Testigos de la muerte de Wilson Pacheco afirman que no le socorrieron porque creyeron que pod¨ªa nadar
Los porteros de los locales de ocio y los vigilantes de seguridad del complejo Marem¨¤gnum de Barcelona que presenciaron la pelea tras la que perdi¨® la vida el ecuatoriano Wilson Pacheco aseguraron ayer, en la segunda sesi¨®n del juicio, que no creyeron en ning¨²n momento que Pacheco morir¨ªa ahogado porque lo vieron nadar y pensaron que saldr¨ªa del agua por s¨ª mismo.
Estas declaraciones coinciden con las que realizaron el mi¨¦rcoles los tres imputados por el crimen: James Anglada, el portero del local Caipirinha acusado de arrojar a Pacheco a las aguas del Puerto de Barcelona; Mariano Romero, portero de la discoteca Mojito, y el vigilante del Marem¨¤gnum Antonio Fernando Quincoces. Los tres se enfrentan a una petici¨®n de 12 a?os de c¨¢rcel por un delito de homicidio. Anglada reconoci¨® los hechos en la primera sesi¨®n del juicio, pero asegur¨® que lo hizo "sin premeditaci¨®n" y que fue un "acto reflejo".
El vigilante David G., que durante gran parte de la instrucci¨®n de la causa estuvo imputado pese a que finalmente la juez instructora lo exculp¨®, explic¨® ayer que Pacheco y sus compa?eros le lanzaron cristales y que despu¨¦s de este incidente ¨¦l sali¨® corriendo tras el grupo junto con los acusados. El testigo, sin embargo, asegur¨® que se qued¨® a unos 50 metros de la pelea. Entonces vio que Fernando Quincoces estaba sobre Pacheco haciendo uso de su "defensa reglamentaria", aunque no advirti¨® que el acusado golpeara a la v¨ªctima. El mismo testigo carg¨® contra la polic¨ªa portuaria y dijo que uno de sus miembros le dijo: "No era necesario tirarse al agua por un sudaca de mierda."
Las declaraciones del resto de los testigos siguieron en esta misma l¨ªnea y todos reconocieron haber participado en un primer momento en la persecuci¨®n, pero al final desistieron porque vieron que "los compa?eros continuaban tras ellos". Durante la vista se puso de manifiesto que la seguridad del complejo l¨²dico presentaba algunas irregularidades, e incluso uno de los testigos defini¨® la zona como "un campo de batalla".
Tras la declaraci¨®n de los porteros y vigilantes, por la tarde lleg¨® el turno de los testigos ajenos al Marem¨¤gnum, aquellos que acudieron al complejo por otros motivos que no eran laborales. Una de ellos, Eva M. V., que la noche de los hechos, el 27 de enero de 2002, se encontraba en el Marem¨¤gnum con un amigo, afirm¨® que vio a Anglada arrojar a Pacheco al mar. La testigo se dirigi¨® a los acusados para recriminarles su acci¨®n y, seg¨²n ella, uno de ellos le contest¨®: "Si la rata sabe correr, tambi¨¦n sabr¨¢ nadar; si no, que se ahogue". La testigo tambi¨¦n dijo que vio que los acusados daban media vuelta y que comentaron con miembros de la polic¨ªa portuaria que hab¨ªa un hombre en el agua. Seg¨²n su versi¨®n, los polic¨ªas miraron al agua y luego se fueron. Eva M. V. a?adi¨® que aunque en aquellos momentos hab¨ªa personal de seguridad en el complejo, nadie acudi¨® a rescatar a la v¨ªctima.
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