La presencia de tropas espa?olas en Irak centrar¨¢ la reapertura del curso pol¨ªtico

La crisis en Irak, que parece caminar hacia una complicaci¨®n cada d¨ªa mayor; la presencia de 1.300 soldados espa?oles en la zona y las oscuras circunstancias de la muerte del capit¨¢n de nav¨ªo Manuel Mart¨ªn-Oar han vuelto a poner en primer plano pol¨ªtico la participaci¨®n espa?ola en aquel conflicto. En pocos d¨ªas se reabrir¨¢ la actividad parlamentaria normal y la oposici¨®n ya ha anunciado que reavivar¨¢ el debate, probablemente con m¨¢s fuerza que antes.

Los dirigentes del PSOE, que han recibido cr¨ªticas internas este verano por la lentitud de sus reacciones, especialmente en el caso de su secretario general, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, pretenden ahora retomar la iniciativa. En el PP, la actitud impert¨¦rrita que mantiene el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no oculta una creciente preocupaci¨®n. "Ten¨ªamos previsto anunciar el nombre del candidato en un escenario menos crispado", reconoce un alto dirigente.

La crisis de Irak ha puesto de relieve deficiencias internas en el PSOE

El PP confiaba en que el sucesor de Aznar surgiera en septiembre "libre de polvo y paja" o al menos no en medio de un duro enfrentamiento sobre la participaci¨®n espa?ola en la guerra de Irak. Pero tal y como se est¨¢ desarrollando la situaci¨®n, parece claro que tendr¨¢ que implicarse inmediatamente en el debate sobre los militares espa?oles desplazados a Diwaniya, a las ¨®rdenes de la "autoridad ocupante" de aquel pa¨ªs. Muchos responsables del PP creen que, en mitad de una crisis, el candidato estar¨¢ m¨¢s obligado que nunca a asumir y defender el lenguaje de Aznar, con pocos matices. "Ser¨¢ muy dif¨ªcil que, sea quien sea el sucesor, aporte una visi¨®n propia en este asunto", admite el mismo dirigente popular.

De momento, esta semana el debate queda en manos de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que comparecer¨¢ ante la Comisi¨®n correspondiente del Congreso de los Diputados. Pero, en cualquier caso, Aznar se ver¨¢ tambi¨¦n obligado a comparecer en el Parlamento muy pronto, una vez que se reanuden, a primeros de mes, los plenos reglamentarios.

La l¨ªnea de defensa elegida por el Gobierno durante las vacaciones se va a encontrar ahora con dificultades a?adidas. La cuesti¨®n clave es que el presidente del Gobierno y sus ministros se han esforzado en hacer llegar a la opini¨®n p¨²blica la idea de que las fuerzas espa?olas se encontraban en Irak cumpliendo un mandato de la ONU (resoluci¨®n 1.438). Pero los debates en el Parlamento van a permitir a la oposici¨®n dejar claro que no es as¨ª, por m¨¢s que se repita incansablemente.

"No vamos a consentir que se siga haciendo creer a la opini¨®n p¨²blica algo que no es cierto", asegura el diputado de CiU Ignasi Guardans, uno de los pol¨ªticos que ha seguido con m¨¢s dedicaci¨®n los acontecimientos en Irak durante todo el verano. Seg¨²n explica, la resoluci¨®n 1.438 se limita a constatar que hay gobiernos, como los de Espa?a o Polonia, que quieren colaborar con la "autoridad ocupante" y que se han ofrecido a hacer tareas bajo ese mando, pero que de ninguna manera se encuentran en Irak "bajo mandato de la ONU".

La prueba de que ese mandato no existe es que India retir¨® en el ¨²ltimo momento los 18.000 soldados que pensaba enviar, precisamente por falta de decisi¨®n de Naciones Unidas.

La irrealidad del lenguaje que usan habitualmente el presidente del Gobierno y algunos de sus ministros para explicar su decisi¨®n de enviar tropas a Irak ser¨¢ una de los mayores objetos de cr¨ªtica en el Parlamento por parte de toda la oposici¨®n. Hasta la CNN acepta que Estados Unidos y Gran Breta?a ocuparon Irak sin aprobaci¨®n expl¨ªcita de la ONU, pero el Gobierno espa?ol sigue manejando una interpretaci¨®n distinta, que considera correcta y de la que no se separa, pase lo que pase y se le diga lo que se le diga.

Aznar s¨®lo se ha desviado de ese gui¨®n para introducir el argumento de la lucha contra el terrorismo como fuente de legitimidad para la intervenci¨®n espa?ola en Irak. Sin embargo, se trata de un argumento dif¨ªcil porque hasta el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezc¨¢llar, dijo en su momento p¨²blicamente que el servicio secreto espa?ol no cre¨ªa que existieran conexiones entre Al Qaeda y el r¨¦gimen de Sadam Hussein. Bien al contrario, parece que ha sido el derrumbe del r¨¦gimen dictatorial de Sadam y el caos en el que parece encontrarse el pa¨ªs lo que ha permitido la aparici¨®n de ataques terroristas como el que cost¨® la vida al capit¨¢n de nav¨ªo Manuel Mart¨ªn-Oar.

Los ¨²ltimos acontecimientos en Irak han puesto tambi¨¦n de relieve deficiencias en el sistema de funcionamiento interno del PSOE, que ha merecido las cr¨ªticas de algunos destacados militantes socialistas. Absorto por la crisis de la Asamblea de Madrid, Rodr¨ªguez Zapatero decidi¨® la creaci¨®n de un Comit¨¦ de Estrategia, que se ha estrenado este verano y del que s¨®lo forman parte ¨¦l mismo, Jes¨²s Caldera, Jos¨¦ Blanco, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Carme Chac¨®n como portavoz. El grupo carece de un buen especialista en temas internacionales y en temas econ¨®micos y han sido Blanco y Caldera quienes se han ido relevando desde finales de julio como cabezas visibles del partido.

Tal vez por ello, Rodr¨ªguez Zapatero ha aparecido en un segundo plano, incluso con cierto retraso. Los miembros de la ejecutiva socialista niegan esas cr¨ªticas y aseguran que el secretario general ha protagonizado la respuesta a los ataques de Aznar. "Ha sido Zapatero el que le ha pedido que no se esconda y el que ha marcado el tono para las pr¨®ximas sesiones parlamentarias", mantiene un veterano dirigente del PSOE.

Un colega suyo, sin embargo, critica que no se haya actuado con mayor rapidez y que no se haya aprovechado el verano para fomentar la imagen internacional del secretario general del PSOE. Rodr¨ªguez Zapatero, que no asisti¨® en julio a la reuni¨®n de la cr¨¨me socialista convocada en Londres por el partido laborista, tampoco ha querido aprovechar en agosto varias invitaciones que le hab¨ªan hecho llegar personalidades extranjeras. Zapatero ha alegado los problemas que planteaba la crisis de Madrid.