El Gobierno brit¨¢nico lanza una reforma radical de la BBC en pleno 'caso Kelly'
El Ejecutivo garantiza su independencia, pero no descarta un severo recorte de fondos
El Gobierno de Tony Blair ha lanzado una reforma radical de la radiotelevisi¨®n p¨²blica BBC coincidiendo con los momentos m¨¢s cr¨ªticos del caso Kelly. La ministra de Cultura brit¨¢nica, Tessa Jowell, anunci¨® la noche del jueves las l¨ªneas maestras de esa reforma, que no descarta ninguna opci¨®n al incluir en el debate el actual modelo financiero de licencia pagada por los consumidores. Sus rivales pol¨ªticos y econ¨®micos quieren que la BBC deje de emitir espacios comerciales, se centre en su faceta de servicio p¨²blico y reduzca sus presupuestos a la mitad.
La BBC se rige por un Estatuto Real aprobado por el Parlamento y un Acuerdo paralelo con el Gobierno. Los actuales convenios cubren el periodo 1996-2006 y el Gobierno ha fijado ahora el marco general de negociaci¨®n del pr¨®ximo paquete, un proceso que la ministra Jowell quiere que est¨¦ "caracterizado por un debate abierto sobre qu¨¦ tipo de BBC quiere el p¨²blico para el futuro". "La BBC la paga el p¨²blico brit¨¢nico y a ellos les pertenece", ha subrayado.
Pero detr¨¢s de esos buenos prop¨®sitos palpita una pol¨¦mica pol¨ªtica de gran calado. El Gobierno de Blair se siente maltratado por la corporaci¨®n y tiene la tentaci¨®n de cortarle las alas. Los observadores pol¨ªticos destacan que las cr¨ªticas de Alastair Campbell -hasta hace unos d¨ªas director de Comunicaci¨®n de Downing Street- por la manera en que la BBC inform¨® sobre la guerra de Irak no tienen en cuenta que los primeros estudios acad¨¦micos revelan que la corporaci¨®n p¨²blica ha sido m¨¢s equilibrada que sus rivales privados al tratar la guerra de Irak y que el malestar del Gobierno no se diferencia mucho de las pol¨¦micas que enfrentaron a los tories y a la BBC durante el bombardeo de Libia o la guerra de las Malvinas.
Cr¨ªticas de Murdoch
El Nuevo Laborismo tiene la tentaci¨®n de cortarle las alas a la BBC, pero ha sido el m¨¢s laborista de los diarios londinenses, el Guardian, el que ha enarbolado la bandera de la corporaci¨®n frente a las feroces cr¨ªticas que destilan estos d¨ªas los medios m¨¢s a la derecha, desde el Daily Telegraph hasta el emporio del magnate Ruppert Murdoch, con el Times y el Sun a la cabeza y la cadena Sky en la retaguardia, sin duda parte interesada en el reparto de audiencias.
Con esa claque jaleando al Gobierno para que reduzca la parrilla de la BBC a informativos, arte y educaci¨®n y sus presupuestos a la mitad, la ministra de Cultura subray¨® que "tenemos que preguntarnos a nosotros mismos qu¨¦ queremos y qu¨¦ esperamos que nos ofrezca la BBC; qu¨¦ ¨¢mbito y escala de servicios deber¨ªa proveer; c¨®mo deber¨ªa estar situada en relaci¨®n con el mercado; c¨®mo deber¨ªa financiarse y regularse, y si ofrece una buena relaci¨®n calidad-precio". "La televisi¨®n est¨¢ en constante mutaci¨®n y eso obliga a repensar el modelo de la BBC", a?adi¨®. "Hoy, la m¨²ltiple elecci¨®n de canales significa que la cuota de audiencia de la BBC ha ca¨ªdo a apenas un cuarto. Ha llegado el momento de examinar de nuevo el tama?o y objetivos de la BBC", advirti¨®.
La cercan¨ªa de estas negociaciones explica en parte la magnitud del enfrentamiento de estos meses por el caso Kelly. El periodista Andrew Gilligan; el director general de la corporaci¨®n, Greg Dyke, y el jefe de informativos, Richard Sambrook, han reconocido errores importantes de la BBC en la informaci¨®n sobre los dossieres de Irak, pero han defendido tambi¨¦n la sustancia general de aquella noticia: que el Gobierno exager¨® el peligro que representaba Irak y que eso hab¨ªa provocado malestar en los servicios secretos. "El Gobierno exig¨ªa una rectificaci¨®n de todo, y eso nos oblig¨® a negarnos porque estaba en juego nuestra independencia", defendi¨® la c¨²pula de la BBC ante el juez Hutton.
El caso Kelly no s¨®lo est¨¢ da?ando la credibilidad de los informativos de la BBC: tambi¨¦n el Consejo de Gobernadores, el ¨®rgano encargado de velar por su independencia, se ha visto afectado al defender ciegamente a sus periodistas y exponer a ojos de sus cr¨ªticos que quiz¨¢s sea incompatible actuar como garante de la independencia frente al Gobierno y como ¨¢rbitro de los est¨¢ndares editoriales de la corporaci¨®n.
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