Puerto Urraco
Una matanza gore iluminada por Guti¨¦rrez Solana; Texas en Badajoz; eso fue m¨¢s o menos lo que representaron los hermanos Izquierdo a finales del siglo pasado en Puerto Urraco, su min¨²sculo pueblo extreme?o, ya tristemente c¨¦lebre. Nueve muertos y una docena de heridos fue el saldo del suceso que todos recordamos. ?C¨®mo olvidar la imagen de los dos hermanos detenidos por la Guardia Civil despu¨¦s de la escabechina, a¨²n en camiseta, mucho m¨¢s cerca de Pascual Duarte que de los criminales maqueados de Quentin Tarantino?
Ahora Carlos Saura, con Ray Loriga como guionista, quiere llevar al cine, con toda su hemoglobina y sus odios enquistados a lo largo de a?os, esta historia tremenda que protagonizaron dos tarados llenos de furia y odio en un rinc¨®n de Espa?a. Lo importante ser¨¢n los resultados, como siempre sucede en el terreno de la creaci¨®n. Si tienen suerte, Saura y Loriga lograr¨¢n convertir el horror de Puerto Urraco en arte. Si fallan, todos olvidaremos la pel¨ªcula (menos Saura y Loriga y su sufrido productor).
El problema es que hay alguien que no quiere que se haga la pel¨ªcula. Una persona que preferir¨ªa que no se hiciese nunca (que a Saura y a Loriga les diese un ataque de Bartlebysmo agudo y arrrumbasen la idea en el ¨¢ngulo oscuro del sal¨®n de los guiones perdidos). El Presidente de la Junta de Extremadura cree que contar un suceso tan negro es un desdoro para la Comunidad cuyos destinos dirige desde hace a?os. No se ha recatado el se?or Rodr¨ªguez Ibarra, como es habitual en ¨¦l, a la hora de mostrar su disgusto por el proyecto cinematogr¨¢fico de Carlos Saura. Esgrime como argumento contra lo que el supone una visi¨®n sesgada de su tierra, el hecho de que en las aulas de Extremadura hay un ordenador por cada dos chiquillos.
Lo que no entiende Rodr¨ªguez Ibarra es que esos dos chiquillos enchufados a su flamante ordenador tienen poca pel¨ªcula. Lo que tienen esas dos criaturas (afortunadas por nacer en el predio pol¨ªtico de Rodr¨ªguez Ibarra, en la Espa?a de Aznar y en la Europa del euro) es un Nodo, o una versi¨®n cat¨®dica del Nodo que durante cuarenta a?os fue el espejo en el que los asendereados espa?oles deb¨ªamos mirarnos. Los escolares de Rodr¨ªguez Ibarra tendr¨¢n la suerte de poder disfrutar de pel¨ªculas como las que realiza Carlos Saura (si Rodr¨ªguez Ibarra le deja) y de leer novelas como las que de vez en cuando escribe Ray Loriga (si Rodr¨ªguez Ibarra lo consiente).
Puerto Urraco es real, como reales son esos ordenadores de los que habla Rodr¨ªguez Ibarra. Nadie piensa que los vecinos de Puerto Urraco sean m¨¢s propensos al crimen que los de Renter¨ªa, por poner un ejemplo. Nadie puede creer que Extremadura sea el emblema de la Espa?a negra porque en una pel¨ªcula se relate un suceso sangriento que se produjo all¨ª como pod¨ªa haberse producido en cualquier otra esquina del planeta.
Los que parecen m¨¢s propensos que el resto de mortales a ejercer de censores son algunos pol¨ªticos. Contar lo que sucede, recordar nuestra historia menos grata es, autom¨¢ticamente, convertirse en un tipo molesto, un individuo "de la c¨¢scara amarga", como antes se dec¨ªa. Uno de esos indeseables sujetos que andan siempre buscando trapos sucios.
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