Los gansos del Capitolio
Un compa?ero de la SER cont¨® hasta 109 preguntas iguales del ganso del PP a la inalterable Ruth Porta, socialista decidida y valiente. Respondi¨®: siempre lo mismo. De esas preguntas, 14 eran una sola referida a su marido. Ruth: las preguntas sobre documentos se pueden resolver pidi¨¦ndolos, porque son p¨²blicos; las referidas a su marido, que se las hagan a ¨¦l cuando comparezca. Por lo dem¨¢s, lo que se trata de averiguar es qui¨¦nes pagaron, y en nombre de qui¨¦nes, a los tr¨¢nsfugas para cambiar la democracia. Se fastidiaron. Tanto que Abc hace un minieditorial ("brever¨ªa") y la llama hombre: "Su gesto fiero y adusto, su tono mitinero y sus modos hacen que al verla m¨¢s de uno se sienta tentado a responderle: ?Se?or, s¨ª, se?or!".
Ah, yo llamo ganso al se?or Mu?oz sin ning¨²n ¨¢nimo peyorativo: recordaba los gansos del Capitolio, que fueron declarados sagrados porque graznaron cuando llegaban los b¨¢rbaros y evitaron que invadieran Roma. Son estos gansos quienes graznan desde dentro. Los bancos de la derecha. Los conozco bien, veo sus trajes, sus sonrisas, sus gestos de desprecio; ni elegancia ni dandismo, sino caro uniforme de clase para la tele. Son muy visibles: lo quieren as¨ª para distinguirse de "la gre?a jacobina", si llamamos jacobinos a los pobres de la izquierda: traje y corbata, s¨ª, pero otro estilo. Peor tela, m¨¢s arrugas. A veces ?se quitan las chaquetas! Ellas son tambi¨¦n rubiales, pero hay que ver la diferencia del alisado del pelo, del tono, del color. No hablo de ir "bien vestido", sino disfrazados de esa manera: disfrazados de se?orito, que en la vida tienen otra libertad y otra elegancia. Muchas otras veces los he visto en los espect¨¢culos ante las c¨¢maras. En Venezuela, por ejemplo: los que se manifiestan contra Ch¨¢vez van as¨ª, quiz¨¢ m¨¢s naturales, pero distintos de quienes le apoyan. Y en Chile: los que gritaban por Pinochet, ?c¨®mo eran! En contra: con el "torpe ali?o indumentario", que dec¨ªa Machado, como lo de la "gre?a". Tiene uno la tentaci¨®n de adivinar qui¨¦nes son los due?os de las viviendas, los que las venden y dan los terrenos: pero no ser¨ªa justo. Una primera impresi¨®n. Yo tengo esa primera impresi¨®n desde hace setenta a?os; estoy esperando la segunda y los gansos que entraron en el Capitolio de Madrid no me dan la segunda. (Los gestos, los apartes, las risas: Beteta como jefe de claque y como segundo apunte. Que decimos en el buen teatro).
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