El que contamina, ?paga?

El que contamina, paga. El principio que la OCDE acu?¨® en 1972 para referirse al abuso de los bienes comunes, aunque est¨¢ en revisi¨®n, est¨¢ plenamente vigente. La sociedad debe ser compensada de alg¨²n modo por quien contamina. Pero, ?c¨®mo tarifar este desgaste para repercutirlo en las infraestructuras de transporte?

Un grupo de expertos, convocados la pasada semana en Valencia por el Instituto de Econom¨ªa Internacional de la Universidad de Valencia y el Ministerio de Fomento, anticiparon que el crecimiento del transporte obligar¨¢ en poco tiempo a los usuarios a pagar por su uso y tambi¨¦n por la contaminaci¨®n medioambiental que genera. El Road Pricing o peajes por el uso de infraestructuras avanza imparable en Europa: ya est¨¢ implantado en Suiza; Holanda y Reino Unido tienen avanzados los estudios y Alemania y Austria est¨¢n a punto de implantarlo.

Salvador del Saz, miembro del Instituto de Econom¨ªa Internacional y especialista en la valoraci¨®n econ¨®mica de la contaminaci¨®n, explic¨® que la tarifaci¨®n del da?o ambiental se estren¨® con la cat¨¢strofe del Exxon Valdez, en Alaska. "La Comisi¨®n Europea ha renunciado a valorar econ¨®micamente los efectos negativos que provoca el tr¨¢fico rodado por su dificultad", pero con el tiempo se impondr¨¢n, vaticin¨® Del Saz.

Protocolo de Kyoto

Los economistas coinciden en que la inversi¨®n en infraestructuras de transporte tiene un efecto multiplicador sobre el territorio, pero es tambi¨¦n una de las fuentes principales del deterioro medioambiental. "El gran culpable [de la contaminaci¨®n] es el CO2, el motor de explosi¨®n y el transporte por carretera", concluye el director del Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia, Gregorio Mart¨ªn, que subraya la necesidad de cumplir con el protocolo de reducci¨®n de gases de Kyoto.

En este contexto se enmarca la pol¨¦mica aplicaci¨®n por parte del Gobierno alem¨¢n de Gerhard Schr?der de un peaje a los camiones de m¨¢s de 12 toneladas que transiten su pa¨ªs.

El cobro se hace necesario cuando el tr¨¢fico por carretera crece a un ritmo vertiginoso frente a otros modos de transporte como el ferrocarril, cada vez m¨¢s marginal pese a que es m¨¢s inofensivo para el entorno, opina Vicente Inflada, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. "No hay presupuesto suficiente para sostener la neomovilidad europea", a?ade Mart¨ªn, que anticip¨® que las tasas en puntos tan congestionados por carretera como Los Pirineos o Los Alpes se duplicar¨¢n y que los turismos tampoco se librar¨¢n en un futuro del Road Pricing.

Inglada explica la filosof¨ªa de la medida: "El precio actual del transporte est¨¢ por debajo del ¨®ptimo y la introducci¨®n de un peaje que penalice la congesti¨®n contribuir¨ªa a reducir el impacto ambiental". El responsable del Instituto de Rob¨®tica, que analizar¨¢ con otros expertos los efectos de los peajes en Europa el 6 de octubre en Valencia, subray¨® que ¨¦stos "pueden ser una medida extraordinariamente progresista", si bien abre un gran interrogante sobre el futuro de las empresas concesionarias de autopistas de pago.

Un desv¨ªo del 30%

El debate en torno a la oportunidad de los peajes est¨¢ muy retrasado en Espa?a, seg¨²n los acad¨¦micos, que destacaron la importancia que esta medida tiene para una econom¨ªa tan exportadora como la valenciana. "Tenemos un patr¨®n modal por el que el 70% de las mercanc¨ªas salen por carretera, frente a un 30% de tr¨¢fico mar¨ªtimo y a una cuota exigua para el ferrocarril, un 1%", agreg¨® el director del Instituto de Econom¨ªa Internacional, Leandro Garc¨ªa. "Un cami¨®n que vaya a Hamburgo o Varsovia afrontar¨¢ un 20% m¨¢s de costes con los nuevos peajes", a?adi¨® Garc¨ªa, que sentenci¨® que un crecimiento del coste del transporte por carretera provocar¨¢ el desv¨ªo de un 30% de la mercanc¨ªa que se exporta por este medio al ferrocarril y al tr¨¢fico de cabotaje.

La imposici¨®n de peajes, ya sea para aligerar a los gobiernos europeos de la obligaci¨®n de construir y mantener una solvente red de carreteras o para penalizar la contaminaci¨®n, afronta otro gran reto que se abre camino poco a poco en Europa y que significa reinvertir la recaudaci¨®n para invertir en medios de transporte alternativos y sostenibles -es el caso del ferrocarril- o para corregir el da?o medioambiental que provoca el tr¨¢fico rodado. "Todo lo que recauda Suiza por la tasa se dedica al patrocinio del ferrocarril", a?adi¨® Garc¨ªa, que alert¨® de que la neutralidad del poder falla en muchas ocasiones y la recaudaci¨®n de estas tasas sirve m¨¢s para enjugar d¨¦ficits presupuestarios ordinarios que para mejorar el entorno.