De la ocupaci¨®n a la reconstrucci¨®n
Como era previsible, Bush gan¨® la guerra de Irak. Como era igualmente previsible, Bush est¨¢ perdiendo la paz de Irak. La ciega voluntad b¨¦lica del presidente, un hombre de escasas luces y maniqueas certezas, azuzado por su consejo de neoconservadores (muchos de ellos trotskistas juveniles) y por el afiebrado secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld, priv¨® sobre pol¨ªticas m¨¢s cautelosas propuestas por el Departamento de Estado y la propia CIA. El resultado est¨¢ a la vista. La guerra de Troya, oh Giraudoux, tuvo lugar. Pero a ella ha sucedido la victoria de Pirro.
Ha ca¨ªdo un detestable tirano, Sadam Husein, ni?o mimado de Reagan y Rumsfeld en los a?os ochenta. Pero la raz¨®n del ataque a Irak no era derrumbar a Husein. Era despojarlo de sus armas de destrucci¨®n masiva (ADM). ?stas no aparecen por ning¨²n lado. A cinco meses de la conquista de la Mesopotamia, el pretexto para la guerra se vuelve, m¨¢s que pretexto, mentira. Bush y sus cohortes enga?aron a la opini¨®n mundial. S¨®lo que ¨¦sta no se dej¨® enga?ar y rechaz¨®, masivamente, la aventura del petropoder Bush-Cheney en Irak. Ganada la guerra, vemos d¨ªa con d¨ªa c¨®mo se pierde la paz. Bush no previ¨® que el derrumbe de Sadam ir¨ªa acompa?ado de la p¨¦rdida de toda semblanza de orden y legalidad. Las fallas de inteligencia han sido escandalosas (tan escandalosas como la falla para detectar e impedir el ataque del 11 de septiembre que una funcionaria secundaria de la CIA envi¨® a la Casa Blanca en agosto de 2001. Bush estaba de vacaciones en su rancho).
Disfrazado de Snoopy, Bush proclam¨® desde un portaaviones el primero de mayo que la operaci¨®n militar en Irak hab¨ªa concluido. Menos de cinco meses m¨¢s tarde, uno o dos soldados norteamericanos mueren diariamente en Irak. M¨¢s militares USA han muerto en el periodo de la posguerra que durante la guerra misma. Los f¨¦retros empiezan a regresar a los hogares de California, Missouri y Maryland, y ya sabemos lo que esto signific¨® para Lyndon B. Johnson cuando se empantan¨® en Vietnam. Bush tiene que pensar en su reelecci¨®n dentro de un a?o. Su fracaso en Irak, a medida que se acent¨²a, vulnerar¨¢ a un presidente que muchos norteamericanos, pasada la euforia de la victoria, comienzan a ver bajo la luz de su endeble y debatida elecci¨®n sin mandato de la mayor¨ªa de los electores. Un presidente, en rigor, ileg¨ªtimo.
Irak se hunde en el caos. Era previsible que la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam resucitar¨ªa la pugna secular entre sun¨ªes, chi¨ªes y kurdos. La ausencia de orden es escandalosa. Thomas Friedman, de The New York Times, da cuenta de los ciudadanos comunes y corrientes que se lanzan a dirigir el tr¨¢fico en Bagdad, dada la ausencia de una m¨ªnima fuerza policial. Las tropas norteamericanas est¨¢n, mayoritariamente, atrincheradas en sus cuarteles. (Ciento cuarenta y ocho mil tropas USA se hallan en Irak). Los servicios de salud y agua potable no existen. La inseguridad personal y econ¨®mica crece d¨ªa con d¨ªa. No hay seguridad. No hay autoridad. Victoria p¨ªrrica: Bush jam¨¢s previ¨® el colapso del orden interno, ni c¨®mo remediarlo. Nada anuncia el arribo de la democracia. Todo pronostica la inminencia de la guerra civil.
Desbandado el Ej¨¦rcito iraqu¨ª, los EE UU ahora reclutan a los esp¨ªas de Sadam para su servicio. Pero, como dice Joseph Sommers, presidente de Harvard: "Jam¨¢s en la historia nadie ha lavado un coche alquilado". Entretanto -otra imprevisi¨®n-, los gastos de la ocupaci¨®n aumentan d¨ªa a d¨ªa. Reconstruir la red el¨¦ctrica va a requerir una inversi¨®n de trece mil millones de d¨®lares en cuatro a?os. El mismo tiempo y diecis¨¦is mil millones de d¨®lares m¨¢s costar¨¢ restaurar los servicios de agua. En cuanto a la ocupaci¨®n militar, su costo es imprevisible salvo en un cap¨ªtulo: aumentar¨¢, m¨¢s all¨¢ de las capacidades del presupuesto norteamericano.
