Ir¨¢n: rumbo de colisi¨®n
Ir¨¢n parece haber optado por la pol¨ªtica de jugar con fuego en el tema de sus ambiciones nucleares, donde las buenas palabras oficiales chocan frontalmente con los hechos. No bien su ministro de Exteriores anunciaba en la Asamblea General de Naciones Unidas que su pa¨ªs carece de tecnolog¨ªa para fabricar armas nucleares, cuando el Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) desvelaba la semana pasada que sus inspectores han vuelto a encontrar trazas de uranio altamente enriquecido (seis o siete veces m¨¢s de lo necesario para su uso pac¨ªfico) en muestras recogidas en unas instalaciones cercanas a Teher¨¢n. El r¨¦gimen iran¨ª ya debi¨® variar su discurso en agosto para intentar explicar que los indicios de uranio potencialmente militar
hallados en una planta de Natanz, en el centro del pa¨ªs, proced¨ªan de un equipo importado hace a?os. Y ese discurso -negar o camuflar los indicios que le acusan- se mantiene en su respuesta a la reciente advertencia de Bush y Putin de que abandone toda veleidad de querer hacerse con armas nucleares.
El 31 de octubre expira el plazo dado a Teher¨¢n por el OIEA para que disipe cualquier duda acerca del alcance de su programa at¨®mico, supuestamente civil y desarrollado con la cooperaci¨®n de Mosc¨². Sobre Ir¨¢n pende no s¨®lo la amenaza de sanciones de la ONU, que podr¨ªan resultar catastr¨®ficas para el pa¨ªs asi¨¢tico dada su dependencia del petr¨®leo. Mucho m¨¢s grave es el creciente nerviosismo estadounidense con un r¨¦gimen al que Bush incluye en su tr¨ªpode maligno.
Ir¨¢n resulta geopol¨ªticamente crucial y la preocupaci¨®n por su aventura nuclear no ha dejado de crecer a ambos lados del Atl¨¢ntico. EE UU est¨¢ convencido del designio b¨¦lico que albergan los ayatol¨¢s, y ha anunciado su intencion de impedirlo a cualquier precio. El creciente malestar de la Uni¨®n Europea por las ambig¨¹edades iran¨ªes es m¨¢s concreto en los casos de Francia y Alemania, que en voz baja comparten con Washington las sospechas sobre la naturaleza de sus actividades at¨®micas.
El escenario se complica por la situaci¨®n interna de Ir¨¢n, donde los reformistas, acaudillados por el presidente Jatam¨ª, han ido perdiendo todas las batallas para democratizar el pa¨ªs a manos de las fuerzas m¨¢s oscurantistas del r¨¦gimen teocr¨¢tico, que, con Al¨ª Jamenei al frente, controlan las instituciones decisivas y las palancas del poder. El tema nuclear ha puesto de manifiesto los l¨ªmites de la autoridad del Gobierno frente a un poderoso aparato fundamentalista que se niega a claudicar ante las presiones internacionales. Un escenario que parece abocado a la confrontaci¨®n si no se produce en las pr¨®ximas semanas un convincente gesto iran¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.