Un modelo de ciudad
?Ha servido para algo abrir de nuevo al tr¨¢fico la calle de San Francisco? San Francisco era una de las escasas calles peatonales de Alicante. Si tuvi¨¦ramos de ser exactos, dir¨ªamos que era una de las tres o cuatro calles peatonales con que cuenta la ciudad, tan reacia con el viandante. Desde hac¨ªa tiempo, los comerciantes instalados en ella se quejaban de su escasa actividad, que atribu¨ªan a la prohibici¨®n de circular los autom¨®viles. "Como no pasan los coches", se lamentaban, "no vienen los clientes: a la gente no le gusta caminar. Si se permitiera el tr¨¢fico, San Francisco tendr¨ªan una gran animaci¨®n. ?sta ha sido una de las grandes calles comerciales de la ciudad".
Como siempre que se producen situaciones semejantes, el Ayuntamiento opt¨® por complacer a los comerciantes y abri¨® la calle al tr¨¢fico, sin detenerse un momento a reflexionar. La medida, como era de esperar, ha servido para poco: San Francisco es hoy la misma calle ex¨¢nime de meses atr¨¢s. Y es que, en contra de lo que expon¨ªan los comerciantes, el problema de San Francisco no era la falta de circulaci¨®n, sino la presencia de unas tiendas poco atractivas, que no han logrado evolucionar. Ciertamente, en otra ¨¦poca, ¨¦sta fue una de las grandes arterias comerciales de la ciudad pero, desde hace a?os, sufre el declive que afecta al centro tradicional.
Como es natural, el deterioro del comercio no se produjo de un d¨ªa para otro. Para llegar a este punto de abandono, debieron transcurrir varios a?os de una absoluta inacci¨®n municipal. Durante ese tiempo, se celebraron decenas de reuniones entre los vecinos de la zona y el Ayuntamiento para encontrar soluciones; se encargaron estudios a empresas competentes que manifestaron lo que cualquier paseante atento conoc¨ªa de sobra; se propusieron los planes m¨¢s impresionantes y descabellados; pero, sobre todo, se hicieron promesas, innumerables promesas, destinadas a ser incumplidas sistem¨¢ticamente.
Cuando advirtieron que los compromisos municipales jam¨¢s se realizaban, algunos comerciantes cerraron sus puertas, cansados de perder dinero; otros, llegada la edad de jubilaci¨®n, no encontraron compradores para sus locales. As¨ª se fueron creando las condiciones para que estas calles del centro de Alicante se convirtieran en un gueto. Su deterioro actual no es consecuencia de que en ellas se hayan instalado emigrantes, como a veces se afirma de manera interesada. Los emigrantes acudieron porque el declive de la zona ofrec¨ªa unos alquileres baratos. Mientras el Ayuntamiento alentaba la dispersi¨®n de la ciudad hacia las playas, creando un Alicante que resultar¨¢ costos¨ªsimo de mantener, se despreocupaba de cuanto suced¨ªa en el centro tradicional.
Por eso, abrir al tr¨¢fico la calle San Francisco no pod¨ªa servir de nada. El problema del centro de Alicante no es la existencia o no de una calle peatonal m¨¢s. El problema es la carencia de un modelo de ciudad que nadie parece interesado en determinar. Las innumerables propuestas para avivar el centro no han pasado, en el mejor de los casos, de remiendos que se han ido poniendo aqu¨ª y all¨¢, ante la presi¨®n de los vecinos y los comerciantes. Un plan serio, meditado, para devolver su uso al centro tradicional, como el realizado en otras ciudades durante los a?os pasados, aqu¨ª no se ha planteado jam¨¢s.
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