas, bajo la capa helada del ?rtico, una costura de 1.500 kil¨®metros en la rocosa corteza terrestre que se consideraba dormida, ha resultado ser un rosario de volcanes y fumarolas de agua caliente que puede albergar formas de vida ¨²nicas. Exploraciones previas en las profundidades cerca del Polo Norte hab¨ªan identificado un par de volcanes en el fondo marino en una zona de la costura denominada cresta de Gakkel, que separa Groenlandia de Siberia en el oc¨¦ano Polar. Pero la exploraci¨®n con s¨®nar, registros s¨ªsmicos y muestras de rocas y de agua recogidas durante una reciente expedici¨®n de dos buques oceanogr¨¢ficos (uno de Alemania y otro de EE UU) ha proporcionado una perspectiva detallada de la sorprendentemente din¨¢mica geolog¨ªa de la cresta.
"Conocemos mejor la topograf¨ªa de Marte y de la Luna que de esa ¨¢rea del ?rtico"
Investigadores y expertos no directamente implicados en esta investigaci¨®n afirman que los descubrimientos suponen un reto para lo que se pensaba de tales crestas oce¨¢nicas, que son las f¨¢bricas geol¨®gicas donde se genera la corteza terrestre. Los nuevos datos se han publicado en Nature [26 de junio], ampliando las iniciales descripciones de las fumarolas del fondo marino publicadas en la misma revista el pasado enero.
El Gakkel es la menos activa de las crestas oce¨¢nicas conocidas en el mundo. Estas crestas son valles angostos y sistemas monta?osos donde la corteza del fondo marino se abre y emerge magma caliente hacia la superficie. Estudios anteriores de la cresta de Gakkel, midiendo la firma magn¨¦tica de las rocas, hab¨ªan indicado que ¨¦sta se abre s¨®lo medio cent¨ªmetro aproximadamente en cada direcci¨®n, una s¨¦ptima parte o menos de la tasa de separaci¨®n en la mayor¨ªa de las crestas oce¨¢nicas. Se pensaba que esta lenta separaci¨®n impedir¨ªa la salida del magma.
La probabilidad de encontrar volcanes y fumarolas all¨ª era tan baja que entre la treintena de cient¨ªficos que se embarcaron en el verano de 2001 en los dos buques cient¨ªficos hab¨ªa s¨®lo una experta en fumarolas: Henrieta N. Edmonds, geoqu¨ªmica de la Universidad de Tejas (EE UU). Pensaban que se iba a aburrir durante los dos meses de la campa?a, recuerda Edmonds. Todo cambi¨® cuando los datos empezaron a brotar en sus aparatos, que tomaban muestras de rocas y med¨ªan las temperaturas y el agua turbia, indicadores de flujos ricos en minerales de las fumarolas.
Los investigadores se sorprendieron cuando m¨¢s del 80% de los instrumentos desplegados detectaron tales emisiones en los casi mil kil¨®metros de la cresta que estaban estudiando. "Esper¨¢bamos que estuviera pr¨¢cticamente muerta", dice Peter J. Michael, ge¨®logo de la Universidad de Tulsa (EE UU). "Pero obten¨ªamos tantas se?ales que llegamos a pensar que los equipos funcionaban mal".
Aquel verano la capa helada polar fue excepcionalmente delgada y estaba muy dispersa, as¨ª que los dos barcos (el guardacostas, Healey, estadounidense y el buque de investigaci¨®n oceanogr¨¢fica Polarstern, alem¨¢n) pudieron tomar muchos m¨¢s datos de lo esperado. Hasta esa expedici¨®n, los ¨²nicos estudios de la cresta hab¨ªan sido hechos espor¨¢dicamente por submarinos de la flota estadounidense que, cuando est¨¢n sumergidos, no pueden mantener las coordenadas exactas de su posici¨®n. "Creo que conocemos mejor la topograf¨ªa de Marte y de la Luna que de esa ¨¢rea del ?rtico", dice Wilfrid Jokat, cient¨ªfico del Instituto Alfred Wegener, que gestiona el Polarstern.
Algunas mont¨ªculos volc¨¢nicos estudiados se elevan m¨¢s de un kil¨®metro y medio desde el fondo marino, a casi 5.000 metros de profundidad. Y hay puntos calientes de la cresta que pueden tener hasta 25 millones de a?os.
El hallazgo abre la posibilidad de que las fumarolas alimenten ecosistemas desconocidos en el ?rtico, se?alan los cient¨ªficos. Las fumarolas hidrotermales de la cresta de Gakkel, que emiten chorros de agua calentada por el magma que emerge de las profundidades de la Tierra, son similares a otras encontradas en los oc¨¦anos mundiales, la mayor¨ªa de ellas alimentando ecosistemas especializados. Pero como el Oc¨¦ano ?rtico est¨¢ conectado al Pac¨ªfico y al Atl¨¢ntico por pasos relativamente poco profundos, es posible que estas fumarolas -aisladas durante millones de a?os- alberguen formas de vida desconocidas, explican los cient¨ªficos.
El paso siguiente ser¨¢ explorar de cerca esas fumarolas, porque una cosa es bajar sensores y recoger muestras desde un enorme rompehielos y otra ser¨ªa hacer estudios de cerca con un submarino o con un veh¨ªculo rob¨®tico. Los ocean¨®grafos est¨¢n desarrollando varios sumergibles nuevos que pueden estar listos hacia 2005 o 2006 para hacer este trabajo.
? The New York Times
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