De all¨ª que Bush, con gran cinismo y contrici¨®n ninguna, apele ahora a la ayuda internacional para un Irak destruido s¨®lo por Bush. Las advertencias y los votos de M¨¦xico, Chile, Francia, Alemania y Rusia no fueron escuchados y, a veces, fueron satanizados. ?Con qu¨¦ cara pide ahora Bush ayuda para legalizar una aventura b¨¦lica que prosper¨® seguida de una aventura pol¨ªtica que fracas¨®, llev¨¢ndose entre las patas toda semblanza de juridicidad internacional? Irak fue la bandera misma de la pol¨ªtica unilateral de Bush. ?Se trata ahora de regresar al orden multilateral que mantuvo la paz durante los pasados cincuenta a?os? As¨ª, de buena fe, pueden considerarlo algunos miembros del Consejo de Seguridad, pero a condici¨®n de que sean las Naciones Unidas, y no los Estados Unidos, quienes conduzcan el proceso de reconstrucci¨®n iraqu¨ª.
El delegado alterno de Francia en el Consejo, Michel Duclos, lo ha explicado de manera tan clara que requiere una cita textual: "Francia est¨¢ convencida de que la transici¨®n pol¨ªtica tendr¨¢ m¨¢s probabilidades de ¨¦xito si la conducen los propios iraqu¨ªes, con la ayuda, no de las fuerzas de ocupaci¨®n, sino de la comunidad internacional en su conjunto, encabezada por las Naciones Unidas...". La reconstrucci¨®n, a?ade, "s¨®lo ser¨¢ posible si las autoridades de la coalici¨®n admiten que no pueden tener ¨¦xito por s¨ª solas".
Es este mundo de "naciones iguales y soberanas" evocado por el Gobierno franc¨¦s, el ¨²nico que puede reconstruir Irak siempre y cuando la llamada "coalici¨®n" (coalici¨®n de un solo miembro) "admita que no puede, por s¨ª sola, tener ¨¦xito". A?ado a estas palabras las del brillante ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Dominique de Villepin: "Si sistem¨¢ticamente la fuerza se impone al derecho, si la opini¨®n de los pueblos no es tomada en cuenta, entonces los factores de desorden saldr¨¢n fortalecidos".
Puedo imaginar que estos razonamientos encuentren eco en algunos sectores del Departamento de Estado, pero no en las impregnables mentalidades del vicepresidente Cheney, el secretario Rumsfeld y la c¨¢bala neoconservadora. Para ellos, hay un inter¨¦s desnudo. Las terribles e inexistentes armas de Sadam fueron el pretexto inicial. Construir la democracia en Irak, el segundo. El tercero y aut¨¦ntico ya sali¨® a relucir. En la pugna por controlar las reservas petrol¨ªferas de Irak -las segundas del mundo- han ganado las licitaciones la Halliburton y su subsidiaria Kellog
Brown and Root. Son estas compa?¨ªas estrechamente ligadas al vicepresidente Cheney, ejecutivo durante a?os de la Halliburton, que tan favorecidas salen en esta petroguerra.
?Son estos mercaderes de la muerte quienes ahora solicitan cooperaci¨®n para salir del berenjenal en que se metieron? ?Se compadece un gasto de decenas de miles de millones de d¨®lares para respaldar una acci¨®n unilateral que el mundo rechaz¨®? Porque Bush se enfrenta al dilema de enviar m¨¢s fuerzas norteamericanas a Irak o contar con m¨¢s fuerzas extranjeras. Y ¨¦stas, en la visi¨®n de poder de la Casa Blanca, de ninguna manera podr¨ªan ser fuerzas al mando de la ONU o de potencia alguna que no sean los Estados Unidos de Am¨¦rica.
Crece la queja de las tropas norteamericanas en Irak. Ya pasan de doscientos los soldados yanquis ca¨ªdos despu¨¦s de la ilusa promesa de Bush el primero de mayo. "?Cu¨¢l es la pol¨ªtica en Irak?", pregunta el senador Edward M. Kennedy, a?adiendo: "La gente quiere saber hasta cu¨¢ndo sus hijos ser¨¢n blancos de ataque dentro de Irak". S¨ª, sombras de Vietnam en a?o electoral. ?Pobre Bush! Ni se hallaron las ADM, ni hay paz en Irak, ni su reelecci¨®n est¨¢ asegurada.
Y, sin embargo, a partir de este desastre, es m¨¢s urgente que nunca plantearse la necesidad de reconstruir un orden internacional fundado en derecho. Felipe Gonz¨¢lez lo ha definido perfectamente: "... Aspiramos a un orden internacional construido entre todos, a una gobernanza de la globalizaci¨®n que no venga de la hegemon¨ªa sin complejos que nos ofrecen los ide¨®logos de la Casa Blanca" (EL PA?S, 3 de mayo).
El forcejeo diplom¨¢tico apenas se inicia. Veremos qu¨¦ concesiones a Bush siente Kofi Annan que son indispensables y qu¨¦ concesiones hace la c¨¢bala neoconservadora a Colin Powell. Pero la pregunta mayor est¨¢ all¨ª, en el centro: mundo unilateral o mundo multilateral. Mundo unipolar o mundo bipolar. No multipolar, aberraci¨®n f¨ªsica, sino bipolar en beneficio, aunque Bush jam¨¢s lo entienda, en favor del ejercicio moderado y provechoso del poder norteamericano. As¨ª lo entendi¨® Bill Clinton. Ojal¨¢ as¨ª lo entendiera un sucesor dem¨®crata del malhadado Bush en la Casa Blanca dentro de a?o y medio.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.
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