El acceso de los catalanes a la Universidad se generaliza

La expansi¨®n del sistema universitario en Catalu?a ha sido impresionante. Hay un mundo entre las dos universidades y el pu?ado de escuelas t¨¦cnicas superiores que exist¨ªan a finales de los a?os setenta, y las 12 que en la actualidad est¨¢n repartidas por todo el territorio catal¨¢n.

Primero creci¨® simplemente para alojar a cientos de miles de j¨®venes cuyas familias quer¨ªan que sus hijos tuvieran una educaci¨®n a la que ellos no hab¨ªan podido acceder. Ahora el modelo empieza a respirar, pero padece los vicios acumulados en este periodo de crecimiento acelerado que se produjo, no sin tensiones, durante la d¨¦cada pasada. En lo que se refiere a las universidades perif¨¦ricas (la de Girona, la de Lleida y la Rovira i Virgili, y en menor medida la de Vic, que es semiprivada), las cr¨ªticas se han dirigido a su escasa especializaci¨®n y su mimetismo con las grandes universidades de las que proceden.

Los expertos acad¨¦micos apuntan a un defecto de nacimiento originado, precisamente, por el hecho de que no fueron creadas ex novo, sino a partir de ense?anzas que ya exist¨ªan. Lo cierto, sin embargo, es que algunas titulaciones han conseguido hacerse con cierto prestigio y, sobre todo, las capitales de provincia catalanas han aprovechado muy bien las inversiones en infraestructuras docentes para rehabilitar sus cascos urbanos.

La Pompeu Fabra

Caso muy diferente es el de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), creada ex novo -¨¦sta s¨ª- en Barcelona por la Generalitat bajo la direcci¨®n de un personaje tan carism¨¢tico como el jurista Enric Argullol. La apuesta por la excelencia acad¨¦mica, el acceso directo de Argullol al presidente Jordi Pujol -lo que le permit¨ªa disponer de financiaci¨®n- y la limitaci¨®n del n¨²mero de plazas -lo que hac¨ªa subir la nota de corte, seleccionando as¨ª a los mejores alumnos- dio como resultado una f¨®rmula de ¨¦xito y levant¨® ampollas en el resto del mundo acad¨¦mico.

El proceso de crecimiento se inici¨® con Joan Laporte y lo consolid¨® su sucesor como comisionado para Universidades, Joan Albaig¨¦s, que acab¨® siendo v¨ªctima de una de las batallas desencadenadas por Argullol para potenciar su universidad frente a la resistencia de los dem¨¢s rectores. "Mi trabajo", explica Albaig¨¦s, "fue poner orden en todo aquel enorme proyecto deslavazado que se hab¨ªa creado sin unos par¨¢metros determinados. Tuvimos que crear un censo de profesores, ten¨ªamos que saber lo que hab¨ªa y lo que no hab¨ªa". Negoci¨® con el Gobierno del PP y ¨¦ste es su an¨¢lisis: "Al Gobierno central lo ¨²nico que realmente le preocupa es que invadas ¨¢reas de su competencia, pero a la hora de negociar es un buen interlocutor".