C¨¢mara guerrera
?sta es una de las exposiciones de mayor impacto documental, e hist¨®rico, del festival fotogr¨¢fico PHotoEspa?a 2003. Se trata de la antol¨®gica de Christine Spengler, que re¨²ne lo esencial de 30 a?os de su trabajo; es la s¨ªntesis de una singular forma de ver (aunque sean crueles sus argumentos, estas fotos est¨¢n captadas desde la perspectiva de una extra?a belleza y respeto por los personajes contenidos en ellas). Aparecen subrayadas con la intencionalidad de quien hace un especial ¨¦nfasis, sobre el papel fotogr¨¢fico, en las atm¨®sferas y en los contextos -los propios de quien utiliza, sabiendo mirar como ella, una c¨¢mara de 35 mil¨ªmetros con un angular de 28 mil¨ªmetros- de los escenarios clave de los conflictos b¨¦licos del siglo XX (especialmente los declarados a partir de la d¨¦cada de los setenta). Deambulan im¨¢genes de referencia tomadas en ¨¢reas cuyo denominador com¨²n es un conflicto: Vietnam, Kosovo, Kabul (Afganist¨¢n), el bombardeo de Phnom-Penh (Camboya), la batalla del Bogside (Irlanda del Norte), registros que vimos anteriormente publicados en The New York Times, Neewsweek, Times, Life... Como explica Spengler en la presentaci¨®n de esta muestra, "para m¨ª, siempre el coraz¨®n es lo primero".
LOS A?OS DE GUERRA
Antol¨®gica de Christine Spengler
Sala Canal de Isabel II
Santa Engracia, 125. Madrid
Hasta el 7 de septiembre
La historia de la fotograf¨ªa, inevitablemente, se ha de estudiar en paralelo con la de los conflictos b¨¦licos. Tambi¨¦n se puede ver luz en ella para el an¨¢lisis de otros muchos factores: sociales, pol¨ªticos, econ¨®micos..., que argumentan estas im¨¢genes (tal es el caso de la censura, la manipulaci¨®n y el uso alternativo que se les ha dado tradicionalmente). Esta ¨²ltima desviaci¨®n de la realidad no est¨¢ presente en el buen hacer de Spengler a lo largo de los 30 a?os reflejados en la colecci¨®n. Ella "limpia" sus fotos de cualquier elemento manipulador; s¨®lo observa, mira y dispara.
Hist¨®ricamente, en esta materia, la especialidad del medio ha discurrido en circular, como una pescadilla que se muerde la cola, b¨¢sicamente analizado desde la ¨®ptica editorial o de quien lo hace con el OK de emisi¨®n en pantalla (fen¨®meno que suele ser ajeno a "lo que registran" y, por supuesto, a quienes usan su c¨¢mara desde primera l¨ªnea de fuego, evidencia de las tomas de guerras recientes, como con las de todas las guerras, desde que la m¨¢quina fotogr¨¢fica se convirti¨® en testigo, el poder tiende a obviar o a hacer propaganda con esta suerte de im¨¢genes). Ello ocurri¨® desde que se hicieron los primeros daguerrotipos de la confrontaci¨®n entre Estados Unidos y M¨¦xico (1846) y los de la rebeli¨®n h¨²ngara, donde toda informaci¨®n se solucionaba a partir de retratos de r¨ªgidos militares posando en plan teatral. De estos recursos nada sabe el relato que nos hace Spengler en su ¨¢lbum.
Lo mejor de estas fotos nos recuerda la esencia cronol¨®gica de las pautas recorridas por el medio durante d¨¦cadas, a trav¨¦s de esta tem¨¢tica, desde el siglo pasado y a ra¨ªz de la Primera Guerra Mundial.
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