Dulces horas del ayer

El trabajo de la pareja en la Alemania nazi no fue olvidado por el p¨²blico norteamericano que, a?os despu¨¦s de acabada la guerra, pretendi¨® boicotear la actuaci¨®n personal de Imperio Argentina en el Carneggie Hall de Nueva York. Fue entonces, seg¨²n dice la leyenda, cuando la esposa del presidente Roosevelt confes¨® p¨²blicamente su admiraci¨®n por la artista espa?ola, al igual que Tennessee Williams en el New York Times, y que fue en aquel teatro donde un jovenc¨ªsimo Fidel Castro le hizo el homenaje de un dibujo. Todos la admiraban. Desde Benavente, que le hab¨ªa sugerido el nombre art¨ªstico de Imperio Argentina, pasando por Marlene Dietrich, que la cortejaba, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, que le enviaba flores, Jean Cocteu o Francis Picabia, que la pintaron, Colette, que le mandaba regalos a cambio de alfajores... Dif¨ªcil encontrar en la historia del cine espa?ol una estrella que haya concitado tal unanimidad.

Actriz, cantante, bailarina, Imperio Argentina logr¨® hacer grande el dif¨ªcil arte de la sencillez. ?dolo de masas desde su primera pel¨ªcula, figura clave en el cine espa?ol, sus triunfos, aunque lejanos, son parte de nuestra historia.