F¨²tbol sin fronteras
Lo dijo hace unos d¨ªas el turco Rustu, el portero reserva del Bar?a, cuando un periodista achacaba sus problemas de adaptaci¨®n al desconocimiento del castellano: "En el mundo hay tres cosas en las que se habla el mismo idioma: en la m¨²sica, en el sexo y en el f¨²tbol". Hay que reconocer que tiene raz¨®n. Una buena prueba de ello, en lo que al ¨¢mbito del f¨²tbol se refiere, es el libro que Andoni Canela y Rodolfo Chisleanschi han publicado recientemente con el t¨ªtulo de Planeta f¨²tbol (Blume). En ¨¦l Canela ha reunido un centenar de bellas fotograf¨ªas que tienen en com¨²n el f¨²tbol, y Chisleanschi les ha puesto un texto tan acertado que parece brotar de la misma imagen. Son fotos tomadas en los cinco continentes, pero conviene avisar de entrada de que en ellas no aparecen ni Maradona ni Ronaldinho, ni Beckham ni Zidane. No hay estrellas en Planeta f¨²tbol; es m¨¢s, por no haber, casi no hay uniformes, como no sean unas camisetas descoloridas y deshilachadas. El f¨²tbol que asoma en las p¨¢ginas de este libro es el f¨²tbol de la calle, de la selva, del desierto, de la playa, de la nieve..., el f¨²tbol que consigue abrir un hueco al que llamar terreno de juego en el lugar m¨¢s impensado, lejos de los grandes estadios, de c¨¦sped mimado y focos que deslumbran. Me apresuro a rectificar una frase anterior, cuando he escrito que no hab¨ªa estrellas en el libro. S¨ª las hay, lo que pasa es que no son nombres famosos ni est¨¢n rodeados de intereses millonarios, de hinchas fogosos y de campa?as de marketing. Las estrellas de Planeta f¨²tbol son la gente de la calle que habla el idioma universal del f¨²tbol. En algunos casos el f¨²tbol se limita a lo indispensable: un bal¨®n (a menudo cochambroso), un par de porter¨ªas (que a veces no son m¨¢s que un par de palos o montones de piedras) y un grupo de gente (por lo general ni?os) que corre tras el bal¨®n. Sea en Hawai o en el S¨¢hara, en el Pa¨ªs Vasco o en el Amazonas, Canela ha fotografiado siempre lo mismo: la fiebre del f¨²tbol, la fuerza de ese lenguaje universal que hace que gente que habla idiomas distintos pueda entenderse con un fugaz cruce de miradas.
Canela fotograf¨ªa la fiebre del f¨²tbol, la fuerza de ese lenguaje universal que lleva a la gente a entenderse con un fugaz cruce de miradas
"La verdad es que el libro naci¨® porque ten¨ªa que nacer", explica Canela. "Quiero decir que no fue un libro planeado. Yo viajo bastante, y un d¨ªa, al repasar las fotograf¨ªas de mi archivo, me di cuenta de que ten¨ªa muchas fotos de f¨²tbol. Las junt¨¦ todas y vi que de all¨ª pod¨ªa salir un libro. A partir de aquel momento, en mis siguientes viajes ya procur¨¦ enriquecer la colecci¨®n con nuevas fotos de f¨²tbol. Luego, al hablar con Rodolfo (Chisleanschi) descubrimos nuestra pasi¨®n com¨²n y nos lanzamos al proyecto. Es curioso, pero el f¨²tbol es algo que est¨¢ en todas partes, en diferentes contextos, pero es siempre lo mismo".
Andoni Canela naci¨® hace treinta y pocos a?os en Tudela (Navarra), estudi¨® Periodismo en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y ampli¨® estudios de fotograf¨ªa en Londres. Le fascinan la naturaleza, los baobabs, las auroras boreales y los volcanes, lo que le ha llevado a viajar por todo el mundo, siempre con la c¨¢mara colgada del cuello y con la aventura a flor de piel. "Suelo llevar la mochila y una gu¨ªa Lonley Planet conmigo, m¨¢s que nada para no ir a los sitios que recomienda", comenta con una sonrisa. "Me gusta perderme por lugares poco frecuentados, como Malawi, por ejemplo". Ha publicado reportajes en National Geographic, en Newsweek, en The Times y en La Vanguardia y cuando se entera de que un volc¨¢n ha entrado en erupci¨®n es capaz de coger un vuelo para hacer un primer plano de la lava. En cuestiones serias, como el f¨²tbol, no admite discusi¨®n: ¨¦l es del Athletic de Bilbao de toda la vida y en sus viajes por el mundo ha comprobado que el f¨²tbol es uno de los lenguajes m¨¢s universales que existen. Gracias a ello ha podido marcar goles en lugares tan distantes como la Polinesia, Alaska y el S¨¢hara. Cuando termin¨® sus estudios, Canela se instal¨® en Catalu?a, primero en Barcelona y despu¨¦s en el Pirineo, donde vive en la actualidad. "S¨¦ muy bien que por cuestiones de trabajo es mejor vivir en Barcelona", comenta, "pero ni yo ni mi compa?era nos llevamos bien con las ciudades. Nos gusta vivir en Castellar de n'Hug, cerca de la naturaleza y de las monta?as. All¨ª salimos de casa y enseguida nos encontramos con un paisaje agreste y con unos cielos sin contaminaci¨®n, que es lo que nos gusta".
Escribe Jorge Valdano en el pr¨®logo de Planeta f¨²tbol sobre "la belleza est¨¦tica y sentimental" de este libro y califica a Rodolfo Chisleanschi de "periodista que lleva la pelota pegada a la estilogr¨¢fica". Chisleanschi, nacido en Buenos Aires, es subdirector de la revista de reportajes Geo, lo que le lleva a viajar a menudo, y corresponsal futbol¨ªstico en Espa?a del diario argentino Clar¨ªn, lo que le lleva a tragarse muchos partidos. En este libro, sin embargo, no nos deleita con sus cr¨®nicas de entendido, sino que viaja a los distintos pa¨ªses representados en las fotos de Canela para llevar el concepto f¨²tbol a sus m¨¢s puras esencias: un bal¨®n, una porter¨ªa, dos grupos enfrentados de chavales, unos regates, un gol, un partido en disputa... Planeta f¨²tbol es, en definitiva, uno de esos libros que uno no se cansa de mirar. En cada foto hay un detalle y en cada texto un destello que pueden pasar desapercibidos en una primera inmersi¨®n. Dada la vocaci¨®n viajera de sus dos autores, es de esperar que habr¨¢ nuevas entregas. El portero Rustu ya les ha sugerido una posible v¨ªa cuando ha dicho que el sexo y la m¨²sica hablan el mismo idioma que el f¨²tbol.
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