Mario Monteforte Toledo, escritor, soci¨®logo y pol¨ªtico guatemalteco
Mario Monteforte Toledo (15-IX-1911), "el ¨²ltimo gigante de las letras guatemaltecas del siglo XX", muri¨® la tarde del jueves (madrugada de ayer en Espa?a) en la capital Guatemala, a pocos d¨ªas de cumplir los 92 a?os, tras una breve enfermedad que interrumpi¨® su ¨²ltima actividad: la producci¨®n y coordinaci¨®n de la pel¨ªcula Donde acaban los caminos, inspirada en su novela hom¨®nima, publicada en 1952 y que aborda las relaciones entre ind¨ªgenas y mestizos.
Mario Monteforte, que fue diputado, presidente del Congreso y vicepresidente del pa¨ªs en la d¨¦cada de los a?os cuarenta del pasado siglo, present¨® el pasado mes de junio su ¨²ltimo ensayo, titulado Las cosas y el olvido. Es autor de once novelas, cinco vol¨²menes y una antolog¨ªa de cuentos, as¨ª como otra de obras teatrales y obras sobre pl¨¢stica, cultura general, sociolog¨ªa pol¨ªtica y m¨¢s de 3.500 art¨ªculos.
"Testigo del siglo XX", como le gustaba llamarse, Monteforte representa al intelectual guatemalteco de su ¨¦poca. Abogado y notario por la Universidad Nacional de San Carlos de Guatemala, realiz¨® estudios en las facultades de Ciencias Econ¨®micas y Humanidades de la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). Curs¨® Historia, Letras y Artes en La Sorbona (Par¨ªs) y fue investigador de carrera del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Como pol¨ªtico jug¨® un papel protag¨®nico en la d¨¦cada 1944-1954, la llamada Revoluci¨®n del 44, el m¨¢s serio intento en la historia de Guatemala por superar el estado semifeudal en que todav¨ªa sobrevive esta sociedad. El golpe de Estado de la CIA, en 1954, lo sorprendi¨® como embajador de Guatemala ante la ONU. Un exilio de 35 a?os sucedi¨® a su ¨²ltima actividad oficial.
Enamorado de Espa?a, particip¨® junto a Miguel de la Quadra Salcedo en los viajes de la Operaci¨®n Quetzal, particularmente en el entorno de las conmemoraciones del Quinto Centenario del Descubrimiento de Am¨¦rica, en 1992.
Entre las distinciones recibidas tiene la Orden del ?guila Azteca, m¨¢xima condecoraci¨®n que M¨¦xico otorga a un extranjero, y el Premio Nacional de Literatura Miguel ?ngel Asturias, as¨ª como la Estrella Nacional de Yugoslavia y la Gran Cruz de Ecuador.
A sus casi 92 a?os, practicaba diariamente la equitaci¨®n (su m¨¢ximo orgullo era un pura sangre andaluz) y la esgrima. Preguntado por el periodista Edward Waters (revista Espect¨¢culo, n¨²mero 21, 2002) ?de d¨®nde saca fuerzas para escribir, promover la cultura y hacer equitaci¨®n espa?ola a su edad?, Monteforte respondi¨® con alg¨²n asomo de chuler¨ªa madrile?a: "Un poco de mi cuerpo de asceta pecador, otro de mi voraz curiosidad por descifrar los enigmas de lo desconocido y otro de esa especie de mesianismo que tenemos muchos intelectuales de mi ¨¦poca para considerarnos obligados a emancipar y mejorar a la gente, en especial a la de nuestro pa¨ªs. Esto no se puede sentir en Europa, donde ya todo est¨¢ hecho".-
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