Washington indaga en los retratos de Picasso a Fernande

En 1909, Picasso ya era un ambicioso pintor de 27 a?os. Viv¨ªa la bohemia del parisino barrio de Montmartre. Ese verano tom¨® una arriesgada decisi¨®n que revolucion¨® la pintura. Se refugi¨® durante tres meses a solas con su amante y modelo, Fernande Oliver, en una peque?a casa de Horta del Ebro, en Tarragona. Y la retrat¨®, pint¨®, dibuj¨® y esculpi¨® desde todos los ¨¢ngulos ya explorados y que ¨¦l mismo invent¨®. La National Gallery of Art de Washington abre hoy una exposici¨®n monogr¨¢fica con todos esos trabajos, m¨¢s de 50, que culminaron en el cubismo.

La exposici¨®n Picasso: Los retratos cubistas de Fernande Oliver estar¨¢ abierta en Washington hasta el 18 de enero, y entre el 15 de febrero y el 9 de mayo viajar¨¢ a un museo contempor¨¢neo de Dallas. La muestra ha sido respaldada por el Consejo Federal sobre las Artes y las Humanidades y montada por el director del prestigioso y peculiar museo washingtoniano, Jef-frey Weiss, tras adquirir el a?o pasado esta instituci¨®n la famosa escultura en bronce de la Cabeza de Fernande, que muchos expertos consideran la meta final de aquel experimento en Horta, un icono del arte moderno y la conclusi¨®n art¨ªstica de esa indagaci¨®n personal de Picasso en el universo del retrato (1912).

"Esta exposici¨®n presenta un crucial momento en la invenci¨®n del cubismo", apunta Earl A. Powell III, director de la National Gallery of Art. Powell ha resaltado tambi¨¦n la generosidad de numerosos centros de otros pa¨ªses y coleccionistas privados para facilitar la recolecci¨®n de todos esos trabajos, casi 60, expuestos ahora en tres salas especiales del museo washingtoniano.

Picasso (1881-1973) se encontr¨® con Fernande Oliver poco despu¨¦s de llegar a Par¨ªs en 1904. R¨¢pidamente se convirti¨® en su compa?era, amante y modelo de inspiraci¨®n de m¨²ltiples im¨¢genes y formas: La belle Fernande. Entre 1906 y 1911, mantuvieron su ¨ªntima relaci¨®n y el artista profundiz¨® en el desarrollo del cubismo. Los retratos de Fernande ahora compilados, por tanto, no se pueden considerar retratos cl¨¢sicos. Las im¨¢genes fueron replanteadas tanto en sus estructuras como en sus aspectos psicol¨®gicos. La serie est¨¢ barnizada por un halo especial de melancol¨ªa y fue inmortalizada en fotograf¨ªas de estudio por el propio autor.