El Atl¨¦tico, s¨®lo de penalti

Fernando Torres jug¨® poco el s¨¢bado. Pero, en realidad, fue el que m¨¢s jug¨®. El delantero rojiblanco es especial y zarande¨® la bah¨ªa de C¨¢diz con dos regates, una carrera y un par de disparos. Torres removi¨® los posos espesos del ritmo trot¨®n de los bolos veraniegos, introdujo en el partido otra velocidad y se convirti¨® en la referencia del Atl¨¦tico. En un destino razonable para la pelota, en una autopista llena de salidas hacia alg¨²n lugar. Y eso que entr¨® cuando ya se hab¨ªa traspasado la l¨ªnea del desorden y la apat¨ªa y los dos equipos ensuciaban la pelota sin dar un pase a derechas.

En los primeros 45 minutos, el Atl¨¦tico hab¨ªa tenido mucho la pelota. Y no la hab¨ªa movido mal. Pero s¨®lo consegu¨ªa desentra?ar el laberinto hasta el ¨¢rea rival. Todo era predecible. Y las jugadas acababan en un tiro lejano o un centro inexacto al punto de penalti.

Y es que, aunque en el Atl¨¦tico s¨®lo juega un medio centro, la pelota se adormece en los tres cuartos pasando de lado a lado. Eso, contra equipos como el M¨¢laga, basta y sobra para controlar el juego y asegurarse una enorme posesi¨®n de la pelota. Adem¨¢s, la disposici¨®n t¨¢ctica rojiblanca ten¨ªa truco. Se supon¨ªa que Movilla hac¨ªa m¨¦ritos como interior derecho. Pero el centrocampista crea juego en cualquier parte del campo, incluida la banda. Y desde esa posici¨®n, casi fuera del encuadre, el madrile?o tuvo algunas de las mejores ideas del Atl¨¦tico. Entre ellas, meter pases en diagonal a las entradas, r¨¢pidas de Nikolaidis, Paunovic o Fernando Torres.

Sin embargo, la tendencia a refugiarse en zona conocida, el centro, de Movilla y la escasa aportaci¨®n como lateral derecho de Garc¨ªa Calvo lastraron la capacidad de llegada por esa banda. En la izquierda, Nano lanz¨® gui?os de ganas, cierta habilidad para el regate y fuerza. Pinola, el lateral izquierdo de la cantera rojiblanca, dej¨® claro que es central y que su aparici¨®n por el costado no deja de ser un parche circunstancial, como el de Garc¨ªa Calvo. Paunovic, que se supon¨ªa que deb¨ªa jugar tras Nikolaidis, se dej¨® caer por las bandas sin profundizar y Jorge, que deb¨ªa ayudar a Colsa a crear juego, conect¨® con Nano y Nikolaidis, pero apenas colabor¨® en la creaci¨®n del juego.

El M¨¢laga tuvo pocas ocasiones pero buenas. El juego largo, esquivando jugadores y alargando metros que postula Juande Ramos, favorece que sus equipos apenas se acerquen al ¨¢rea rival. Que no muevan la pelota cerca del portero adversario. Que apenas haya acciones a bal¨®n parado en las proximidades de la l¨ªnea de gol. Pero, sin embargo, propicia que cuando llega un bal¨®n y, adem¨¢s, un jugador a la zona de peligro, lo hagan juntos y, sobre todo, solos.

As¨ª, Sergio, el portero olvidado de la n¨®mina rojiblanca, tuvo que estirar su alargada figura para salvar dos oportunidades muy claras. Sobre todo, una en el minuto 42. Un cabezazo desde el ¨¢rea peque?a de Alexis que el asturiano, en un arranque de inspiraci¨®n y reflejos, dej¨® en un susto. Tambi¨¦n un disparo de Duda desde fuera del ¨¢rea requiri¨® las dotes voladoras de un meta que habitualmente es m¨¢s bien sobrio en el escorzo y econ¨®mico en el gesto hacia la grada.

En esa t¨¢ctica de mover el bal¨®n deprisa destac¨® Edgar. El delantero se movi¨® r¨¢pido entre l¨ªneas y aprovech¨® algunos desajustes defensivos, principalmente de Hibic. Edgar entiende bastante bien el concepto de juego de su t¨¦cnico. Desde luego, mucho mejor que Canabal, muy lento y con tendencia a liarse entre sus propias piernas. Tambi¨¦n demostr¨® adaptarse a la perfecci¨®n al juego condensado en un suspiro Manu. Un extremo muy habilidoso, de los que llegan hasta la l¨ªnea de fondo.

Ninguno de los dos equipos consigui¨® marcar un solo gol. En el segundo periodo, salvo los destellos de Fernando Torres, el juego degener¨® en un vaiv¨¦n sopor¨ªfero que los espectadores gaditanos castigaron con algunos pitos. Las ocasiones se volvieron fruto del barullo y el cansancio.

Al final, los penaltis decidieron lo que nadie supo resolver en el campo. El Atl¨¦tico se llev¨® el Trofeo Carranza. Pudo haber sido al rev¨¦s.