La novela de Federico S¨¢nchez
Jorge Sempr¨²n ha escrito su primera novela en espa?ol: Veinte a?os y un d¨ªa. La obra se dirige al lector y lo involucra en una historia que arranca en una tragedia de la Guerra Civil.
Si una aventura verdadera -no me refiero ahora a las virtuales, a todas esas aventurillas m¨¢s o menos cl¨®nicas y de papel de tres al cuarto que tanto abundan en nuestro falso mercado cultural- marca para siempre una vida humana, hasta el punto de poder revelar su verdadera identidad a su trav¨¦s, ?qu¨¦ haremos cuando esa vida humana nos llega repleta de varias aventuras aut¨¦nticas de verdad, como si se multiplicaran, hasta el punto de que cuando se nos ofrecen reunidas pueden llegar a extraviarnos en busca de esa identidad m¨²ltiple que se enmascara al multiplicarse como si nunca pudi¨¦ramos llegar a ella? Muchas veces se ha repetido al tratar de la vida y obra del novelista espa?ol Jorge Sempr¨²n (narrador hasta ahora en franc¨¦s salvo una excepci¨®n que luego comentar¨¦) que su verdadera novela no es tanto las que ha escrito sino la de su propia existencia, que, despu¨¦s de haber atravesado tantas otras, ha llegado a la cumbre de todas ellas a sus ochenta a?os, cargado de triunfos y honores. Pues bien, como para celebrar este aniversario Sempr¨²n ha vuelto a casa, a su idioma natal, para escribir y publicar una novela en espa?ol, en el castellano que le vio nacer y aprender en primer lugar, como si se paseara por ¨¦l como por su propia casa. Fue un ni?o de buena familia pronto exiliado, que apost¨® por todas las batallas perdidas, pas¨® por un campo nazi, fue expulsado luego de todas partes, se gan¨® la vida como escritor y guionista de cine y triunf¨® al final universalmente, tras haber sido tambi¨¦n expulsado de uno de sus posibles triunfos, pues los perdi¨® y gan¨® al parecer todos.
VEINTE A?OS Y UN D?A
Jorge Sempr¨²n
Tusquets. Barcelona, 2003
304 p¨¢ginas. 16 euros
Pues en este caso, en estos "veinte a?os y un d¨ªa" -t¨ªtulo ir¨®nico por sus referencias jur¨ªdicas y penales y por haber tardado ochenta en publicarla-, s¨ª estamos ante una novela de verdad, aut¨¦ntica, verdadera, y aparentemente "objetiva", aunque se respiren en ella (como en todas las suyas, tanto en franc¨¦s como en castellano) rastros plenamente autobiogr¨¢ficos: lo contrario ser¨ªa un derroche. Pues lo que fragilizaba su anterior "novela" en castellano, la tan c¨¦lebre como debatida Autobiograf¨ªa de Federico S¨¢nchez (Premio Planeta en 1977), no es que no lo fuera de verdad, ni siquiera una autobiograf¨ªa propiamente dicha; era un alegato, sus verdaderas "memorias", bien que parciales, en buena medida te¨®ricas de su actividad pol¨ªtica y te¨®rica que le llevaron a ser expulsado en 1964 como miembro del Comit¨¦ Central del Partido Comunista Espa?ol. De nada le vali¨® la experta utilizaci¨®n de los recursos del buen novelista -y no menor guionista de cine- que por entonces ya era. Era un libro de intervenci¨®n pol¨ªtica, no una novela de verdad. El hecho de que una buena segunda parte, Federico S¨¢nchez se despide de ustedes (1991), se escribiera y publicara primero en franc¨¦s, viene a a?adir m¨¢s miel a estas hojuelas, como si nos dijera "ah¨ª os qued¨¢is todos", pues otros eran los tiempos y los interlocutores a quienes se dirig¨ªa. Una cosa era haber sido expulsado como alto dirigente de un partido clandestino que de ministro del Gobierno socialista en plena y sobrevenida democracia posterior, claro.
