Los cientos de documentos que genera cada incidencia retrasan el juicio de la hepatitis C
Hay un ¨²nico imputado, el anestesista Juan Maeso, 280 afectados y casi 200 abogados
El trasiego de papeles del sumario de la hepatitis C ha adquirido intensidad en los ¨²ltimos tres meses. Desde que la secci¨®n segunda de la Audiencia de Valencia, que preside Francisco Monterde, fuera encargada de afrontar el complejo juicio en el que se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados el anestesista Juan Maeso, ¨²nico imputado por el contagio masivo de hepatitis C en cuatro hospitales de Valencia, las carpetas, copias, providencias, alegaciones y otros documentos se han multiplicado por cientos hasta construir un puzzle en el que no todas las piezas encajan.
El escenario de la Sala misma ha cambiado. El volumen del sumario, decenas de miles de folios, ha hecho necesario habilitar un espacio a prop¨®sito. La tecnolog¨ªa de la que dispone la Justicia no permite grandes alegr¨ªas: la fotocopiadora tiene sus limitaciones y valen copias en disquete, pero no en CD. Las piezas separadas no fueron trasladadas a la Audiencia, pero el tribunal de la Sala no se apercibi¨® de ello hasta que una de las partes pidi¨® revisarlas. Y a la postre han venido 118, pero son m¨¢s de 300. La diferencia ha ido en forma de escrito, de nueva petici¨®n al tribunal.
Tras la retah¨ªla de peticiones se intenta construir improvisadamente un m¨¦todo, mientras se busca, adem¨¢s, un lugar donde celebrar, tal vez en 2004, un juicio con casi 200 abogados, 280 afectados y otros tantos testigos.
El ¨²ltimo episodio del l¨ªo de papeleo del caso de la hepatitis C se escribi¨® el pasado lunes cuando el abogado que defiende a Juan Maeso present¨® en el juzgado de guardia dos escritos: uno contra el plazo com¨²n que tienen todas las partes para decir si est¨¢n o no de acuerdo con que se cierre el sumario; el otro recordando que ya hab¨ªa solicitado en junio el total de las piezas separadas del sumario (los pacientes que fueron examinados y que por diferentes razones no se incluyeron entre los 280 que se consideran perjudicados directamente por Maeso). En ese ¨²ltimo escrito se hace saber a la Sala que aparecen tres personados cuya documentaci¨®n en forma de piezas separadas no est¨¢ en poder del tribunal.
Pero ya hab¨ªa antes otras piezas sin encajar. Fue el 5 de mayo cuando el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Valencia dio por concluido el sumario del caso de la hepatitis C. Y el 28 de mayo, la secci¨®n segunda de la Audiencia asumi¨® la competencia sobre el sumario. En la causa se han personado 125 abogados como acusaci¨®n particular, dos como acci¨®n popular, uno por la defensa, seis como responsables civiles directos y 29 como responsables civiles subsidiarios. Un total de 173 letrados sobre el estrado. Ante tal volumen de representaciones, la Sala de la Audiencia reclam¨® medios materiales (fotocopiadora, mobiliario o tel¨¦fono) para hacer frente a las demandas de documentaci¨®n y estableci¨® un calendario para hacer copias de los documentos (que se ha modificado en dos ocasiones, lo que obliga, para dar por enterados a todos los interesados, a un traj¨ªn de unas 200 fotocopias y otras tantas notificaciones). Las partes han ido trasladando qu¨¦ les interesa. Algunas peticiones, entre ellas las de la defensa y alg¨²n responsable civil, revelaron que no toda la documentaci¨®n hab¨ªa sido remitida, por lo que el tribunal tuvo que solicitar al juzgado de inicio que enviara tambi¨¦n las piezas separadas. Las peticiones plantearon otro problema de intendencia: el ¨ªndice mismo del sumario no se pod¨ªa grabar en CD, s¨®lo en disquete, con lo que todos los que dejaron un CD para que se les incluyeran los datos tuvieron que pasar de nuevo para retirarlo y sustituirlo por un disquete. Tambi¨¦n en ese caso hubo que comunic¨¢rselo por escrito: otras 200 fotocopias y las notificaciones en tiempo.
Miles de fotocopias
Cuando ya hab¨ªa pasado un mes de la conclusi¨®n del sumario, la Sala comunic¨® la incorporaci¨®n de una nueva afectada (lo que ha generado protestas de la defensa de Maeso). S¨®lo el volumen de diligencias que implica mantener informadas a las partes de lo que va sucediendo es tan grande que la Sala pidi¨® la mediaci¨®n del Colegio de Abogados para ver en qu¨¦ medida se pod¨ªa reducir el n¨²mero de letrados, justo cuando se admiti¨® a uno m¨¢s en la causa, el del sindicato CSI-CSIF, hace poco m¨¢s de 15 d¨ªas. Despu¨¦s de eso, cuando se ha vuelto a ordenar el calendario para fotocopias y se ha comunicado que en agosto la secretar¨ªa permanecer¨¢ abierta para hacer frente a las peticiones, la Sala comunic¨® cu¨¢les son las piezas separadas que le han llegado (117), mientras que originariamente se investig¨® a m¨¢s de 300 pacientes que quedaron fuera de la causa. Esto ¨²ltimo ha provocado un escrito de protesta, el de la defensa, que presumiblemente no ser¨¢ contestado hasta septiembre, con lo que la intendencia tiene pendiente un tr¨¢mite m¨¢s que, entre otras cosas podr¨ªa afectar a las miles de fotocopias que se van a servir durante agosto. Mientras, va corriendo el plazo dado hasta el 30 de septiembre para que cada uno de los casi 200 abogados diga si el sumario est¨¢ cerrado o se debe practicar alguna diligencia m¨¢s. Cada decisi¨®n, por sencilla e intrascendente que parezca, obliga a un trabajo arduo y lento que contrasta con la supuesta diligencia que se quiere dar al caso para que se acorten los pasos tanto y, en lugar de seis a?os, pueda celebrarse el juicio dentro de poco m¨¢s de uno.
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