Datos p¨²blicos de dif¨ªcil acceso incluso para los Gobiernos

"Napole¨®n o la III Rep¨²blica hubieran tenido los datos en tan solo dos d¨ªas". Con ese aserto, el democristiano franc¨¦s Fran?ois Bayrou se lamentaba la semana pasada de lo "vergonzoso" que resulta que "en la ¨¦poca de Internet" la Administraci¨®n no conozca las cifras de fallecidos durante la ola de calor. Ni siquiera en un pa¨ªs tan centralizado como Francia, cuyo primer ministro, Jean Pierre Raffarin, tambi¨¦n confiesa su "indignaci¨®n" ante la imposibilidad de disponer de "estad¨ªsticas fiables" antes de que diese a conocer las suyas el Instituto de Vigilancia Sanitaria.

Algo similar ocurre en Espa?a. Dado que las cifras de defunciones hospitalarias no dan m¨¢s que indicios ante un fen¨®meno que se ceba sobre todo en ancianos que fallecen m¨¢s o menos solos en sus domicilios, ¨²nicamente los registros civiles sirven de fuente absolutamente fiable a la hora de realizar una estad¨ªstica. Son estos precisamente los que nutren los datos oficiales de movimientos naturales de poblaci¨®n que publica el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, con una demora de meses, as¨ª que en este caso no s¨®lo no ha proporcionado datos sino que tampoco ha accedido a realizar una extrapolaci¨®n a toda la poblaci¨®n con las cifras recogidas por este diario referidas al 18% de los ciudadanos.

Los datos de las funerarias arrojaban una subida media casi id¨¦ntica a la registral

Ni central ni electr¨®nico

No existe un registro civil central (el que tiene ese nombre inscribe las incidencias ocurridas a espa?oles en el extranjero) y est¨¢ encargado a Cap Gemini Ernst & Young un proyecto piloto de registro civil electr¨®nico que debe finalizar el 4 de noviembre y que se ensaya en Madrid, M¨®stoles y Valencia.

Pero el dato bruto de cu¨¢ntas defunciones se han inscrito es de acceso p¨²blico y cualquier ciudadano tiene derecho a obtenerlo, seg¨²n inform¨® el Ministerio de Justicia, del que dependen los registros.

Pues bien, en algunos casos ha sido imposible conseguirlo, ni siquiera previa solicitud de ayuda a Justicia, como ocurri¨® en el caso de Madrid. Antes de que el Ministerio de Sanidad encargase un estudio epidemiol¨®gico, en el departamento de defunciones una funcionaria informaba de que en unos d¨ªas podr¨ªan facilitar los datos solicitados. Pero el mi¨¦rcoles pasado ya era imposible obtenerlos hasta que terminase el mes de agosto: ni el sistema inform¨¢tico permit¨ªa acceder a esas cifras ni hubo quien asumiese la responsabilidad de proporcionarlas en ausencia de la secretaria judicial.

Tampoco los registros de Canarias, Lleida, Girona y A Coru?a accedieron a dar los datos p¨²blicos; el de M¨¢laga lo exigi¨® por escrito, el de Sevilla aleg¨® que no estaba el magistrado titular y en el de C¨¢diz afirmaron directamente que primero los dar¨ªan al ministerio y despu¨¦s a los medios de comunicaci¨®n.