La verg¨¹enza de volver de vac¨ªo

Se llama Ramiro Aguilar. Qu¨¦dense con este nombre porque ¨¦l asegura que ser¨¢ el futuro presidente de Bolivia. Por ahora es s¨®lo una broma, pero ya hay que tener sentido del humor. Ayer mismo se manifestaba bajo el sol, junto a colegas de otros pa¨ªses, para que la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional le conceda el cuarto a?o que necesita para completar el doctorado que, desde hace tres a?os prepara en la Universidad de Salamanca. Ese doctorado es el mejor pasaporte que tienen todos ellos para volver a sus pa¨ªses con un futuro laboral pr¨¢cticamente asegurado.

Pero el camino a la presidencia de Aguilar peligra, pese al buen humor de que hace gala. La agencia, dependiente del Ministerio de Exteriores, ha roto con una tradici¨®n de m¨¢s de 50 a?os, porque siempre se hab¨ªa prorrogado la beca por un cuarto curso a estos estudiantes, el tiempo imprescindible para hacer un doctorado, seg¨²n las universidades.

Ellos, unos 70 estudiantes, son la ¨²ltima promoci¨®n, porque ya la agencia ha sustituido estas antiguas convocatorias por otras de menor duraci¨®n. Y ellos son, por tanto, los ¨²ltimos afectados. "?Por qu¨¦ hacen esta cruel excepci¨®n con nosotros?", se pregunta el argelino Ahmed Grigahcene, de 29 a?os. Siente verg¨¹enza de tener que volver a su pa¨ªs sin el doctorado, despu¨¦s de tres a?os estudiando en el Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa. "No vine por el dinero, ni clandestinamente, sino por la ciencia". Su compa?ero Adil Moustaoui, de Marruecos, tambi¨¦n habla de verg¨¹enza. "Los ¨¢rabes lo sentimos as¨ª", se disculpa riendo. Mientras ellos se manifiestan en la calle, una delegaci¨®n negocia con los responsables de la agencia. Esperan. Y cuentan. La venezolana Claudia Pe?aranda piensa en conseguir como sea un permiso de trabajo para seguir en Espa?a hasta acabar el doctorado. No ser¨¢ f¨¢cil: con una beca de estudios no hay permiso de trabajo, trabajando no hay forma de estudiar y sin permiso de trabajo uno se convierte en ilegal. "Yo vine con un contrato para volverme a mi pa¨ªs y me ir¨¦ sin lo que vine a buscar, pero no pienso ser un ilegal porque no me corresponde", se enfada el argentino Daniel Israel Fligar. Dej¨® su puesto de profesor en la Universidad de Cuyo y si tiene que volverse con las manos vac¨ªas lo har¨¢, qu¨¦ remedio.

Tambi¨¦n dej¨® su trabajo en Honduras Carolina Saravia, y la rusa Svetlana Dalaloian. Ahora ven c¨®mo se van tres a?os por la borda. Las universidades espa?olas donde han estudiado lamentan la p¨¦rdida de tiempo y dinero. La reuni¨®n de ayer con la agencia desplaz¨® el problema hasta septiembre. Despu¨¦s de las vacaciones tendr¨¢n una respuesta, una vez que hablen con las universidades a ver si encuentran una soluci¨®n. Nada m¨¢s.