Final dise?ado por Dr¨¢cula

La corrida parece que estuvo dise?ada por Dr¨¢cula. Debe ser porque acabamos casi de noche. De Adolfo Mart¨ªn s¨®lo se lidi¨® media corrida. Huelga decir que estuvieron escasos de fuerza. S¨®lo se salva Javier Valverde, que hizo una faena a su primer toro muy en corto con derechazos cadenciosos y templados. Con la mano izquierda instrument¨® naturales con buen temple. Entr¨® a matar con mucha fe y cobr¨® una estocada esplendorosa, potente, seca. Lo dem¨¢s entra en la texitura draculina. Porque el sobrero, que hac¨ªa el segundo de la corrida, por mucho que pesara 600 kilos, no se puede comprender como una cuadrilla demostrara tanta incompetencia. Entre capotazo por all¨ª y un mont¨®n de pases en falso para colocar las banderillas, hicieron ver al p¨²blico que el toro era menos que el famoso Perdig¨®n ( el que mat¨® a Espartero). La lidia que se dio a ese toro fue horrorosa. El Cid dirigi¨® la faena con precauciones, excesivos tanteos, hasta que se dio cuenta que el toro serv¨ªa y embest¨ªa muy requetebi¨¦n. Fue una pena que se viera influido por su propia cuadrilla para no poder demostrar con ese toro el buen toreo que lleva dentro. Porque creemos que Manuel Jes¨²s El Cid acredita ser uno de los pocos toreros que hace gala de torear con la franela de manera pura.

Exceptuando esos dos toros: El Cid, en el ¨²nico que lidi¨® y no pudo matar, fue cogido y tiene fractura de brazo pas¨® a una cl¨ªnica para que le hicieran una revisi¨®n. Mas el primero de Valverde ya dicho, la corrida fue para olvidar.

Francisco Marco, con un toro suav¨®n y falto de fuerzas, tuvo que aguantar dos desarmes. Y en su segundo, de Criado Holgado, el toro le desbord¨®, no pudo con ¨¦l, el venc¨ªa y hasta le desarm¨®.

Javier Valverde, que hab¨ªa dejado un sabor buen¨ªsimo en la faena suya, en el toro que mat¨® por cogida de El Cid, no acab¨® de ajustarse con ¨¦l, imprimiendo muchas dudas, en especial por no atreverse a adelantar la muleta como era preceptivo. Tambi¨¦n ese toro llevaba el hierro de Criado Holgado. En el ¨²ltimo de la tarde se equivoc¨® de medio a medio. A un toro sin demasiada fuerza, que iba bien por el pit¨®n izquierdo, no fructific¨® su labor por no dejarle la muleta despu¨¦s de cada pase. Y hasta lo desarm¨®. Por el pit¨®n derecho ten¨ªa menos recorrido.

Para m¨¢s inri, el presidente de la corrida creemos que se adelant¨® al devolver un toro, no porque estuviera falto de fuerza, sino que, por lo visto, su condici¨®n era de manso. Si as¨ª fuera, es un desprop¨®sito may¨²sculo. Digno de una tarde donde abund¨® el muleteo hecho a base de frufr¨²s y de palmoteos sin cuento. Hasta el a?o que viene, Dr¨¢cula.