Una investigaci¨®n en medio de la muerte y la furia
El Madrid de los ¨²ltimos d¨ªas de la Guerra Civil es una ciudad en ruinas marcada por la confusi¨®n y el miedo. Los ¨²ltimos vestigios de la II Rep¨²blica se derrumban. Los rebeldes rodean la ciudad como el gato paciente -y un tanto s¨¢dico- que se regodea demorando una victoria segura mientras ve a sus enemigos convulsos por la desesperaci¨®n. Los partidarios de la Rep¨²blica no tienen en las fuerzas de Franco su ¨²nico enemigo. Las diferencias pol¨ªticas se han convertido en enfrentamientos entre aquellos que desean rendirse y los que quieren continuar la contienda hasta la ¨²ltima bala.
Francisco Galv¨¢n (Madrid, 1958) sit¨²a en este escenario su novela Cuando el cielo se caiga, que ha publicado la editorial sevillana Algaida. Licenciado en Ciencias de la Informaci¨®n por la Universidad Complutense, Galv¨¢n trabaja como periodista en la agencia Efe. En 2000, public¨® su primera novela, Las esmeraldas de Cort¨¦s. Un a?o m¨¢s tarde logr¨® el Premio Diablo Cojuelo de Novela Picaresca por El rabo del diablo. Cuando el cielo se caiga ha obtenido el Premio Ateneo-Ciudad de Valladolid.
CUANDO EL CIELO SE CAIGA
Francisco Galv¨¢n
Algaida Editores, Sevilla
263 p¨¢ginas. 17 euros
Una joven es fusilada junto al cementerio del Este. Su muerte est¨¢ rodeada de unas circunstacias que llaman la atenci¨®n de Claudio Ballesteros, polic¨ªa de la brigada de investigaci¨®n criminal. Ballesteros se lanzar¨¢ a una investigaci¨®n contrarreloj para aclarar los hechos. Sabe que el tiempo corre en su contra porque las tropas de Franco est¨¢n a punto de entrar en Madrid.
El conductor del cami¨®n que lleva a varios infortunados a la muerte reflexiona sobre la barbarie en la que se enfanga la ciudad. "El conductor intuye que ya le quedan pocos paseos como ¨¦ste. Pese a ello, no siente ninguna emoci¨®n concreta. Acabar¨¢n los paseos. No porque no queden enemigos a los que dar matarile. De esos siempre hay. Y si no los hay, se inventan. Los paseos terminar¨¢n porque la ciudad caer¨¢ en manos del enemigo dentro de poco. Eso lo saben todos. Madrid, fortificaci¨®n inexpugnable. Eso ya no se lo cree nadie. Quiz¨¢ entonces los paseos los den otros. Quiz¨¢ le toque viajar un d¨ªa en el remolque de su propio cami¨®n y el fuego de sus faros sea su ¨²ltima visi¨®n de este mundo. '?Hay otro mundo?', se pregunta". La reflexi¨®n del conductor traza el escenario de muerte y furia que marca la novela.
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