El camionero que nunca atrac¨®
Justicia ofrece 1.200 euros al conductor que pas¨® 10 d¨ªas en la c¨¢rcel por un error judicial
"Acomp¨¢?enos". Con la frialdad que requiere el caso, dos polic¨ªas de paisano se dirigieron a Francisco Javier Santana cuando cargaba su cami¨®n en Palencia. "Esperen que me quite el mono", respondi¨® el hombre. "Para ir a donde vas, no hace falta que te cambies". Era la ma?ana del 22 de noviembre de 1999 y lo ¨²ltimo que pod¨ªa imaginar Santana era que acabar¨ªa entre rejas por un atraco a un banco cometido dos meses antes en Terrassa (Barcelona). Pero s¨ª, durmi¨® en comisar¨ªa. Y de ah¨ª, a la c¨¢rcel, donde pas¨® 10 d¨ªas.
Ahora, el Ministerio de Justicia ha reconocido que se produjo un error judicial y le han ofrecido de manera oficiosa 1.200 euros de indemnizaci¨®n. Pero Santana no los acepta y est¨¢ dispuesto a pleitear para obtener una compensaci¨®n m¨¢s elevada. "Lo que no puede ser es que te arreglen con cuatro perras", explica. Hace dos a?os reclamaba 25.200 euros (4.200.000 pesetas) por da?o moral, la minuta del abogado, el salario que dej¨® de cobrar y el perjuicio econ¨®mico causado a la empresa familiar de transportes para la que trabaja. "El sufrimiento de una persona que va a la c¨¢rcel siendo inocente no puede evaluarse como un d¨ªa de baja laboral, con simples criterios matem¨¢ticos", explica Jos¨¦ Luis Rosillo, el abogado defensor.
Robo de la cartera
Todo empez¨® el 23 de septiembre de 1999. Santana hab¨ªa finalizado uno de sus largos y habituales viajes entre Palencia y los pol¨ªgonos industriales del entorno de Barcelona. Aquella ma?ana, cuando acordaba con una empresa de Badalona cu¨¢ndo y c¨®mo iba a descargar, un delincuente habitual entr¨® en la cabina del cami¨®n y le rob¨® la cartera. Al d¨ªa siguiente, el ladr¨®n fue a una oficina de la Caja de Ahorros de Terrassa de esta poblaci¨®n y le abrieron una cuenta corriente con una identidad falsa, porque ¨¦l no era la persona a la que correspond¨ªa el DNI que ense?¨®. Media hora despu¨¦s acudi¨® a otra sucursal y, exhibiendo la libreta, super¨® la zona blindada para entrevistarse con el director. Despu¨¦s sac¨® una pistola y se llev¨® 2.185.000 pesetas sin disparar un tiro, a cara descubierta. Pero en la huida se le cay¨® la libreta, abierta a nombre de Francisco Javier Santana.
A los pocos minutos, la polic¨ªa ya estaba en el banco ense?ando a los empleados la fotograf¨ªa de Santana a partir de las fotocopias del DNI. Los trabajadores lo reconocieron "sin ning¨²n g¨¦nero de dudas", explica el atestado. Pero la verdad es que cuando ocurrieron los hechos, Santana estaba en Segovia. No ech¨® en falta la cartera hasta el d¨ªa 25 e inmediatamente lo denunci¨® en el cuartel de la Guardia Civil de Cu¨¦llar. "Me hab¨ªa cambiado de ropa y como me acompa?aba mi padre en el viaje de regreso, ¨¦l pag¨® la gasolina y la comida". El 22 de octubre Santana denunci¨® en la comisar¨ªa de polic¨ªa de Badalona que con su tarjeta de cr¨¦dito el ladr¨®n hab¨ªa gastado otros 128 euros.
Pero la polic¨ªa le detuvo acusado de un atraco que jam¨¢s cometi¨®. El fiscal pidi¨® su ingreso en prisi¨®n y la juez de Palencia Silvia Ponz¨¢n Palomera lo encarcel¨® porque "existen indicios sobre la participaci¨®n en concepto de autor". El caso acab¨® en un juzgado de Terrassa y el 3 de diciembre de 1999 la juez le dej¨® en libertad provisional despu¨¦s de que la defensa siguiera el rastro de Santana entre el robo de la cartera y el atraco, con certificados de gasolineras, de restaurantes y de las empresas adonde acudi¨® a descargar. Tambi¨¦n fue aportado el tac¨®grafo del cami¨®n.
A los pocos d¨ªas de recuperar la libertad, la polic¨ªa detuvo a Francisco Egea Zamora, quien confes¨® ser el verdadero atracador. Todav¨ªa llevaba encima la tarjeta y el DNI de Santana. Meses despu¨¦s, otro informe policial aseguraba que, tras visionar las cintas de la caja de ahorros, el verdadero atracador "no se corresponde con la persona reconocida, aunque s¨ª existen varias coincidencias con el aspecto f¨ªsico del mismo, si bien no las suficientes como para atribuirle la comisi¨®n de tal hecho delictivo". Los mismos empleados de la oficina bancaria que reconocieron a Santana volvieron a hacerlo cuando la polic¨ªa les ense?o las fotograf¨ªas de Egea. "Pero si no nos parecemos en nada", dice el camionero. "Menos mal que la polic¨ªa detuvo al verdadero atracador y confes¨®, porque si no mi cliente hubiera acabado como Dolores V¨¢zquez", remacha el abogado defensor.
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