El trato de la ley antiterrorista con las familias de los detenidos
Desde hace tiempo se ha hablado mucho de la ley antiterrorista, pero quiz¨¢s la opini¨®n p¨²blica no conoce con detalle c¨®mo afecta la aplicaci¨®n de la ley antiterrorista a las familias de los detenidos, y como por desgracia lo hemos vivido en primera persona, queremos explicar nuestras vivencias de esta situaci¨®n.
En este art¨ªculo s¨®lo hablaremos de este aspecto, ya que es del ¨²nico que podemos hablar de forma objetiva, lo cual no significa que haya otros aspectos mucho m¨¢s importantes y que cada uno tenga su opini¨®n. Para borrar cualquier equ¨ªvoco, vaya por delante nuestra clara posici¨®n en contra de todo tipo de violencia, venga de donde venga, y a favor de buscar siempre v¨ªas de consenso y de di¨¢logo para buscar soluciones a los conflictos.
Los hechos son los siguientes. El martes de la semana pasada una amiga nos llam¨® por tel¨¦fono para informarnos de que posiblemente nuestro hijo mayor hab¨ªa sido detenido en una redada de anarquistas en Barcelona. Inmediatamente llamamos a la Guardia Civil para saber si realmente nuestro hijo estaba entre los detenidos y contestaron que no pod¨ªan facilitar esa informaci¨®n, ni confirmar ni desmentir, y que volvi¨¦semos a llamar al d¨ªa siguiente. Les contestamos que hab¨ªamos o¨ªdo la noticia y algunos nombres en el telediario pero sin prestar atenci¨®n, por lo que les suplic¨¢bamos que nos dijeran si estaba nuestro hijo. Por respuesta obtuvimos la misma negativa.
Posteriormente en un canal de televisi¨®n vimos unas im¨¢genes donde reconocimos a nuestro hijo con las manos atadas, tumbado en su cama con la cabeza para abajo y tapada y reconocimos su mesita de noche, por lo que salimos de dudas con un gran sobresalto.
Al d¨ªa siguiente compramos los peri¨®dicos y observamos que en unos cuantos casos, no en todos, daban la relaci¨®n completa de los detenidos con el nombre y apellidos, edad y lugar de nacimiento. Es decir, que la informaci¨®n que se nos negaba a los familiares, los periodistas pod¨ªan obtenerla sin problema e incluso sin filtrar nada la publicaban con la afiliaci¨®n completa de los detenidos, todav¨ªa no procesados.
Esta falta de informaci¨®n oficial sobre la situaci¨®n de nuestro hijo continu¨® los siguientes d¨ªas, incluyendo el importante quinto d¨ªa, que corresponde al auto de primera instancia de la Audiencia Nacional de Madrid, donde el juez tom¨® declaraci¨®n a los procesados y adopt¨® una resoluci¨®n de libertad en un caso y de prisi¨®n incondicional en los otros cinco casos. Ning¨²n organismo oficial ni el abogado de oficio que asisti¨® al acto nos comunicaron que se realizaba este importante evento donde se pod¨ªan adoptar tres determinaciones: libertad sin fianza (como as¨ª fue en un caso), libertad con fianza o prisi¨®n incondicional. Ning¨²n organismo nos inform¨® c¨®mo se hace para pagar una fianza (cheque, al contado, transferencias...) si fuera el caso, ni cu¨¢les son las posibles cuant¨ªas que se pueden aplicar. Evidentemente, por amistades e informaciones de nuestros abogados, supimos con antelaci¨®n el d¨ªa (no la hora) del acto de la Audiencia Nacional y que era mejor llevar en met¨¢lico hasta 30.000 euros para una posible fianza, y as¨ª lo hicimos con el apoyo de amigos.
El d¨ªa de la Audiencia Nacional lo pasamos en la calle (de 9.00 a 19.00 horas) en compa?¨ªa de los otros familiares y algunos amigos y no s¨®lo no pudimos entrar en el edificio para esperar el veredicto, sino que los polic¨ªas, por dos veces y de forma muy dura y tajante, nos exigieron retirarnos de los alrededores y recular metros hasta las escaleras de una cafeter¨ªa, con obligaci¨®n de dispersarnos como si fueramos un grupo peligroso.
Finalmente, cuando se acab¨® la actuaci¨®n pudimos entrar en la Audiencia Nacional, donde por cierto estaban los periodistas acomodados en una sala ad hoc esperando el resultado, y a las 20.00 horas pudimos visitar a nuestro hijo cuando se levant¨® la incomunicaci¨®n.
Dicho esto nos preguntamos: por qu¨¦ son tan crueles con las familias; por qu¨¦ no son capaces de informar a las familias de su detenci¨®n mientras los periodistas tienen acceso a esta informaci¨®n que se niega a la familia; por qu¨¦ parte de la prensa publica la afiliaci¨®n completa de los detenidos cuando todav¨ªa no est¨¢n condenados (recordamos que uno de ellos sali¨® en libertad sin fianza); por qu¨¦ no se nos inform¨® ni del d¨ªa, ni de la hora del acto ni de la resoluci¨®n en la Audiencia Nacional y, en cambio, los periodistas lo conoc¨ªan perfectamente; por qu¨¦ no se nos comunic¨® c¨®mo se debe hacer una fianza en s¨¢bado ni cu¨¢les son las cantidades en caso necesario. No entendemos el trato vejatorio en los alrededores de la Audiencia Nacional cuando esper¨¢bamos poder visitar a nuestro hijo. Todos estos hechos no tienen nada que ver con el proceso judicial y en cambio hacen un gran da?o a las familias de los detenidos.
S¨®lo en unas mentes sin adjetivos que piensen de las familias que "alguna cosa habr¨¢n hecho por activa o por pasiva" (como as¨ª deben pensar de las mujeres que violan y asesinan) se puede entender un comportamiento igual de la ley antiterrorista con las familias de los detenidos.
Estamos convencidos de que estas vivencias no son en absoluto un caso particular, y por desgracia ha pasado antes de ahora con los familiares, est¨¢ pasando en estos d¨ªas y esperamos que no contin¨²e pasando en el futuro, y ¨¦ste es el ¨²nico deseo que nos ha motivado a hacer p¨²blico este ¨ªntimo dolor que hemos padecido por el tracto recibido.
Monserrat Aragay y Joseba Quevedo son, respectivamente, maestra de educaci¨®n infantil y catedr¨¢tico universitario
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