El enigma que plantea esta novela -y muy bien, por cierto- y que subyace en todo su tema y argumento se dirige h¨¢bilmente a su propio lector: qui¨¦n me habla, qui¨¦n me cuenta, qui¨¦n es el narrador de esta compleja y fascinante historia que arranca de un tr¨¢gico suceso de la Guerra Civil -el asesinato de un gran burgu¨¦s (liberal) por un grupo de braceros en su propiedad rural- que da lugar a una conmemoraci¨®n que repite la tragedia todos los a?os, hasta que veinte despu¨¦s el rito se interrumpe, pues los braceros herederos del crimen se niegan a seguir el siniestro ritual ordenado por los vencedores, como si se anunciara la paz negada. Varios personajes asisten a la interrupci¨®n del rito, la viuda (el verdadero personaje central), dos hijos p¨®stumos y gemelos, dos hermanos (uno franquista y vencedor y el otro un jesuita ya de vuelta de todo), un historiador americano (quiz¨¢ un personaje real, qui¨¦n sabe y da igual, pues resulta desaprovechado en este contexto y dar¨ªa lugar a otra novela) y un polic¨ªa franquista que sirve de enlace para que conozcamos lo que entonces estaba sucediendo en Espa?a, cuyo nombre es tan simb¨®lico como ingenuo ("Sabuesa"), pero que resulta clave para conocer el enigma inicial, la identidad del verdadero narrador cuya sombra persigue sin parar: "Federico S¨¢nchez". Pues es ¨¦ste quien primero nos lanza tras la pista del origen de la historia, puesta en boca de otro personaje real, Domingo Domingu¨ªn, buen amigo entonces del verdadero autor, que la escuch¨® de sus labios como algo acaecido en una finca de su familia durante una cena con Hemingway durante la ¨¦poca de la clandestinidad.
Las relaciones familiares se complican sobremanera en la primera historia, desde la crueldad sexual casi feudal, pasando por la filosof¨ªa "conyugal" de San Agust¨ªn para llegar al holocausto de amor, liberaci¨®n, incesto y homosexualidad en la nueva generaci¨®n autoinmolada que va a concluir la novela en un final casi precipitado por falta de justificaci¨®n y que no beneficia del todo el resultado pues la mitolog¨ªa bordea lo folletinesco. La otra historia, la de averiguar qui¨¦n es el asesino, esto es, el narrador, el verdadero creador de toda la historia -"Federico S¨¢nchez" en persona-, nos llega de la mano de su perseguidor, el polic¨ªa franquista tan rid¨ªculamente llamado ("Sabuesa") que asiste a la frustrada conmemoraci¨®n final mientras sigue las pistas del ignoto "Federico S¨¢nchez". Y sus papeles le permiten al verdadero culpable describir los sucesos habidos en la universidad de Madrid entre los a?os 1954 y 1956, entre el frustrado Congreso de Escritores J¨®venes y los sucesos de febrero del a?o despu¨¦s citado. Y aqu¨ª el desenmascarado Federico S¨¢nchez cuenta la verdad, echa mano de los personajes reales de entonces, algunos desaparecidos -Jes¨²s L¨®pez Pacheco, Domingo Domingu¨ªn, Juan Benet-, otros vivitos y coleando -Javier Pradera, Enrique M¨²gica, Rafael S¨¢nchez Ferlosio, hasta Fernando S¨¢nchez Drag¨® y muchos otros-, entre los que algunos amigos le deben quedar todav¨ªa. Ya hemos entrado en la parte real de esta gran novela, que quiz¨¢ resulta ser lo mejor de todo. Y si alguien quiere protestar o corregir sus datos y apreciaciones todav¨ªa tiene tiempo de hacerlo, por mi parte (testigo posterior de todo aquello, llegu¨¦ a Madrid poco despu¨¦s) confieso que el espect¨¢culo me parece tan convincente como veros¨ªmil y est¨¦ticamente muy bien conseguido.
Para tratar el tema del biling¨¹ismo de Jorge Sempr¨²n -que nunca lo es, no existe el biling¨¹ismo perfecto, ni existi¨® jam¨¢s, v¨¦anse los grandes casos de Conrad, Beckett o Nabokov- contar¨¦ la respuesta que ¨¦l mismo me dio cuando yo traduje al espa?ol (con mi mujer) su primera y premiada novela, El largo viaje (1964, en franc¨¦s; 1977, en espa?ol), y le pregunt¨¦ que por qu¨¦ no lo hac¨ªa ¨¦l, dado su perfecto conocimiento del castellano: "Porque no puedo. Este libro lo viv¨ª en franc¨¦s y as¨ª me sali¨®. En espa?ol tendr¨ªa que escribir otro libro". Pues bien, frente a todo purismo ling¨¹¨ªstico y sus imperfecciones apenas relevantes, Veinte a?os y un d¨ªa es una verdadera novela escrita en lenguaje espa?ol (se distingue entre lengua y lenguaje, manes de Saussure) por el verdadero Jorge Sempr¨²n, premio Formentor, Femina, de los libreros alemanes, Weimar y Jerusal¨¦n, entre otros muchos, miembro de la Academia Goncourt, el autor de las mil caras, parapetado en esta ocasi¨®n por la m¨¢s conocida de sus m¨¢scaras (aunque tiene muchas), la del tan falso como real "Federico S¨¢nchez" y que la vida nos siga proporcionando a todos m¨¢s aventuras parecidas.
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