Redoble de misterio
Dorothy L. Sayers crea en "Los nueve sastres" un clima de misterio que desborda la vida rural. Un campanero desaparecido es el punto de partida del detective arist¨®crata Lord Peter.
Dorothy L. Sayers (1893-1957) fue una de las primeras mujeres en graduarse, en 1915, por la Universidad de Oxford; en su caso en la especialidad de literatura medieval. En 1923 apareci¨® su primera novela policiaca y con ella uno de los m¨¢s famosos detectives del g¨¦nero: Lord Peter Wimsey o, simplemente, Lord Peter. No lleg¨® a ser tan popular como Agatha Christie o Erle Stanley Gardner, pero fue muy superior a ellos y sus novelas se encuentran entre las mejores policiacas que se han escrito, a la altura de las de Ellery Queen o S. S. van Dine, y quiz¨¢ su escritura haya sido la m¨¢s rica y expresiva de todas, con una intriga a medio camino entre la novela-problema propiamente dicha y la narrativa tradicional inglesa.
LOS NUEVE SASTRES
Dorothy L. Sayers
Traducci¨®n de Mireia Ter¨¦s
Diagonal. Barcelona, 2003
448 p¨¢ginas. 20,61 euros
Lord Peter es un perfecto prototipo de detective aficionado que se apreciaba en los a?os treinta: arist¨®crata con mayordomo, hermano menor de Lord Denver -que es el jefe de la casa, lo que a ¨¦l le permite dedicarse al ocio sin otra responsabilidad que la de responder siempre a su propia educaci¨®n-. Gran coleccionista de libros antiguos, amante del arte y la cultura, se parece en esto a otro refinado detective, el norteamericano Philo Vance. En la ¨¦poca en la que Dorothy Sayers escribe, la novela de intriga cl¨¢sica es m¨¢s propia de lectores del establishment mientras que el thriller tiende a abrirse camino entre las masas. Lo cierto es que este ¨²ltimo adquirir¨¢ enseguida su carta de naturaleza literaria con Raymond Chandler y, a¨²n m¨¢s, con Dashiell Hammett.
Los nueve sastres es una de las mejores novelas de la se?ora Sayers. Apoyada en un arte tan ex¨®tico como es la campanolog¨ªa, la novela se inicia con la casual aparici¨®n de Lord Peter en la parroquia de un peque?o pueblo donde los campaneros se disponen a tocar un carrill¨®n de nueve horas para celebrar el a?o nuevo. Naturalmente, un campanero se pone enfermo y Lord Peter, que tambi¨¦n sabe mucho del asunto, lo sustituye. Pronto aparecer¨¢ en el pueblo un cad¨¢ver enterrado en una tumba que no es la suya y, a partir de ah¨ª, comienza a moverse un mundo cuya sencillez encierra una intriga extraordinaria.
Lo notable es, sobre todo, el modo en que est¨¢ llevada. Dorothy Sayers consigue una narraci¨®n que destaca por su notable ambientaci¨®n tanto de personajes como de escenario. Utiliza el di¨¢logo como pieza de convicci¨®n y la representaci¨®n de las voces resulta ser variada y convincente. Y utiliza mucho el "no es lo que parece", haciendo que el lector se devane los sesos tratando de agarrar alg¨²n cabo de la madeja. Lo importante es c¨®mo crea la sensaci¨®n de que ciertamente hay un asunto complejo, turbio y escondido, tan simple de apariencia como inaccesible a los investigadores del crimen, que todos los hilos de los que se va tirando son hilos sueltos y, sin embargo, la madeja est¨¢ ah¨ª sin dejarse devanar. Todo ello paso a paso, sin preocuparse de otra cosa que de dar a los acontecimientos su curso natural. Para hacerse una idea, dir¨¦ que el conflicto s¨®lo empieza a dejar huellas reales que seguir hacia la p¨¢gina cien de la novela. ?C¨®mo hemos llegado hasta ah¨ª sin que el relato necesite agarrarnos por el cuello desde la primera p¨¢gina, tal como se exige ahora?: porque Dorothy Sayers es, ante todo, una escritora y no s¨®lo una urdidora de intrigas; y conste que la magn¨ªfica intriga que teje en este libro no desmerece un ¨¢pice de las mejores.
Porque lo cierto es que el clima de misterio e irresoluci¨®n, unido a esa parte que llamar¨ªamos costumbrista, va ganando por igual en densidad, color local y atracci¨®n sin perder ritmo y sin titubear, permiti¨¦ndose acelerones y descansos en perfecto equilibrio. Parte de su gracia est¨¢ tambi¨¦n en el hecho de que la suma de peque?os acontecimientos -el robo de unas esmeraldas, la desaparici¨®n de los ladrones y de las joyas, que no se encuentran en poder de nadie, un mensaje cifrado, el cad¨¢ver desfigurado y los repiques de campana- esconden una trama que desborda la peque?a y cerrada vida rural para abrirnos un espacio mucho m¨¢s amplio hacia la naturaleza humana. La erudici¨®n campan¨®loga de la autora y un sentido del humor que no se pierde y que da lugar a escenas tan tronchantes como la del an¨¢lisis de la carta misteriosa completan el cuadro. Hay que insistir en que esta colecci¨®n Gimlet de la editorial Diagonal est¨¢ publicando s¨®lo obras maestras del g¨¦nero policiaco y negro. Tal como va, es una garant¨ªa y un placer.
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